La reunión de la mesa chica de la CGT no fue tranquila. La atravesó la tensión que genera la mezcla de la necesidad de reaccionar ante la crisis económica –con su consecuencia principal que se expresa en la catarata de despidos– los intereses políticos de algunos y las elecciones legislativas. “Algo vamos a hacer”, reconocieron formalmente los participantes, y la balanza parece inclinarse hacia el lado de la movilización. El tema a definir, como ocurrió con el paro de abril pasado, es la fecha. Algunos prefieren después de las PASO y otros, el moyanismo, pugnan porque sea antes del 13 de agosto.
La reunión se realizó en la sede de la UPCN, en el porteño barrio de Monserrat. Andrés Rodríguez, el dueño de casa, recibió al triunvirato que conduce la central obrera, Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña. Junto a ellos participaron Omar Maturano (Fraternidad), Francisco “Barba” Gutiérrez, Armando Cavallieri (Comercio), Gerardo Martínez (Uocra), Abel Frutos (panaderos) y Jorge Sola (seguros), entre otros.
El punto es que la CGT sabe que alguna medida de acción directa debe realizar, que el tiempo no juega a su favor, que el desempleo crece a pasos agigantados y que hagan lo que hagan tendrá una repercusión política más allá de sus propias preferencias. Es por eso que la tensión entre los participantes no tardó en corporizarse. El sector del transporte, donde militan Schmid y Maturano, se la jugó primero y lanzó la necesidad de salir cuanto antes a expresar el descontento que hay en la calle. El más duro fue el ferroviario, que planteó sin ambages el paro general. No es la primera vez que lo hace y el sector de “los Gordos” no creen en su palabra. Es más, recuerdan que hace unas semanas atrás ya lo había propuesto pero un día después se reunió con el presidente Mauricio Macri a festejar un nuevo aniversario del centenario gremio. Como no encontró eco a su propuesta, Maturano se retiró antes de que finalizara el encuentro.
Schmid, que con el ferroviario milita en el moyanismo, no comparte su propuesta y en cambio prefiere que la CGT convoque a una movilización. “Yo me inclino por una fecha previa a las PASO”, reconoció ante este diario, poco después de que concluyera la reunión. Pero reconoció que hará lo que se decida en el consejo directivo de la central obrera.
La movilización parece que será la decisión que finalmente tomará la CGT, pero otra vez aparece el tema de la fecha. Schmid insistirá durante la reunión del consejo directivo, que se realizará hoy a las 14, que sea antes de las primarias del 13 de agosto. Pero sus otros colegas del triunvirato prefieren que sea después, porque entienden que una movilización “será funcional al gobierno nacional”. Sostienen que “cualquier problema durante la marcha será endilgado a la conducción sindical y los medios nos volverán a tratar de mafiosos y violentos. Un problema en una marcha previo a las elecciones la aprovechará el Gobierno para polarizar”, aducen.
Más allá de la diferencia que surgió entre los dirigentes que se referencian en el histórico dirigente camionero, lo que llamó la atención fue la ausencia de Pablo Moyano que, si bien se encuentra fuera del país, lo cierto es que no envió a ningún representante de su gremio. Entre los participantes del cónclave pensaban que una razón del faltazo bien podía ser el cierre de su negociación paritaria que, como afirmaron algunos de los sindicalistas, “no fue todo lo imponente que prometían que sería”.
A los que no les gustó la propuesta de movilizar y mucho menos la del paro, sostuvieron que es funcional a los intereses del gobierno nacional. Allí militan “los Gordos”. Por caso, Cavallieri reconoció que su preferencia pasa por la redacción de “un fuerte documento donde expliquemos lo que es la grieta”. El añoso dirigente así lo hizo saber cuando abandonó el edificio de UPCN y consideró que la movilización “es peligrosa”, porque entiende que tanto el oficialismo como la oposición “buscarán sacarle provecho político para obtener un diputado o un senador más”. Cavallieri, que es el dirigente que firmó una de las paritarias más flojas de este año, aseguró que “a nadie le importa el costo social” del plan económico del macrismo. El documento en cuestión se redactará y es probable que se dé a conocer el próximo 26 de julio, cuando la CGT haga un homenaje a Eva Perón. Ese día se realizará un acto que coincidirá con la hora de su fallecimiento. Sin embargo, parece que también le achacan intencionalidades secundarias. Al menos así lo dicen “los Gordos”, que afirman que el entusiasmo de Schmid por ese acto está teñido de antikirchnerismo. “Lo que pretenden los moyanistas es mostrar que los trabajadores solo responden a Ella, por Evita, para diferenciarse de la otra Ella, que es Cristina, y así no se va a ningún lado”, dicen, al tiempo que afirman que tampoco son cristinistas.