La Administración Nacional de Aeronáutica y el Espacio de los Estados Unidos (NASA, por sus siglas en inglés) lanzó este miércoles por la madrugada su Artemis I, la misión integrada por el megacohete del Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS) y una nave espacial Orión sin tripulación, con destino a la Luna.
El horario previsto para el despegue era a las 3.04 de Argentina, con una ventana de dos horas. Finalmente, el cohete salió a las 3.48 de la madrugada, 44 minutos más tarde, desde el Centro Espacial Kennedy de Florida, Estados Unidos.
La demora se produjo por la necesidad de reemplazar una conexión informática y subsanar fugas intermitentes detectadas horas antes durante el repostaje de la etapa superior con hidrógeno y oxígeno líquidos.
La importancia de Artemis I para la NASA
La misión durará seis semanas. La nave no tripulada orbitará la Luna sin aterrizar y regresará a la Tierra. La iniciativa de la NASA busca allanar el camino para un vuelo de prueba tripulado y una futura exploración lunar humana.
Artemis I pretende ser el primer paso, aún sin tripulación, para sucesivas misiones con el objetivo final del regreso de astronautas a la superficie de la Luna y hacer posible una presencia humana a largo plazo durante las próximas décadas.
Durante el trayecto, la nave espacial Orion llegará más lejos de lo que jamás lo haya hecho otra nave espacial construida para humanos.
Viajará a más de 450.000 kilómetros desde Florida –65.000 kilómetros más allá del satélite natural– y permanecerá en el espacio más tiempo que cualquier nave para astronautas sin acoplarse a una estación espacial. Después, retornará a la Tierra más rápido y soportando más temperatura que nunca.
Los dos intentos fallidos previos
Artemis I tuvo un primer intento de lanzamiento que no llegó a concretarse el lunes 29 de agosto, por desperfectos técnicos en uno de sus motores, con un sensor de temperatura defectuoso. El 4 de septiembre hubo otro, a raíz de una fuga de hidrógeno líquido en una interfaz entre el cohete y el lanzador móvil.
Después, la llegada del huracán Nicole demoró dos días este nuevo intento. Tras la tormenta tropical, los equipos realizaron evaluaciones exhaustivas del cohete, la nave espacial y los sistemas terrestres asociados y confirmaron que no hubo daños significativos.
El cohete SLS y la nave espacial Orion llegaron a la plataforma de lanzamiento 39B de Kennedy el 4 de noviembre y superaron la tormenta allí. Los ingenieros previamente hicieron rodar el cohete de regreso al hangar el 26 de septiembre, antes del huracán Ian.
Mientras estuvieron en el hangar, los equipos realizaron el mantenimiento estándar para reparar daños menores en la espuma y el corcho del sistema de protección térmica y recargar o reemplazar las baterías en todo el sistema.