La cantante Natalia Brizuela César, que ha recorrido los escenarios más importantes de la provincia y otras ciudades argentinas, canta y compone canciones bluseras, además de dirigir un coro de gospel y muchas actividades más. En esta charla con Catamarca/12, la artista habla sobre sus orígenes en la música, lo que espera para el futuro y cómo ve al panorama artístico en este 2022.
¿Cómo fueron tus inicios en el canto?
Canté toda la vida, no sé si bien o mal, pero cantaba. La mesada era el escenario, yo ponía la radio fuerte a la siesta y mientras todos dormían yo daba me hacía la artista. También componía, incluso esas canciones que hacía de chica me las acuerdo y desde muy pequeña formé parte de banditas de música, de coros de chicos, etc. En la primaria tuve una experiencia maravillosa, ya que pude hacer la Misa Criolla con Ariel Ramirez y Zamba Quipildor, que cantar con ellos, sin querer queriendo en un acto del gobierno, fue inolvidable. Ya en la secundaria fui una mimada de las monjas, porque era artista, entonces me sacaban para todo, para desfilar, para cantar, porsupuesto, y para hacer locución. De lo que menos memoria tengo de la escuela es de las clases (ríe). Siempre estuve muy dispuesta a todo lo que sea artístico. Ahí tuve mis primeros encuentros con el rock, hice de vocalista en una banda que estaba empezando y también formé parte del primer coro del Colegio del Huerto, que, entre otras cosas, cantamos en la Alameda cuando fue la inauguración de la Corona de la Virgen; así que tengo historia con la música y de ser parte de momentos súper importantes para Catamarca.
Siendo mujer en este rubro, ¿Cómo la pasaste?
Y bueno, era un ambiente muy machista y todavía lo sigue siendo, además de elitista, porque si no eras de muchos conocimientos te desplazaban un poco. Toda la facultad la hice en Córdoba, donde me permití codearme con mucha gente. Tuve la oportunidad de estudiar en La colmena, una escuela de música muy grosa, y en una Escuela de Arte escénico. Como tenía que laburar un montón para mantenerme, estudiaba música en los momentos que podía. Cantaba en pubs, en coros como Agruparte, aunque eran ambientes básicamente machistas y de egos. Es una hoguera de vanidades a la que, a veces, cuesta mucho pertenecer. Ahora, también cuesta el tema de la unión de los artistas, ponerse de acuerdo en cuestiones de armar un buen sindicato o una organización social de músicos. Esto, en el ambiente que nos movemos, la profesión está bastardeada, algo parecido a lo que pasa con el periodismo. Lo que sentí es que acá en Catamarca lo viví más a eso, porque en Córdoba hay más amplitud de mente, y también con la gente que hace sonido, lo que pasa hasta el día de hoy, parecería que siempre hay que estar tratando a los sonidistas con pinzas y algodones, lo que es un tema de discusión a nivel nacional, pero hemos ido superando todo eso de a poco.
¿Esto va cambiando o sigue igual?
Va cambiando la cosa, porque también van cambiando las generaciones. Hoy hay gente mucho más compañera y más amable, que te aconsejan; pero también las chicas ya hemos tomado más las riendas en esto. Sabemos más de sonido, qué es lo que necesitamos y qué queremos, por eso esa relación ya no es tan injusta. Me han pasado algunas cosas y no hace tanto, y aunque hay muchos que se quedaron con esas viejas mañas, también hay gente más joven que está más dispuesta, es colaborativa y eso también hace a la música, en la relación entre los que trabajamos.
¿Porqué elegiste el blues?
Y… yo debo haber sido negra en otra vida (ríe), porque aunque a mí me gusta toda la musiva y escucho de todo, con el paso de los años me fui sintiendo mas cómoda en el blues, el jazz, el góspel. Es algo natural para mí, porque aunque también canto tango, folclore y otros géneros, ese no es mi hábitat. En el blues, yo me puedo destacar, porque es lo mío, lo hice propio y me encanta.
¿Cómo recibe la gente al blues hoy por hoy? Siendo que no es el género más popular.
El blues no es popular ya desde hace muchos años, por eso yo vengo abriendo caminos hace años con el blus y con el jazz. Sin embargo, ahora en Catamarca, siendo que se trata de una provincia tan folclórica y tradicional, tuvimos festivales de blues, jazz, yo tengo un coro góspel y todo esto a la gente le encanta. Creo que se trata de presentarle a la gente opciones y cuando lo haces, tiene una aceptación bárbara. Además, creo que el blues sí es popular, aunque no masivo, es popular.
¿Cómo ves a la tecnología y las redes con respecto a la música?
