¿Cuántos policías hacen falta para clausurar una fiesta drag independiente y autogestionada? Ya nos vamos a enterar. Antes un par de datos. Desde hace un par de años en La Plata se viene realizando La Drag Fiesta, según Ulises Rojas (La Chaco), unx de sus organizadorxs, “La Drag Fiesta nace a principios del año 2015. Con Ari Dipaoli desde hace años veníamos activando en cuestiones de disidencia maricotortatrans. Sentíamos que desde que se había dejado de realizar La Fiesta Felina, no encontrábamos un lugar en la noche platense. Teníamos nuestras amigas, maricas y trans artistas con las que veníamos realizando actividades, Ale Paiva y Felipe Benedetti, (Arami & Lila) y después se sumaron Elías Gadan y Matías Rodríguez (Color & Petra Diphusa). La fiesta fue creciendo año a año, hasta sumar a todas las que conforman hoy el staff de la fiesta: Caramelo, Quimey Ramos, Sónica Satana, Abi Satana, Gloria”.
El sábado 8 de julio, en el Club Cultural Casa Unclan se realizaba una edición más (ya van varias en el 2017) que llevaba el tema “Proletarias del mariconaje drag unidas contra la hétero cis burguesía” con el que se realizaba según Ulises “una crítica a la cis heteronormatividad en todos los espacios de militancia, los partidos políticos y en los medios de comunicación”. La fiesta transcurría como siempre hasta que pasadas las cuatro de la mañana irrumpieron agentes de la Secretaría de Convivencia y Control Ciudadano, en un operativo en conjunto con la Policía Bonaerense y la Policía Local. Lxs trabajadorxs del Club Cultural Casa Unclan, en su comunicado de repudio denunciaron que “la interrupción del evento fue acompañado por una violencia simbólica, directa y discursiva por parte de las autoridades, al decidir ellos mismos que las expresiones de las artistas drag no son una actividad cultural.”
Control Urbano entró al lugar sin autorización y decidieron, bajo la justificación de la falta de habilitación del lugar, clausurar el espacio y sacar a toda la gente a la calle.
El acoso que se evidenció en la clausura de la Drag Fiesta es parte del entramado de violencia y persecución que sufren la comunidad lgbti. Como dicen lxs trabajadorxs del lugar y lxs organizadorxs “la cantidad de oficiales armados para reprimir era descomunal. Ingresaron al club policías sin ninguna orden de allanamiento y sin ningún motivo aparente”. Cortaron la calle y llenaron de patrulleros la cuadra en un operativo cinematográfico. O quizás no, tal vez es el pánico que genera el avance de la autogestión de los afectos y placeres. Se ordenó desalojar el lugar y se dio por terminada la fiesta. No hubo orden de allanamiento y motivo. Según les organizadores, “la actitud fue de coerción a nuestras libertades artísticas y militantes. Hicimos extensa la denuncia en las redes sociales y con un comunicado de prensa. Hartas del hostigamiento que se viene realizando a la comunidad lgbti y en todas las movidas culturales y militantes”.
Era una fiesta tranquila y no se entendía por qué la magnitud del operativo: Cristal, cuenta que llegó y al rato cayó la policía y sacaron a todxs y que “había una cantidad de patrulleros innecesaria y, obvio, llegaron cuando la fiesta estaba en pleno auge”. Lxs trabajadorxs del lugar denunciaron que “paraban a las personas que salían de la fiesta y se dirigían hacia ellxs de manera violenta”. ¿Por qué tanto operativo? Dicen les organizadores: “La policía de Garro y Vidal nos mostró la bronca que nos tiene a las maricas, las tortas, lxs trans, las travas”. Otra de lxs asistentxs, Florencia, cuenta que vio a los de Control Urbano y que había policías obstruyendo la puerta para ver quién salía y quién quería entrar, afuera vio que toda la cuadra estaba cortada y había patrulleros, motos y muchos policías molestando a lxs que estaban en la vereda.
En un comunicado de prensa les organizadores denunciaron el operativo policial pedido por vecinos que no tiene que ver con cuidar la integridad física de las personas que estaban dentro y fuera del establecimiento, sino con otra cosa: “¿Estaban preparados para reprimirnos en caso de que no salgamos ordenadxs y tranquilitxs como ellos querían?”
¿Cuántos policías hacen falta para clausurar una fiesta independiente? Mucha, demasiada. Diez motos, cinco camionetas, tres patrulleros, más de treinta agentes, la calle cortada. Todxs lxs que estuvieron pudieron ver el operativo, una acción organizada para censurar. Y como dicen les organizadores: “Parece que no sólo tenemos que cuidarnos de la violencia diaria que vivimos en las calles, tampoco podemos expresar libremente nuestro mariconaje, nuestra disidencia y nuestro arte. Lo ocurrido no nos llenará de miedo, por el contrario nos da aún más fuerzas para seguir dándolo todo y aún más, como estamos acostumbradxs a hacerlo.”