Un equipo de investigación de la Facultad de Ciencias Médicas de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) indagó acerca de cómo impacta tomar mate durante la lactancia materna. El trabajo aporta evidencia científica sobre los beneficios de incorporar esa infusión –cebada o cocida– en la dieta cotidiana, porque provee polifenoles –compuestos químicos de origen vegetal– y antioxidantes que mejoran la calidad de la leche.

“Pertenecemos a un grupo de investigación que aborda con diferentes enfoques la salud de la mujer en el puerperio, específicamente durante la lactancia materna. El equipo está formado por médicos, nutricionistas, fonoaudiólogos y biólogas”, explicó al Suplemento Universidad Ana Scotta, médica, becaria doctoral y docente de la Facultad de Ciencias Médicas de la UNC.

En la investigación, realizada entre 2013 y 2020, participaron 279 mujeres lactantes adultas de Córdoba, que transitaban los primeros seis meses de posparto.

El equipo científico pertenece al Instituto de Investigaciones en Ciencias de la Salud (INICSA-UNC-CONICET), que estudió el impacto del consumo de yerba mate tanto en el estado nutricional de la mujer durante el puerperio como en la composición de su leche.

Scotta precisó que buscan saber “si estos polifenoles llegan a la leche humana, de qué forma, qué factores condicionan, aumentan o disminuyen esa llegada y qué efectos tienen sobre la leche”.

“Casi un tercio en promedio de los polifenoles totales que consumen las mujeres que hemos investigados en sus dietas provienen del mate”, aseguró.

La docente de la UNC subrayó: “Investigamos los polifenoles, que son antioxidantes de origen vegetal y que podrían contrarrestar el estrés oxidativo en la leche humana”.

El estrés oxidativo es un concepto que deriva de un desequilibrio entre los compuestos oxidantes y los sistemas antioxidantes en el cuerpo humano y en todos los organismos. “A causa del metabolismo del funcionamiento normal de los organismo, como puede ser en este caso la glándula mamaria, se producen ciertos compuestos que se denominan radicales libres y que deben ser eliminados adecuadamente por compuestos antioxidantes, porque si no son neutralizados pueden generar daños en las células y tejidos”, detalló.

La médica aseguró que “esto mismo en la leche humana significa que se puede producir un estrés oxidativo cuando hay mayor actividad de los radicales libre que de los compuestos antioxidantes a nivel de la glándula mamaria o de la leche, que es un tejido biológico que tiene una actividad intrínseca”.

Scotta aclaró que el estrés oxidativo en la leche “depende de muchos factores”. Por eso, el equipo investiga sobre “la dieta, la conservación de la leche, en el caso de los bancos de leche o de las mujeres que extraen leche para conservarlas, porque tienen que trabajar o niños internados y no pueden darle la teta”.

“Este proceso de extracción y conservación también puede modificar el estrés oxidativo”, resaltó.