Corea del Norte disparó este viernes un misil balístico intercontinental, según las fuerzas armadas surcoreanas, el segundo lanzamiento en dos días. El proyectil habría caído en aguas de la zona económica exclusiva japonesa. Por su parte, Corea del Sur y Estados Unidos, respondieron este mismo viernes con bombas guiadas y maniobras sobre el mar del Este.
El Estado Mayor conjunto surcoreano anunció que había detectado un presunto misil balístico (ICBM) de largo alcance alrededor de media mañana, disparado desde la zona de norcoreana Sunan en la capital, Pyongyang, hacia el mar de Japón. El misil recorrió una distancia de unos mil kilómetros a una altura máxima de 6.100 kilómetros, según el ejército surcoreano, que calificó el lanzamiento como una amenaza a la paz y estabilidad en la península coreana.
En declaraciones a la prensa en Bangkok, donde participa en una cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC), el primer ministro japonés, Fumio Kishida, aseguró que el misil habría caído en aguas de la zona económica exclusiva de su país, cerca de la región norteña de Hokkaido.
Según el ministro japonés de Defensa, Yasukazu Hamada, el proyectil tenía capacidad para llegar a territorio estadounidense. "Basados en cálculos que consideran la trayectoria, el misil balístico esta vez pudo haber tenido un alcance de quince mil kilómetros, dependiendo del peso de la ojiva, y si es así, podría alcanzar a Estados Unidos", afirmó Hamada.
Rusia acusó a Estados Unidos
Por su parte Rusia, aunque permanece fiel a una solución diplomática para la península coreana, acusó a Estados Unidos de poner a prueba la paciencia de Corea del Norte. "Estados Unidos y sus aliados en la región prefieren un camino diferente, como si estuvieran poniendo a prueba la paciencia de Pyongyang", declaró en Moscú el viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Riabkov.
El disparo se dio un día después de que Corea del Norte lanzara un misil balístico de corto alcance y de que su ministro de Relaciones Exteriores, Choe Son Hui, advirtiera de acciones militares más feroces si Estados Unidos fortalece su presencia en la región de la península coreana. Washington busca impulsar la cooperación en seguridad regional con ejercicios militares en respuesta a Corea del Norte, que considera tales maniobras como evidencia de agresión norteamericana.
El presidente estadounidense, Joe Biden, discutió acciones para controlar el armamento norcoreano con su par de China, Xi Jinping, y el primer ministro japonés, Fumio Kishida, en medio de temores de que Pyongyang realice un ensayo nuclear. Corea del Norte fue un tema central en la reunión entre Xi y Kishida este jueves al margen de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en Bangkok.
Expertos señalaron que el lanzamiento del ICBM, una de las armas más poderosas de Corea del Norte, es un indicio claro de que el líder Kim Jong Un está molesto por esas discusiones. "Ahora se estima que fue un ICBM. Si ese es el caso, es un mensaje claro a Estados Unidos y Japón", afirmó Han Kwon-hee, gerente del Foro de Estrategia de Misiles.
Respuesta de Corea del Sur y EE.UU.
Los ejércitos surcoreano y estadounidense respondieron este mismo viernes al misil balístico intercontinental lanzado por Corea del Norte disparando bombas guiadas a modo de prueba, además de realizar otras maniobras aéreas combinadas sobre el mar del Este (nombre que recibe el mar de Japón en la dos Coreas).
Aviones de combate surcoreanos de quinta generación F-35A lanzaron bombas guiadas por láser GBU-12 sobre objetivos que simulaban ser plataformas erectoras móviles norcoreanas (TEL, por sus siglas en inglés) mientras otros cuatro F-35A surcoreanos y cuatro F-16 estadounidenses realizaron vuelos en formación de combate sobre el mar de Japón, informó el Estado Mayor Conjunto (JCS) surcoreano en un comunicado.
Se trata de dos operaciones que simulan ataques preventivos e incluso operaciones de castigo contra intereses norcoreanos, en lo que supone un duro mensaje para Pionyang. “Los aliados demostraron su firme voluntad de responder de manera resolutiva a cualquier amenaza y provocación, incluyendo un misil balístico intercontinental (ICBM) de Corea del Norte, y su abrumadora capacidad y disposición para atacar al enemigo con precisión”, añadió el texto del JCS.
Condenas a los disparos
La vicepresidenta de EE.UU., Kamala Harris, y mandatarios de Japón, Canadá, Corea del Sur, Nueva Zelanda y Australia condenaron el lanzamiento del misil norcoreano, advirtiendo a Pyongyang que se encontrará con "una respuesta fuerte y determinada de la comunidad internacional".
Tras la reunión de urgencia convocada por Harris en los márgenes de la cumbre del Foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico, en Bangkok, la Casa Blanca emitió un comunicado en el que afirma que los participantes en el encuentro se mostraron de acuerdo en que el lanzamiento del misil "es una violación descarada de múltiples resoluciones del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas".
Por ello, pidieron a los países miembros de la ONU que pongan en marcha resoluciones para responder a esta violación al tiempo que reafirmaron que el camino del diálogo está abierto para la República Democrática de Corea del Norte, a quien pidieron que abandone la provocación innecesaria y vuelva a la diplomacia seria y sostenida.
La vicepresidenta, que representa a Estados Unidos en el APEC, se reunió en los márgenes de la cumbre con los primeros ministros de Japón, Fumio Kishida; Australia, Anthony Albanese; Nueva Zelanda, Jacinda Ardern; Canadá, Justin Trudeau; y Corea del Sur, Han Duck-soo. “El lanzamiento hoy de este misil de largo alcance supone una amenaza imprudente para nuestra seguridad, desestabiliza nuestra región y, en particular, está causando un trauma al pueblo de Japón y al de la República de Corea, dijo Albanese en una rueda de prensa en Bangkok tras la reunión.
Por su lado, la primera ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, quien también participó en el encuentro, expresó en Bangkok que su país se une para condenar enérgicamente las acciones de Corea del Norte. "Quiero reconocer especialmente la ansiedad, la profunda preocupación, la amenaza a la seguridad, que esta escalada, este creciente uso de misiles supone para Japón y Corea del Sur", añadió la mandataria de Nueva Zelanda, país que aboga desde hace décadas por el fin de la proliferación de armas nucleares.
Por su parte, el canciller japonés, Fumio Kishida, calificó el lanzamiento del misil de "totalmente inaceptable" y llamó a una unidad de acción de la comunidad internacional para la desnuclearización completa de Corea del Norte.
Récord en lanzamientos
Semanas atrás, Corea del Norte realizó una oleada de lanzamientos, incluyendo un ICBM que según Seúl habría fallado. También disparó un misil balístico de corto alcance que cruzó la frontera marítima de facto entre los dos países, cerca de aguas territoriales surcoreanas. El presidente de Corea del Sur, Yoon Suk-yeol, lo calificó como una "invasión territorial de hecho".
Ambos lanzamientos fueron parte del torrente de disparos del 2 de noviembre, con 23 misiles, más que en todo 2017. Expertos señalan que el Norte aprovecha la oportunidad de hacer pruebas de misiles prohibidos porque confía en evitar nuevas sanciones de la ONU dado el estancamiento en el organismo mundial por la guerra rusa en Ucrania.
China, principal aliado diplomático de Corea del Norte, se unió en mayo a Rusia para vetar un intento estadounidense de endurecer las sanciones contra Corea del Norte en el Consejo de Seguridad de la ONU.