Tenemos al mundo en la palma de las manos y al alcance de todos. Incluso antes solo se centralizaba todo en Buenos Aires, pero ahora los artistas tienen más llegada. Me sucedió cuando estudiaba en Córdoba, que quería ir a ver a la Mississippi, pero como siempre era pobre, nunca tenía para la entrada y hace poco ellos tocaron aquí, así que los pude ver en Catamarca, lo que nuca había imaginado.
¿Qué pensas de las y los cantantes de Catamarca?
Catamarca ha crecido mucho y ha evolucionado y a veces creo que no sabemos del talento impresionante de nuestros artistas. Lo vimos con los chicos que ahora están en la televisión nacional, que uno canta mejor que el otro. Tenemos un nivel alto con gente muy talentosa. Cuando salgo a cantar, que me pasó en Mar del Plata donde hice temporada dos años seguidos, que la gente no podía creer que yo era de acá. Quedaban maravillados y no lo digo por alabarme; se copaban, bailaban conmigo, querían comprar mi disco, el cual no tengo, solamente EPs. Lo que te das cuenta con eso, es que por ahí lo que está faltando es valorizar el talento de la gente de nuestra provincia, porque podemos competir con cualquiera. A mis blues yo los canto y no tengo nada para envidiar de lo que se hace a nivel nacional, lo que no digo para alabarme, pero comparando objetivamente desde el punto de vista de la composición y musicalización, estamos muy bien parados.
¿Qué consejo le darías a alguien que se quiere dedicar a la música?
Si uno se quiere dedicar a la música, es lamentable, pero sigue sucediendo que todo tiene que pasar por Buenos Aires. A la gente que está empezando, les digo que estudien, porque improvisadas e improvisados no avanzan. Y también les digo que Catamarca es muy linda para empezar, pero si van a proyectar una carrera, hay que trascender y para hacerlo, hay que irse a Buenos Aires o Córdoba. Acá, lamentablemente, si bien somos una provincia que ha evolucionado mucho, seguimos estando lejos de ciertas cosas, como acceder a estudios buenos de grabación o a productores grosos que te den una mano.
¿Que se viene para vos en lo inmediato?
Y ahora estoy muy contenta porque me voy al Festival Nacional del Humor y la Canción en Brinkmann (Santa Fé), fui contratada para participar por primera vez y estaré el domingo que viene con artistas grosos a presentarme, así que ahí estaremos. Yo a esta edad, que estoy más grande y tengo mucho camino recorrido; mi meta es transmitir, lograr una conexión con el público, disfrutar cada concierto y cada ensayo.
También has incursionado en los videoclips…
Si, porque resultó ser que trabajé muchísimo en un primer disco y perdimos a un chico de nuestra banda, que falleció, por lo que quedamos truncados y nunca lo pudimos sacar a la luz. Era un disco fusionado blues, jazz y bossanova con folklore. Entonces, con mi nueva banda y mi nuevo director, decidí que cada canción que saque, va con un videoclip, porque nuca sabes lo que va a pasar y si bien algunos encuentran odioso el tema de los “singles”, trabajamos así, porque he experimentado laburar un montón y después no poder mostrarlo. Estamos laburando con la gente de Norte Productora y vamos a ver si podemos hacer un laburito con Natalia Leiva con mi próximo blues, que está casi listo y va a salir dentro de poco. Este es un tema que compuse en base a experiencias que me contaron amigas, porque a mí lo que me sale es la alegría, y este está cargado de blues. No es que a mí no me pase nada malo, sino que no me sale hacer nada pesado.
¿A dónde te vamos a poder ver próximamente?
Además de Brinkmann, con el Coro góspel, que este año comenzamos y es un sueño hecho realidad para mi carrera, vamos a ir a Saujil el 8 de diciembre, el 18 va a ser el cierre de esto en el Urbano Girardi, y hay varias fechas en donde vamos a cantar. En Youtube, Spotify y Facebook, estoy como Natalia Brizuela César y en Instagram como Natiblues.
¿Alguna vez te cansaste y te planteaste dejar todo?
No, porque yo siempre consideré a la música como un trabajo que amo y nunca me sentí frustrada, porque, que no se malentienda, me encantaría ser famosa y ganar millones, pero no lo tomé por ese lado de los sueños. Este siempre fue un medio para ganar plata como mis otros trabajos, y entonces me dejo llevar a donde me lleva la música; y si algún día se da, se dará. No me desespero por ser famosa, porque disfruto el camino, el recorrido y lo que voy creando, más en esta etapa de compositora en la que estoy cantando mis temas. Disfruto mucho el recorrido.