Movilizada, así se siente Pamela Vicente, integrante de Mamá Cultiva, un grupo de madres que en los últimos meses giraron por despachos de diputados, canales de televisión, se reunieron con médicos y viajaron por el interior del país implorando que les permitan cultivar y usar el aceite de cannabis para tratar a sus hijos. Si bien la ley no permitió el autocultivo como pedían las madres, fue un primer paso para legitimar el uso del cannabis en tratamientos médicos.
¿Cuándo comenzó a usar el aceite de cannabis?
Descubrí el aceite de cannabis hace ocho meses cuando me acercaron uno para probar con mi hija Guadalupe, que tiene 11 años y padece una epilepsia refractaria y una parálisis cerebral. Mi hija tenía alrededor de cuarenta convulsiones diarias y vivía dormida y babeándose, por los efectos adversos que producen todos los medicamentos.
¿Qué significa que la epilepsia sea refractaria?
La particularidad de los chicos con este tipo de epilepsia es que no reaccionan a la medicación, no se puede controlar con ningún tipo de fármaco. Hay chicos que convulsionan hasta 200 veces por día, viven en un estado de espasmos musculares contante que no se puede controlar. Los estragos que producen los anticonvulsionantes son durísimos: entre los efectos adversos está la anorexia, caída de cabello, irritabilidad y retención de líquidos. Todo combinado con la medicación psiquiátrica que también tienen que tomar los chicos. ¿Qué les puede hacer de malo el cannabis?
¿Cuál fue el efecto del aceite?
Notamos una reducción enorme de las crisis y convulsiones. Además, Guadalupe tuvo un despertar cognitivo muy importante. Ahora es una nena que sonríe, que interactúa con la hermana y que ve los dibujitos en la tele. El cannabis me la devolvió a la vida.
¿Cómo es el cultivo?
Es muy diferente si cultivás plantas de exterior o de interior. Yo cultivo adentro de casa y con diez gramos de flores consigo un milímetro de resina pura, con lo que luego se hace el aceite. Eso nos dura alrededor de veinte días. Tenemos treinta plantas en diferentes etapas de crecimiento, es un círculo que generamos para no perder el abastecimiento. Hay muchos tipos y cepas de planta y hay que encontrar la que mejor funciona para tu hijo. La que propone importar el Gobierno desde Estados Unidos es sólo un tipo de aceite que le serviría al 20 por ciento de los chicos.
¿Pero el cultivo seguiría siendo ilegal?
Sí. Hoy las mamás que cultivamos tenemos las mismas penas que un norcatroficante y van de cuatro a quince años de prisión. Seguimos corriendo riesgo de ir presas por cultivar. Pero no tengo miedo, las mamás no tenemos miedo. Si me llevan presa seguirá cultivando la abuela o el padre. Mi único miedo es que me saquen las plantas y me dejen sin el tratamiento para mi hija.
¿Están conformes con la media sanción de la ley?
Estamos muy movilizadas, fue un primer paso enorme. Sabemos que hay que seguir trabajando mucho pero por lo menos logramos que el despacho incluya una especie de paraguas legal para amparar a las madres que cultiven. Se crearía un registro de usuarios voluntarios para los pacientes con patologías aprobadas para el uso del cannabis y quienes estén en ese registro quedarían exentos del artículo 5 de la Ley de Estupefacientes, donde se establecen las penas para las personas que cultivan. Si bien no está definido explícitamente, nos ampara un poco.