En el sector pyme industrial, el 73 por ciento de las empresas se ven afectados por las restricciones en las importaciones y casi la mitad de las compañías tiene insumos dolarizados al valor del blue o del contado con liquidación. Así lo relevó la Asociación de Empresarios y Empresarias Nacionales para el Desarrollo Argentino (Enac) a través de una encuesta a 610 empresarios de todo el país.
El problema de las importaciones está en primera plana de la agenda económica a raíz del torniquete que aplicó el Gobierno con el fin de limitar la caída que se registra en las reservas del Banco Central y en medio de la presión de las empresas para acceder al dólar oficial. "Se están gestionando los problemas sectoriales para encontrar soluciones que eviten discontinuidades productivas", explicaron desde el Gobierno.
De todas maneras, referentes empresarios advierten que si bien son innegables los problemas en las importaciones, también juega un componente especulativo. Es que ante la incertidumbre cambiaria, hay vocación por retener stocks y de sobreactuar la necesidad de acudir a las importaciones. De ahí el trabajo fino que se requiere de parte del Gobierno para separar la paja del trigo.
Plazos
Hace menos de un mes, el Gobierno modificó el sistema que rige para regular las importaciones, desde el Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI) de AFIP al SIRA (Sistema de Importaciones de la República Argentina). Por otra parte, dependiendo de la posición arancelaria del producto a importar, el Estado exige una licencia automática o no automática. Estas últimas alcanzan al 41 por ciento del nomenclador arancelario.
La Secretaría de Comercio viene mejorando el ritmo de aprobación de las solicitudes para importar, aunque también hay casos de rechazos injustificados. Pero además, el problema que enfrentan las empresas es que los plazos que contempla la SIRA para el giro de las divisas necesarias para pagar al exterior exceden a los tiempos usuales de las operaciones de comercio exterior. De ahí que las empresas tengan que enfrentar una dura negociación con sus proveedores, que en muchos casos frenan los envíos.
Desde la Cámara Argentina de la Máquina Herramienta, por ejemplo, indicaron que "hay compañías frenadas desde hace 15 días por no poder traer un repuesto que no se produce en el país, y si no podemos producir, tampoco podemos exportar. Muchos productores están previendo adelantar vacaciones. A lo largo de los años hemos sabido ganar crédito de nuestros proveedores internacionales y confianza en nuestro cumplimiento, y en este contexto de dificultades tenemos miedo de perder ese crédito".
José Luis Lopetegui, director de Comercio Exterior de CAME, explica que "la situación de las pymes es difícil, porque prácticamente todos los productos tienen algún componente importado y porque no se suele trabajar con stocks. No es que estén frenadas las importaciones, el problema es que los plazos de pago son largos y se hace complicado. Ya no hay pagos anticipados, salvo un par de excepciones como medicamentos, alimentos y algo de bienes de capital".
Las grandes empresas enfrentan plazos de pago de 180 días, otras firmas medianas andan por los 90 días y las pymes, 60 días. Sin embargo, cada sector está tratando de negociar adelantos en función de la situación productiva y financiera. Si bien 60 días no es un plazo descabellado ni mucho menos, lo cierto es que en los proveedores del exterior aumentó el grado de desconfianza acerca de la sustentabilidad financiera de sus clientes argentinos, de ahí que quieran acortar los plazos de pago.
"Es verdad que en el último tiempo muchos operadores grandes se han sobrestockeado y han sobrefacturado importaciones. Pero son pocos casos que perjudicaron a todo el mundo", agrega Lopetegui, en relación a las maniobras de importadores para aprovechar su acceso al dólar oficial.
En el sector automotor, por ejemplo, "se está conversando empresa por empresa y se esperan respuestas en los próximos días por el tema de los plazos para los pagos", explican. Hasta ahora, las autorizaciones para importar para las terminales salen a 180 días y para grandes proveedores, 120 días.