Hace nueve mil años, un grupo de cazadores-recolectores grabó sobre una roca patagónica los primeros mensajes de una conversación aún abierta. La Cueva de las Manos es un texto con muchas voces, en la que cada generación de nuevos habitantes sumó su huella a un viaje a través de la historia que hoy encuentra nuevos interlocutores por medio de “Diálogos en el tiempo”. Ese es el nombre de una serie documental producida por la Universidad Nacional de Río Negro (UNRN), el Ministerio de Cultura y Canal Encuentro que busca visibilizar el valor de diferentes emplazamientos arqueológicos de Argentina.
Estrenada el 21 de octubre, la serie sintetiza en cuatro capítulos de alrededor de media hora los miles de años que pesan sobre los restos de actividad humana en Palancho y Los Colorados (La Rioja), Ischigualasto (San Juan), el Cerro de Cuevas Pintadas de Guachipas (Salta) y la Cueva de las Manos y sus sitios asociados (Santa Cruz), que por su importancia y dimensión histórica funciona como hilo conductor del audiovisual.
“Diálogos en el tiempo” se suma a los trabajos del Centro de Producción de Contenidos Audiovisuales (CPCA) de la UNRN emitidos por las señales públicas, en este caso con la colaboración del Instituto Nacional de Antropología y Pensamiento Latinoamericano (INAPL).
Manos que escriben sobre milenios
“Hay una transmisión de conocimiento en el tiempo entre los humanos con lapsos de miles de años que es muy impactante”, señaló Marcos Del Bello, subsecretario de Comunicación y Medios de la UNRN y productor general del proyecto, con respecto a la secuencia de marcas en la roca que diferentes grupos fueron trazando en la Cueva de las Manos.
El documental busca rescatar esa interacción y actualizar el encadenamiento de mensajes que a lo largo de generaciones se convirtió en una conversación eterna entre miembros de la misma especie.
Por esa razón, la Cueva de las Manos funciona como el punto de partida sobre el que se despliega el resto de los sitios filmados; allí, en el profundo cañón del río Pinturas –ubicado al noroeste de la provincia de Santa Cruz– se distinguen varios conjuntos estilísticos de arte rupestre que van desde los 9500 a los 2500 años de antigüedad.
“Esa idea de un diálogo en el tiempo a lo largo de casi diez mil años es lo que tratamos de demostrar. Es una serie de divulgación y conocimiento, pero también persigue el objetivo de un desarrollo y promoción turística, acompañado por un llamado a la conservación de estos espacios”, explicó Del Bello al Suplemento Universidad.
Muchos de los grabados que expone el audiovisual nunca habían sido filmados. Es el caso de los más de doce mil que resisten a la hostilidad climática de la meseta del lago Strobel, cuyo valor histórico es resaltado en uno de los capítulos por el arqueólogo Rafael Goñi. “Tratamos de llevar esos paisajes impresionantes a la pantalla chica a través de un proyecto audiovisual. Es muy difícil. Significó un esfuerzo de producción muy grande”, destacó el productor a este suplemento.
Otro de los emplazamientos casi desconocidos hasta ahora es el enclavado en el área de Palancho y Los Colorados. Sobre el desierto rojo de la provincia de La Rioja, una superposición de figuras talladas en la roca da cuenta de una comunicación a lo largo de cientos de años entre las comunidades prehispánicas y los arrieros del siglo XIX que trasladaban ganado hacia Chile. En Ischigualasto, San Juan, también se encontraron intervenciones similares.
“Los arrieros que llevaban la hacienda a Chile para traer productos más industrializados iban dejando a su paso marcas en las piedras, al igual que las dejaban las poblaciones más antiguas”, detalló Matías Saccomanno, director del CPCA y del documental, quien alertó que la de Palancho y Los Colorados “es una piedra que se está degradando muy rápido”, por lo que el registro audiovisual es de vital importancia para su conservación al menos en forma de imagen y para llamar la atención sobre la necesidad de su cuidado.
Conocer, contar, cuidar
A pesar de tener familia en La Rioja y de haber visitado la provincia en repetidas ocasiones, Saccomanno –al igual que la mayoría de los argentinos– desconocía la existencia de estos restos antes de comenzar con la investigación para el audiovisual. En ese sentido, el director comentó que la serie “busca contar que eso existe y que lo tenemos acá”.
“Diálogos en el tiempo” nació como respuesta a una convocatoria impulsada por el Ministerio de Cultura y Canal Encuentro. Fueron varias las productoras patagónicas con las que tuvo que competir el CPCA hasta resultar elegido para materializar la iniciativa. Una vez seleccionados, Del Bello y Saccomanno apelaron a la extensa red de saberes que se teje entre las universidades públicas para guionar y llenar de contenido a la idea.
“Esa es una de las cosas más lindas que tienen las universidades: todo el mundo te va abriendo puertas”, resaltó Saccomanno a este suplemento.
Así llegaron al INALP, un organismo de investigación creado en 1943 y de extenso reconocimiento académico, que desde 1995 trabaja para atenuar los procesos de destrucción de sitios con arte rupestre y para preservar estas representaciones a lo largo del país.
En el documental intervienen arqueólogos de renombre –como Carlos Aschero y María Pía Falchi– y guías especialistas de cada uno de los sectores visitados. La producción no estuvo exenta de uno de los desafíos característicos del género de divulgación: el lograr congeniar el discurso científico y las apreciaciones técnicas de los especialistas con un lenguaje televisivo siempre necesitado de una narrativa atractiva para llegar a la audiencia.
“Somos un centro de producción universitario. Nuestro leitmotiv es lograr aportar a la divulgación científica; tratar de transformar la producción académica que se genera en las universidades en un material accesible. La universidad no es una isla”, subrayó Del Bello.
En esa línea, el productor destacó la necesidad de vincular las casas de estudios con el territorio y remarcó “el esfuerzo colectivo para la sociedad” que implica el sostenimiento de estas instancias de transferencias de conocimientos y un compromiso que lo haga valer.
“La serie transmite mucho contenido, pero tiene bastante ritmo. Las ganas de hacer tanto nuestras como de los especialistas nos llevó a que termináramos hablando un mismo lenguaje. Quedó algo bien articulado, que engancha y te cuenta una historia. Uno se sumerge y atraviesa todo eso fascinado, porque los paisajes son tremendos y los grabados y las pinturas son muy interesantes”, evaluó Saccomanno.
“Diálogos en el tiempo” se emite los viernes, a las 21, por Canal Encuentro y se repite los sábados, a las 18.30. También está disponible en el canal de YouTube de la señal.