“Entraron rompiendo todo. Vidrios, puertas y ventanas. Palos y gases. Y amenazas. Amenazas de todo”, relató desde adentro de la planta Camilo Mones, delegado de los empleados despedidos de Pepsico. Alrededor de 20 trabajadores permanecieron en el interior de la fábrica ocupada por la Infantería de la Policía Bonaerense tras la brutal represión en los alrededores del lugar. Finalmente fueron desalojados. "Peleamos hasta el final. Nos sacaron pero la lucha va a seguir. Esto no se termina acá”, aseguró .
Luego del ingreso violento de la policía, el delegado y varios operarios y operarias se resguardaron en una de las terrazas de la planta para evitar ser detenidos. Desde allí pidieron que se dejara entrar a una comisión de diputados y abogados para negociar la salida de los trabajadores. “Sólo queríamos negociar. Pedíamos trabajo y nos rompieron la cabeza”, se indignó frente a la actitud de la policía.
“Afuera nos reprimieron en forma brutal. Adentro, también. Tiraron gases y nos corrieron. Hay un compañero con problemas de corazón y una compañera con problemas de nervios desde que la gasearon”, contó a C5N hasta que en medio de la comunicación comenzó a alertar que la policía había roto un caño de gas ubicado en las cercanías de la terraza en la que se encontraba. “Se rompió el caño de gas presurizado. Bajen. Vamos a volar todo”, dijo hasta que la comunicación se interrumpió. Minutos después las fuerzas de seguridad tomaron el control de la planta.
De hecho, uno de los motivos por los que decidieron irse del lugar fue porque “para subir a la terraza, un policía pisó un caño maestro de gas y lo rompió”. “Había un olor terrible y varias compañeras vomitaron”, prosiguió. Otro de los trabajadores que habló con la prensa una vez afuera de la planta sostuvo que esa rotura "fue a propósito, para que bajemos".
Mones describió otro de los momentos de mayor tensión adentro de la fábrica: “En la desesperación, hubo compañeros que se pusieron al borde de la terraza pero la policía igual siguió avanzando, no les importó nada”. Además, responsabilizó de la brutal represión a "la gobernadora (María Eugenia) Vidal, que mandó a reprimir a las obreras; porque el 70 por ciento del personal son mujeres”.
Durante una improvisada rueda de prensa, los empleados despedidos aseguraron no haber arrojado piedras contra las fuerzas de seguridad y agradecieron la colaboración de los vecinos “que día a día nos alcanzaban mercadería” para sostener la toma que mantenían desde el 20 de junio, cuando la empresa decidió cerrar la planta y les comunicó por medio de un cartel colgado en la puerta que los 600 empleados que allí trabajaban quedarían en la calle. “No estamos detenidos, estamos despedidos. Nos fuimos. Peleamos hasta el final, hasta lo último. Nos desalojaron pero la lucha va a seguir. Esto no se termina acá, nos van a ver en (la planta de PepsiCo de) Mar del Plata y en la Panamericana”, advirtió Mones .
Por tu parte, Patricia Mora, también delegada de PepsiCo, denunció que “no hubo negociación ni nada” y aseguró que “tampoco le dieron la posibilidad de dialogar ni a los diputados que están acá”. “Sólo queríamos pedir nuestros puestos de trabajos y que viniera un juez de garantías, pero nos golpearon y tiraron con todo”. Confirmó que hubo detenidos. Una abogada de los trabajadores precisó que fueron detenidos tres de ellos.
Mones responsabilizó de lo ocurrido a Vidal, porque las fuerzas que ingresaron están bajo su mando. Negó, además, que exista “algún tipo de diálogo” con el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo. “Tampoco con la jueza (Andrea Rodríguez Mentasty), quien siempre nos ninguneó”, agregó.
Mora, en tanto, lamentó que “nadie sabe adónde se lo llevaron” a los detenidos durante la golpiza previa al ingreso de la Infantería a la planta. “Sólo vimos que se los llevaron en camiones jaulas”, contó.
Por otra parte, el delegado negó la versión que la empresa hizo circular acerca de una posible mudanza. “Tienen una logística nueva, la planta está a 5 minutos de la Capital. A la contaminación la resolvieron. Es un barrio industrial. Decir que se van es un argumento falaz. No le creemos”, sentenció.