La semiótica, entre otras disciplinas, estudia las formas de construcción de sentido de los mitos y leyendas, su capacidad simbólica de influir en la generación de imaginarios sociales, el carácter político de los mismos y los fines e intereses a los cuales responden. En esos conceptos se indaga la idea de la alteración, a su vez integrada a la más básica de la falsedad. No se trata aquí de presentar teorizaciones de doctrinas comunicacionales, lo cual nos superaría ampliamente, sino de observar un fenómeno en el plano de la política cotidiana que genera un mito tan primitivo como falso. Toda esa “verdad” artificiosa se sustenta en un sofisma, o sea que su base es ficticia y su propósito es el engaño. Luego de 15 años de macri-larretismo en la Ciudad de Buenos Aires se ha ido construyendo una mitología con extrema pertinacia y mucha plata. Estos dos elementos son los determinantes para analizar esta importante operación política y propagandística. Si tiene un éxito relativo, no es por su sutileza comunicacional o cultural, sino por su inconmensurable difusión, complementada con el silenciamiento de toda idea que la interpele o cuestione.
El equipo de marketing sustentado en un exuberante gasto en publicidad oficial, que este año es 12 millones de pesos diarios para la campaña “La transformación no para”, y que el próximo se multiplicará a los 26 millones de pesos por día, son definitorias para que el alcalde porteño, Horacio Rodríguez Larreta, se instale como gestor eficiente. A tal punto opera la leyenda de que Larreta es un hábil gestor, que puede encontrarse en voces que lo critican ideológicamente para luego subordinarse a la idea de que “gestiona bien”. Desde esa lógica tan básica se construye una suerte de silogismo: Larreta gestiona bien, luego la derecha gestiona bien, incluyendo a todas y todos. Como Mauricio Macri, Patricia Bullrich, María Eugenia Vidal -expulsada por su ideología reaccionaria y por la ineficiencia en su gestión-, la “pedagoga eficientista” odiadora de docentes Soledad Acuña, el médico “bueno” Fernán Quirós, quien logró un récord histórico de paros y movilizaciones de la comunidad de trabajadores/as de la salud. En suma, se pretende instalar en la conciencia ciudadana que toda gestión de derecha está imbuida de una suerte de eficacia intrínseca que deviene de algún lugar insondable . Sin embargo, la vida y nuestra historia reciente demuestran que los programas de derecha, el modelo político, económico y social ortodoxo, siempre implican recortes del gasto social, concentración económica y desigualdades planificadas. O sea, menores presupuestos para educación y salud pública; priorizan los negocios inmobiliarios por sobre el medio ambiente, aplican la regresividad impositiva, lo cual genera inevitablemente crecimiento de la pobreza e indigencia. En suma, menos derechos ciudadanos.
Es sabido e inocultable que la Ciudad de Buenos Aires cuenta con recursos más que suficientes para responder a todas las demandas ciudadanas, sin embargo en la práctica es ineficiente en todas las áreas. Desde los rubros estructurales, hospitales públicos y educación hasta medio ambiente; como en las áreas de trabajo, cultura y vivienda. Complementariamente están aquellas relacionadas con la calidad del transporte, el estado de las veredas, plazas y asfalto, arbolado, limpieza, luminarias y medidas de prevención para la seguridad. La táctica es desplegar en los rubros fundamentales una política privatista y de rechazo absoluto a lo público, y sobre los menos trascendentes se construye el mito. Sin embargo, como esta estrategia resulta insuficiente, recurre lisa y llanamente a la mentira y estigmatización. Un ejemplo de ello es la afirmación de que la educación es una prioridad, mientras todos los años se reduce su presupuesto. O cuando se decía que el personal de salud era “héroe de la pandemia”, sin embargo, en los hechos reciben salarios indignos y no se los reconoce profesionalmente. La ministra Acuña, ahora candidata en ciernes, descalifica a docentes, demoniza a estudiantes, intima judicialmente a sus familias y crea chivos expiatorios para alimentar su campaña electoral, apelando a valores tradicionalistas.
Todas estas políticas y acciones concretas demuestran que la causa verdadera de los conflictos no es otra que el resultado de la cruel ideología de una gestión que lleva 15 años gobernando. ¿No es crueldad acaso que todos los años miles de pibes y pibas queden fuera del sistema educativo por falta de vacantes? ¿Es “eficiente” que los hospitales públicos afronten graves problemas de infraestructura con la consecuente mala atención para la gente?
Las crecientes luchas de profesionales de la salud, estudiantes secundarios, docentes, vecinos que rechazan el avance del cemento y la destrucción del patrimonio cultural de los barrios, demuestran que el mito se desgasta y resquebraja. Son esas luchas las que van corriendo el velo, despejando el humo artificioso que rodea la gestión y desnudando su esencia autoritaria. Que la derecha gestione bien es un engaño, y más aún si recordamos cuando administró la Nación el gobierno de Macri. Resulta oportuno recrear los resultados del “buen gestor” Mauricio, ya que Rodríguez Larreta se propone repetir ese rumbo, solo que mucho más rápido. “No lo haré en 100 días sino en 100 horas” si llegara a la Presidencia: reforma laboral (liquidar derechos de los trabajadores), previsional, o sea, volver a privatizar los fondos jubilatorios; al igual que vender o cerrar las empresas públicas. Todas estas afirmaciones, sí responden a la verdad. Cabe preguntarse, ¿por qué decirlo a pesar de su notoria contradicción con la otra parte de su discurso? En realidad están obligados a nutrir al núcleo duro de derecha de sus partidarios. En suma, al mito de Larreta como buen gestor le va creciendo una contradicción cada vez más visible, potenciada por el salvajismo inclemente de la interna de su partido.
Acerca de las verdaderas deudas de la gestión larretista, este sábado 19 de noviembre en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA, el FdT realizará el foro público por “Una ciudad para todos”.
* Juan Carlos Junio es secretario general del Partido Solidario y director del Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini.