Ayer se presentó en la Universidad Nacional de Salta la colección Editorial "Memorias étnicas vivas de los pueblos originarios", una compilación de nueve libros que recoge las memorias étnicas de los pueblos originarios de Tartagal, en el departamento San Martín, y de áreas del Gran Chaco Central, en las voces de las propias comunidades indígenas. Las obras se basan en relatos orales con los que se pudieron recuperar las historias de la resistencia indígena a la conquista. Además, ponen en valor los saberes y prácticas ancestrales de los pueblos Wichí, Weenhayek, Guaraní y Toba (Qom).
La organización de la presentación estuvo a cargo del colectivo de mujeres indígenas Aretede, radio La Voz Indígena, la Facultad de Humanidades de la UNSa, la Escuela de Antropología-UNSa, y el Instituto de Investigación en Ciencias Sociales y Humanidades (ICSOH) -CONICET. Hoy se hará una nueva presentación en la sala 4 del Museo de Bellas Artes (avenida Belgrano 992), desde las 17.
En la colección se podrán disfrutar de textos que se comenzaron a construir desde el 2000, en el marco de los Talleres de Memoria Étnica, coordinados por la antropóloga y activista Leda Kantor, integrante del colectivo Aretede, que está conformado por mujeres pertenecientes a los pueblos Wichí, Guaraní, Toba (Qom), Chorote, Chulupí y Tapiete.
Desde hace dos décadas el Taller de Memoria se convirtió en un espacio de encuentro, investigación, escucha atenta y mutua, que da cuenta de un proceso íntimamente relacionado con la expresión de las voces de los pueblos indígenas, sector históricamente silenciado, avasallado y sometido. Por ello, el taller se fue gestando como un lugar para poder transmitir las historias a nuevas generaciones, compartir experiencias y debatir sobre temas comunes a las realidades indígenas.
Felisa Mendoza, directora por el Pueblo Guaraní de la radio La Voz Indígena y miembra de Aretede, dijo a Salta/12 que el trabajo que llevan adelante hace más de 20 años responde a la necesidad de poder contar su historia y darla a conocer. "Es la historia de cada una de nosotras y escribimos para que nuestra historia no se quede (sólo en la comunidad). Tiene que salir para que la gente la conozca y nuestros jóvenes también", expresó.
En ese sentido, aseguró que poder relatar en varios libros las diversas historias de los pueblos también dio la posibilidad de que se sepa que entre son varios. Cuestionó que "todos nos dicen que somos de la misma (etnia), pero somos diferentes porque tenemos diferentes lenguajes y en estos libros están plasmados lo que somos".
"Tenemos distintas historias y por esa razón empezamos a hacer libros", subrayó. Felisa es una de las escritoras del "Gritos de las madres del monte. Voces de mujeres en lucha".
Por su parte, Nancy López, directora por los pueblos Weenhayek y Wichí de la radio La Voz Indigena y también integrante de Aretede, dijo durante la presentación que siguen trabajando en la búsqueda de materiales. En la actualidad, mantienen como una prioridad seguir indagando sobre el monte y los animales, sobre todo, por el desastre ambiental que se está produciendo en tierras indígenas, ante los constantes daños, desalojos y usurpación de territorios.
"Hoy nos damos cuenta que todos los pájaros que nos anunciaban cosas (y aparecían en pocas oportunidades) están viviendo en casas de familias porque la destrucción es total", advirtió López. Por ello, afirmó que los animales hoy no tienen dónde vivir. "Los avasallan a ellos y nos avasallan a nosotros porque cuando se tiene conocimiento de la importancia de los animales, se da cuenta que es lamentable lo que pasa", manifestó.
Los primeros libros frutos del taller fueron publicados en 2003, con los títulos "Lunas, tigres y eclipses. De y memorias. La voz de las mujeres indigenas" y "El anuncio de los pájaros. Voces de la resistencia indigena".
