El presidente brasileño Michel Temer logró un respiro en su intención de aferrarse hasta 2018 al poder que obtuvo mediante un golpe parlamentario contra Dilma Rouseff: la Comisión de Constitución y Justicia de Diputados votó en contra de que esa Cámara acepte la denuncia por corrupción contra el mandatario.
A pesar de que el instructor de la comisión, Sergio Zveiter -del PMDB del propio Temer-, había recomendado que se acepte la presentación realizada por el Procurador General Rodrigo Janot, 40 de los 66 diputados de la comisión votaron en contra de ese dictamen. El tema llegará igualmente al recinto de la Cámara baja, donde se necesitan dos tercios de los votos (342 diputados) para que el mandatario sea suspendido por seis meses del cargo para ser investigado.
Temer por ahora puede estar confiado: de mantenerse los apoyos que obtuvo en la comisión, su partido y los aliados en la coalición de Gobierno (especialmente el PSDB) lo salvarían de la denuncia. Solo los 25 legisladores opositores votaron a favor de que el Tribunal Supremo de Justicia investigue al Presidente, el primero en ser denunciado por corrupción al estar en el cargo.
La denuncia, presentada formalmente ante el Tribunal Supremo a finales de junio, se basa en acusaciones de la empresa JBS, el primer productor cárnico del mundo. Según el fiscal general Janot, Temer se habría beneficiado durante años de sobornos pagados por JBS, que buscaba asegurarse un trato de favor en sus negocios con el Estado.
El presidente de la Cámara de Diputados, Rodrigo Maia -que sucedería a Temer si es suspendido-, todavía no fijó la fecha en la que sesionará Diputados. Si la convocatoria no es para mañana o para el lunes, la decisión final sobre la denuncia contra el mandatario podría quedar pendiente hasta agosto, ya que el Congreso entrará en receso el martes.