Los alegatos por el femicidio de Paola Ávila comenzarán hoy jueves en el Salón de Grandes Juicios de la Ciudad Judicial salteña. En la causa están siendo juzgados siete varones y dos mujeres. Ante la cantidad de personas imputadas, está previsto que hoy aleguen la fiscala de la Unidad de Feminicidios, Mónica Poma, y la defensora oficial Sandra Ortiz, que representa a dos acusados. Mientras que el viernes continuarán alegando los abogados defensores de los otros implicados.
El juicio comenzó el 1 de noviembre y estaba previsto que se extiendiera hasta el 18 de noviembre. Los jueces Federico Diez, Francisco Mascarello y la jueza Paola Marocco integran el Tribunal que dictará sentencia.
La víctima era costurera y madre de dos hijas de 13 y 11 años, y de un hijo de 10 años. Residía con ellxs en el barrio Alto La Viña. Su cuerpo fue encontrado el 17 de enero de 2020 en un terreno baldío ubicado cerca de su domicilio, en el barrio vecino Puerto Argentino de la ciudad de Salta.
En la causa hay 9 personas imputadas que estuvieron con la víctima la madrugada que fue asesinada, y el delito por el que están procesadas es homicidio agravado por alevosía, ensañamiento y por mediar violencia de género.
Los acusados Pablo "Pelado" Campos, y Cristian "Lupín" Salas están siendo representados por la defensora Ortiz, que alegará hoy.
El viernes seguirán los alegatos del defensor oficial Jorge Bonetto, en representación de lxs imputadxs Romina Bracamonte, Leonel Suárez y Gladys Pastrana.
Ese día también alegará el abogado particular Jaime López Figueroa en defensa de Jorge Olmedo. Mientras que Marcelo Arancibia alegará por el acusado Ezequiel Guzmán, y el abogado Agustín Solá Garrido, por los imputados Claudio "Cuqui" Herrera y Javier Alfaro.
Ayer el Tribunal terminó de recibir las declaraciones de los testigos, y de dos acusados que optaron por prestar declaración.
La noche del femicidio
"Cuqui" Herrera declaró que en la noche del 16 de enero de 2020 estaba con unos vecinos en una esquina del barrio Puerto Argentino consumiendo alcohol y pasta base. Alrededor de las 23 llegó Ávila, quien bajó de un auto gris y se sumó al grupo. Al rato llegaron Campos y otro hombre, al que conocían por el apodo de "Moreno", cada uno en sus respectivas motos. Herrera dijo que al segundo lo conocía porque eran amigos. Los dos se quedaron y después de un rato se fueron porque tenían un cumpleaños. Dijo que todos consumieron pasta base.
Herrera afirmó que él había llevado su propia droga que había comprado en la zona de "El Bajo" en Villa San Antonio, dijo uqe tenía “varias lagrimitas" y que el consumo fue compartido. Aunque aclaró que en esas circunstancias cada uno está “en su propio mambo”, dijo haber oído una discusión “así nomás” entre Paola y el “Pelado” Campos, referida a algo sobre la cárcel.
Luego comenzó a lloviznar y el grupo se trasladó debajo de un árbol, cerca de la casa de Guzmán. Poco después vieron pasar a Campos solo, en su moto, y lo llamaron. Tenía un vino que compartieron. En ese momento paró la lluvia y regresaron a la esquina donde estaban al principio. Alrededor de las 6 de la mañana apareció un patrullero para dispersarlos.
Herrera sostuvo que se quedó frente a la tercera vivienda de esa cuadra, con Alfaro, Suárez, Pastrana y Bracamonte. Dijo que Guzmán se despidió de él y se fue a su casa. Aseguró que no vio bien hacia dónde se dirigieron Paola y Campos y que desconoce si se fueron juntos, aunque en su primera declaración había aseverado que la víctima se fue en la moto con Campos. Consultado sobre esta contradicción, dijo que quizás en aquella oportunidad “se expresó mal”.
