Una mujer, en los límites de un pueblo, evoca su ciudad natal. Mientras espera que la vengan a entrevistar, cuenta sus días de fenómena, recupera “dones” y “escenas de entusiasmo” en Los cielos de la diabla, escrito y protagonizado por Vilma Echeverría, quien tuvo a su cargo también la producción general. Es un monólogo melodramático, presentado desde la proximidad y la intimidad: la casa y el cuerpo, el tiempo y el clima del adentro y del afuera, del pueblo y de la ciudad. “La Diabla” relata las glorias pasajeras desde una tierra apestada y recrea un campo de voces familiares que interrogan los usos y las costumbres de las mujeres y los hombres de un paisaje cercano (A las 20, en el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa.)
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