“Están ahí asustados, las criaturas están todas abajo de la mesa asustadas”, narró una de las madres que se acercó a la escuela primaria Manuel Dorrego luego de que los chicos resultaran afectados por los gases lanzados por la policía para desalojar a los trabajadores despedidos que mantenían ocupada la planta de Pepsico. “Me lo llevo porque tengo miedo, no tuvieron en cuenta que tienen un colegio acá al lado. Están llamando para que los padres vengan a buscar a los hijos porque tienen miedo”, agregó otra mujer que se acercó al lugar.
Hoy el ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, minimizó el impacto del accionar policial en la escuela y el jardín de infantes. “Hubo más gas pimienta que lacrimógeno, el gas pimienta no se expande”, justificó ante una consulta periodística sobre el efecto de los gases en el jardín aledaño.