El desarrollo de la actual red de subtes resulta imprescindible para la mejora de la calidad de vida de quienes vivimos en la Ciudad de Buenos Aires. La ampliación de la red y la mejor conexión entre las diferentes líneas reduciría considerablemente el tiempo que destinamos para movilizarnos. En ese sentido, la ley 670, votada por la Legislatura porteña en el año 2001, dispuso la creación de tres nuevas líneas: la F, la G y la I. De haberse cumplido lo allí dispuesto, hoy contaríamos con una mayor conexión entre los distintos barrios y tardaríamos menos tiempo en trasladarnos.
A modo de ejemplo: unir la estación terminal de la línea D, la estación Congreso de Tucumán en el barrio de Belgrano (Comuna 13), con la estación Juan Manuel de Rosas, terminal de la línea B en el barrio de Villa Urquiza (Comuna 12) y la estación San Pedrito, terminal de la línea A en el barrio de Flores (Comuna 7), representaría alrededor de 11 kilómetros de subte, dependiendo el recorrido. Actualmente, es el recorrido que realiza la línea 133 en 60 minutos. Si hubiese una línea de subte que conectara esas estaciones, esa distancia se podría realizar en menos de 30 minutos, es decir, en la mitad del tiempo.
El Consejo Económico y Social de la Ciudad de Buenos Aires (Cesba) elaboró un informe denominado Índice de Traslado Laboral, en el que detalla que quienes viven en la Ciudad tardan en promedio 76 minutos por día entre ir y volver del trabajo, es decir 13 días por año. Tardan casi un 50 por ciento más –18 días al año– quienes deben hacer combinaciones: al no ser el porteño un “sistema” de transporte, concebido, planificado y desarrollado en su conjunto, las combinaciones generan una importante pérdida de tiempo para los usuarios.
En algún momento, los porteños supimos ser pioneros en lo que al transporte urbano se refiere: la Ciudad de Buenos Aires inauguró el primer subte de Latinoamérica en 1913. Se adelantó, inclusive a ciudades como Madrid. Estuvo a la vanguardia en la materia, ya que entre 60 y 70 años después, ciudades como Santiago de Chile o Caracas inaugurarían el suyo (ver gráfico).
En el trascurso de 100 años, la Ciudad construyó en promedio 0,58 km, mientras que Santiago construyó, desde 1976 hasta la actualidad, 2,45 km por año y Caracas, desde 1983, 2,05 km por año. En más de un siglo, la Ciudad alcanzó apenas 61 km de red, a diferencia de ciudades como Santiago de Chile y Caracas, la cuales en menos de 50 años alcanzaron 103 kilómetros y 70 kilómetros respectivamente.
Si la ciudad de Buenos Aires hubiera mantenido una construcción de 2,45 km por año, hoy tendría más de 245 kilómetros de extensión, pudiendo ser parte del ranking de los 10 países con mayor extensión de la red. Hoy ese ranking lo encabeza el metro de Seúl, con 981,5 km, seguido por el metro de Shanghai con 538 km. También lo integran ciudades como Pekin, Londres y Madrid. En el ranking total de cantidad de kilómetros de subte de las principales ciudades del mundo, Buenos Aires está en el puesto 60.
El subte es el transporte más rápido y la apuesta de las grandes ciudades del mundo. El subte es, sin lugar a dudas, lo que la Ciudad necesita.
* Presidente del Consejo Económico y Social de la Ciudad de Buenos Aires.