En ese contexto, Herrera relató que el móvil policial hizo una segunda pasada y ellos regresaron a la esquina. Sostuvo que cuando estaban ahí llegó Olmedo con un par de zapatillas rosadas y se las quiso vender “para fumar”, pero él le dijo que no tenía plata. Precisó que las zapatillas estaban sucias, con barro, y que Olmedo las dejó en un costado. Aseguró que el resto del grupo vio toda la escena, aunque dijo que no sabe si se las ofreció a alguien más.
Luego de esto siguieron tomando y, como ya había amanecido y empezaba a circular gente, se retiraron a un costado del playón del barrio. Cuando estaban ahí llegó “Lupín” Salas y él le pidió que lo acerque hasta su casa, en el barrio Divino Niño. Herrera indicó que, cuando él se fue, el resto de los imputados quedó en el playón.
Respecto de una escoriación que le detectaron en un brazo días después del femicidio, Herrera dijo que una amiga lo había rasguñado cuando estaban consumiendo alcohol.
"Colita" Olmedo declaró después. Relató que el 16 de enero estuvieron reunidos desde la tarde frente al tanque de agua del barrio. Cerca de la medianoche llegó Ávila. Ya se habían sumado varios amigos más. Como a las 6 de la mañana apareció un patrullero y se dispersaron en diferentes direcciones. Aseguró que “Keco” Guzmán se fue a su casa, mientras que él se escondió y luego regresó a la esquina a seguir consumiendo.
Dijo que no sabe a dónde se fue Ávila cuando arribó el móvil policial, y aclaró que en fiscalía dijo que la había visto irse en la moto con Campos, “porque todos decían eso”, pero en realidad él no la vio.
Por otro lado, dijo que cuando regresaba a la esquina se cruzó con Herrera y con Pastrana. Le dijeron que se iban a “armar” bolsas de pasta base. A los cinco minutos Herrera se sumó al grupo de nuevo pero Pastrana se demoró como 30 o 40 minutos, que Herrera tenía las bolsitas de droga para vender, que “mayormente les regalaba a ellos y les vendía a las personas que llegaban de otros barrios”.
Olmedo dijo que la víctima consumió sustancias y que se las compró a Herrera. Ella tenía $200 que le había dado el sujeto que conducía el auto del que bajó. Aseguró que todos escucharon cuando ella le gritaba enojada que esa suma no le iba a alcanzar para nada. Campos, que no era del barrio, también le compró a Herrera la droga que consumió.
Las zapatillas de la víctima
El cuerpo de la víctima fue encontrado sin zapatillas, y este es un elemento por el que hay varixs imputadxs. Olmedo reconoció que él le dio un par de zapatillas rosadas a Herrera a cambio de dos bolsitas de pasta base. Respecto a cómo obtuvo esos calzados, aseguró que se los dio Pastrana para que hiciera la transacción por droga. Según Olmedo, esta mujer le aseguró que las zapatillas eran de su hermana y él supuso que se las había robado para obtener estupefacientes.
“Yo estaba duro. Ella me indicó dónde había dejado las zapatillas, las levanté, las puse debajo de mi remera y se las entregué a Herrera. A cambio me dió dos bolsitas”, declaró Olmedo. Indicó que Herrera las dejó escondidas detrás de unos palos. Después alguien trajo una mochila negra para guardar las zapatillas. Por su estado, dijo que no recuerda qué pasó luego con la mochila.
Asimismo, dijo que no sabía por qué Pastrana no hizo directamente la transacción con Herrera. También negó haber ido a la casa de una joven a intentar vender el calzado ese mismo día, contradiciendo la versión de Herrera.
Herrera declaró que días después del hallazgo del cuerpo de la víctima, cuando circuló el rumor de que le habían robado el calzado, él le dijo a un efectivo del Cuerpo de Investigaciones Fiscales que esa noche Olmedo le había querido vender unas zapatillas. También ratificó que Pastrana le aseguró que Olmedo había ido ese mismo día a su casa a querer vender un par de zapatillas, pero que su mamá lo sacó corriendo.