Recién en 2019 pudieron emprender nuevamente el proceso de publicación de textos realizados en años anteriores. Para ello, crearon el "Fondo Editorial Aretede" como estrategia de gestión destinada a brindar sostenibilidad económica a la publicación de los libros.
En ese marco nacieron los títulos: "Las cuatro voces del viento. Historias del monte wichi"; "Un peyak danzando en el viento. Voces del cacique Taikolic. Lucha del pueblo Toba (1843-1917)"; "Gritos de las madres del monte. Voces de mujeres en lucha"; "Historia comunitaria de Yariguarenda"; "Historia comunitaria de Taperigua"; "Tewook La Lees. Hijos de los ríos. Historia del pueblo Weenhayek "; Historia comunitaria de Peña Morada".
Los últimos libros fueron publicados con el apoyo del Fondo de Mujeres del Sur, la Fundación Plurales y el programa Fortaleciendo a las Defensoras Ambientales co-financiado por la Unión Europea.
Benito Arias, del pueblo Qom, formó parte del libro "Un peyak danzando en el viento. Voces del cacique Taikolic. Lucha del pueblo Toba (1843-1917)" y aseguró que, a diferencia de otras etnias, el Pueblo Toba tiene una población más pequeña en la provincia. "Hay pocos y aparecen desparramados y sin tierra", advirtió.
Aún así, dijo que era crucial poder dar cuenta de un pedazo de la historia en la que todo el pueblo "tuvo a sus enemigos en la puerta y resistió mucho tiempo". Por ello, agradeció el acompañamiento de las mujeres de Aretede y de la radio La Voz Indígena porque ahí "podíamos trabajar tranquilos para formar estos libros que hoy vemos en la mesa".
Mientras que Isaías Fernández, cacique de la comunidad El Quebracho, participó del libro "Tewook La Lees. Hijos de los ríos. Historia del pueblo Weenhayek". Allí pudo aportar datos históricos y culturales desde la cosmovisión de su pueblo.
Tewook La Lees reúne además los relatos del “Grupo por la Memoria Weenhayek”, integrado por Manuel Montes, Elizabeth Medina, Isaías Fernández, Nancy López, Benito Rodríguez, Enrique Juárez, José Zigarán, Nilda Juárez, Hernán Márquez y Mónica Medina.
"Nosotros pudimos recopilar mucha información con el acompañamiento de las mujeres de Aretede", contó. Relató la dificultad de ser autoridades de las comunidades por diversos problemas que surgen. "En todas esas cosas es fundamental que nosotros mantengamos con firmeza de que la comunidad no pierda su cultura", expresó.
En las comunidades indígenas también se aborta
María Miranda participó en el libro "Gritos de las madres del monte. Voces de mujeres en lucha", pero también formó parte del proceso de elaboración de Cuerpos y Libertades, una colección de materiales gráficos y sonoros que adaptan sociolingüísticamente los protocolos para la atención integral “de Víctimas de Violaciones Sexuales”, del Ministerio de Salud de la Nación y “de las Personas con Derecho a la Interrupción Voluntaria y Legal del embarazo”, de 2021.
Su realización se hizo por la articulación entre la organización Católicas por el Derecho a Decidir y las mujeres de Aretede. Se trata de una propuesta en idiomas wichí, guaraní, toba y chorote que alienta la toma de decisiones informadas.
"Hemos trabajado en cómo llegar a las comunidades y cómo hacerles entender a nuestros abuelos y abuelas qué era el aborto", expresó, al tiempo que aseguró que la palabra aún es considerada "mala" para las personas mayores. "Nosotros como jóvenes la entendemos, pero ellos no", subrayó.
Aún así, Miranda señaló que al interior de las comunidades se sufre violencia de género y violaciones a niñas, alrededor de los 12 años, lo que deriva en embarazos. "Queremos que las niñas sepan que tienen derechos", indicó. Antes de la publicación de los materiales se realizaron talleres para discutir el tema y se llegó a las casas de las familias. "Nos hemos sentado y reunido con todas las mujeres para poder trabajar este libro y los audios", contó.