La investigación y la acción judicial se enlazan con la actividad académica en la tarea profesional de la fiscal Verónica Pérez. Como representante del Ministerio Público, está a cargo de la Unidad Funcional de Instrucción y Juicio (UFIJ) 3 del distrito bonarense de Esteban Echeverría, especializada en violencia familiar y de género, abusos sexuales y delitos conexos a la trata de personas. Se desempeña, además, como docente en el Centro de Estudios Judiciales (CEJ), dependiente de la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (UNLZ). En esa casa de estudios tiene a su cargo una diplomatura que apunta a la capacitación en violencia de género. Actuó en casos resonantes como el femicidio de Anahí Benítez, la adolescente retenida, drogada, violada y estrangulada en 2017, en la reserva Santa Catalina de Lomas de Zamora; y en las denuncias contra el futbolista Sebastián Villa por violencia de género. Como docente de la UNLZ capacita y traslada su experiencia a los estudiantes. En diálogo con el Suplemento Universidad, explicó la importancia de una formación con perspectiva de género “para hacer una corrección de una desigualdad histórica”.

Las leyes argentinas en materia de violencia familiar y de género y los abusos sexuales son adecuadas a los tiempos que corren?

- Si bien tenemos códigos muy antiguos, especialmente desde la parte penal, en estos últimos años, la ampliación que hubo en el Derecho convencional, internacional, expandió el concepto de Derecho. Y se incluyen en el Derecho interno estas normas internacionales y también las resoluciones y la jurisprudencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que obliga a los Estados a incorporarlas. Tenemos códigos viejos que se aggiornan con este Derecho convencional. No verlo de este modo genera una responsabilidad internacional a los Estados parte.

- La inclusión de nuevas normas, resoluciones y la jurisprudencia de la Corte requieren de una capacitación permanente. ¿Cómo se traslada eso a la formación universitaria?

- En cumplimiento con la Ley Micaela (que lleva ese nombre en conmemoración de Micaela García, víctima de femicidio en 2017), por ejemplo, el Poder Judicial hace capacitaciones obligatorias para empleados, funcionarios y magistrados. El aprovechamiento que se le da depende de cada uno. En la Facultad de Derecho de la UNLZ damos una Diplomatura en Género y Diversidades que año tras año tiene más alumnos. Eso, además de incorporar la perspectiva de género en cada materia de la carrera. Dentro de los posgrados hay módulos específicos.

- ¿Qué implicancias tiene la formación con perspectiva de género en la mirada conceptual de las materias?

- Es muy bien recibida, porque los alumnos ya tienen una mirada distinta. Hay estereotipos con los que no nacieron. Los estudiantes crecieron de otra manera, no en el patriarcado. Y hay una preparación del profesor con perspectiva en esos temas. Es una herramienta para mirar los hechos, a las partes, valorar las pruebas; de ese modo se les enseña a hacer una corrección de una desigualdad histórica. Y si algún docente no va por el carril adecuado, lo que puede ocurrir, los mismos estudiantes son los que lo marcan. A veces, son ellos los que les aportan la perspectiva de género a los profesores.

- Hoy también hay capacitaciones para un lenguaje no sexista. ¿Qué rol cumple el lenguaje?

- Hoy es abierto, se respeta la forma y el modo que cada uno quiere usar tanto de parte del profesor como de los alumnos. Cuando se creó el Centro de Estudios Judiciales en 2019, el rector de la UNLZ, Diego Molea, apuntó a desformalizar la Justicia, para acercarla a la comunidad. Por su parte, la Procuración de la Provincia de Buenos Aires capacitó a los empleados para un lenguaje claro y no sexista. Hoy los jueces de familia son mucho más claros al dirigirse a los niños y niñas, por ejemplo, en las sentencias de adopciones.

“Los alumnos ya tienen una mirada distinta. Hay estereotipos con los que no nacieron. Los estudiantes de Derecho de hoy crecieron de otra manera, no en el patriarcado. Y hay una preparación del profesor con perspectiva en estos temas”

- Investigó e investiga casos con mucha repercusión, como el femicidio de Anahí Benítez, o las denuncias de violencia de género contra el futbolista Sebastián Villa. ¿Qué relación hay entre la justicia y el periodismo en esos casos que toman más visibilidad?

- Estamos tratando de formar a los estudiantes de forma conjunta y que los alumnos de Derecho se amiguen con la prensa, para que la información llegue a la sociedad por medio de periodistas preparados en estos temas. La idea del CEJ es que los abogados y los periodistas estén capacitados y cumplan su rol. Por eso, por ejemplo, recientemente impulsamos un ciclo de conferencias organizado por las facultades de Derecho y de Ciencias Sociales de la universidad, en el que trabajamos el tratamiento de la violencia de género en distintos ámbitos, como el deporte, los medios de comunicación y las redes sociales.

- La violencia de género digital es un tema de preocupación creciente. ¿Cómo se está incorporando en la facultad?

- Se está hablando de los proyectos de la Ley Olimpia, de la Ley Belén (que buscan sancionar la difusión no consentida de material íntimo por redes sociales), y se está hablando de la investigación en torno a estas leyes. Pensemos que estamos tratando delitos que no tienen un espacio físico, que avanzan sobre fronteras departamentales, nacionales e incluso internacionales. Entonces se estudia también lo que es el Derecho procesal. La tecnología produjo muchos cambios y esos delitos crecieron mucho en la pandemia. Antes, como padres, teníamos más cuidados, por ejemplo, en una plaza. Hoy el peligro está dentro de casa y no lo podemos ver. En el Derecho pasa lo mismo: no hay frontera y no hay forma de establecer los cuidados. Es muy difícil el tema de la competencia. Y eso se lo trasladamos a los estudiantes. Para nosotros el lugar del hecho es un lugar físico, pero los alumnos tienen muy claro que hoy ya no es así.

- ¿En qué situación está hoy Argentina en materia de legislación de protección a la víctima de violencia de género respecto a otros países de la región?

- Internacionalmente tenemos la ONU Mujeres que hace un control de las legislaciones tanto de América Latina como del Caribe. En Argentina tenemos 21 leyes; Brasil tiene 22; Bolivia tiene 17; Uruguay y Chile ,12; Paraguay, 10. No significa que tengan menos o mejores leyes porque una ley abarca varios sentidos. Pero en Brasil, Bolivia y Paraguay aún no tienen la figura de femicidio y en Argentina la tenemos desde antes que Uruguay y Chile. Estamos bien, aunque nos falta, sobre todo lo que tiene que ver con la tecnología. Bolivia y Perú tienen el acoso sexual callejero como ley nacional; nosotros cumplimos con las recomendaciones de la Corte Interamericana, pero si salimos de la Ciudad de Buenos Aires, no lo tenemos. Falta profundizar, pero estamos encaminados.