Más de dos mil jóvenes se anotaron el último año en el programa Primer Empleo, del Ministerio de Trabajo provincial, y esa demanda refuta el lugar común que le atribuye a los milennials la tendencia a postergar su ingreso al mercado laboral. Suma, además, a explicar la recuperación de la tasa de empleo, que en Rosario exhibe su nivel más alto de los últimos 40 años, con apenas 4,3% de desocupación. Pero en la franja etaria inferior, la dificultad de siempre es la falta de experiencia previa y de conocimiento específico de oficios, según lo que impone la búsqueda de las empresas. Allí es donde sale al cruce el programa Primer Empleo, lanzado en agosto de 2021, como complemento y consecuencia del ya preexistente Santa Fe Más y el Práctica Laboral.
"Vino a darle una salida laboral cierta y formal para quienes se venían capacitando o recalificando en algún oficio que pudiera mejorar su empleabilidad, o el acceso al mundo del trabajo registrado, o en un emprendimiento, incluso" explica Valeria March, directora provincial de Capacitación y Formación Laboral. El dispositivo de inserción laboral para jóvenes de 18 a 30 años involucra a 500 empresas de diversos rubros y localización en la provincia. El Ejecutivo le aporta a cada una el 85% del salario mínimo vital y móvil (SMVM) por cada joven que emplee mediante el programa, incorporado de manera formal, durante 6 meses. Luego de ese período, según datos oficiales, en el 80% de los casos hay continuidad de la relación laboral.
"Faltaba un programa de inserción laboral para acompañar el recorrido del joven que se capacita con el Santa Fe Más, y luego desarrolla la pasantía en una empresa que propone el programa Práctica Laboral. Allí el joven empieza a conocer la cultura del trabajo, cumplir un horario. Eso, por seis meses, con una beca estímulo pero sin relación laboral. Lo siguiente es lo que vino a completar el Primer Empleo", explicó March.
Los y las jóvenes se enteran de esta puerta a la vida laboral a través de las redes sociales, que los llevan al portal de intermediación en la web, una bolsa de trabajo gratuita, en la que se encuentra la oferta y la demanda: las empresas y sus potenciales trabajadores de primer empleo, cada cual con su búsqueda y sus aptitudes.
El estímulo del Estado provincial es aportar una cuota significativa de la remuneración de cada joven empleado. A la fecha, la provincia subsidia con 47.000 pesos por cada salario, y en diciembre llegará a 60.000 pesos en función de la suba del SMVM.
La mayoría de los casos se dan en las poblaciones mayores, Rosario y Santa Fe, pero March destaca que el programa tiene presencia en todos los departamentos de la Bota, menos en Garay por ahora.
El rasgo dominante en el mercado privado es la premisa de experiencia laboral. "Todos los jóvenes que entrevistamos nos cuentan esa misma dificultad, y ni hablar si además les falta el título secundario. Eso les determina el resultado de su búsqueda", contó la directora provincial. "Las empresas señalan lo mismo, y alegan que en los jóvenes se está perdiendo la cultura del trabajo, pero la afluencia de jóvenes al portal para registrarse demuestra que no es tan así como se cree", rescató.
En este año se dieron situaciones infrecuentes en el mundo laboral, como en la metalmecánica Marcelini, de Villa Cañás, que eligió formar solo a mujeres en un oficio hegemonizado por varones como lo es el de soldar. Capacitó a 30 mujeres soldadoras. "Era mi sueño aprender a soldar, me gustó mucho esta experiencia y que el machismo se vaya dejando de lado", reflexionó Roxana a sus 48 años.
El gerente de Recursos Humanos de Liliana, Santiago Gallo, consideró que Primer Empleo "permitió incorporar jóvenes al mercado laboral y nos ha permitido impulsarnos para lograr este crecimiento". La fábrica de electrodomésticos baigorrense que este año recibió un fuerte apoyo financiero del Gobierno nacional para ampliarse está en proceso de sumar a 200 jóvenes de ambos sexos como nuevos operarios a través del programa. Incluidos allí Juana, Máximo y Suyai, tres jóvenes con capacidades diferentes que se capacitaron y ahora han sido contratados como empleados.
March expuso, además, el caso de los estudiantes universitarios que suelen desembarcar en el mercado laboral sin experiencia previa por haberse dedicado por entero al proceso académico. Así fue el caso de Iván, firmatense que en la mitad de la Licenciatura en Estadística entró al portal de Primer Empleo y registró su CV. "Me llamaron desde Super Beltrán, así que mi experiencia ha sido ideal para empezar a trabajar. De otro modo me hubiera sido más difícil acceder a un trabajo, al menos dentro de lo que estudié", señaló.
Los rubros son diversos, y las empresas se van habituando a esa bolsa de trabajo, con esas características. Para ello, desde la Dirección de Capacitación Laboral del Ministerio de Trabajo se gestiona con las distintas cámaras empresarias la posibilidad de involucrarse en el desafío de facilitar el inicio de la empleabilidad de los jóvenes santafesinos.
En la fábrica Básculas Latorre, de Casilda, entraron 7 muchachos en esas condiciones. "Están aprendiendo la dinámica de nuestra producción, el trabajo cotidiano, y la verdad que funciona como una herramienta que nos ayuda a animarse e incentivar, dar empleo formal y luego tener a la gente en el plantel estable de la fábrica", señaló Daniel Raimonda.
La autopartista Industrias Basso, en Rafaela, tomó a unos 60 jóvenes de ambos sexos para su producción de válvulas. "Nos dio la posibilidad de cumplir con nuestros compromisos ya programados, distribuir a nuestros clientes en tiempo y forma, es la oportunidad de crecimiento. Es una herramienta vital para poder reforzar el crecimiento. La aplicación es simple y en pocos meses el operador está produciendo en los niveles necesarios para cada una de nuestras fábricas", valoró Martín Basso, director de Operaciones de esa reconocida firma que opera en el mercado interno y exterior.
"Yo recomiendo esta experiencia a quien necesite trabajar y se encuentre con el problema de la falta de experiencia. Yo me enteré por las redes y estoy agradecido, es mi primera oportunidad de trabajar en blanco", señaló Luciano Oyola, de 22 años, en un alto de la jornada de trabajo.
La cuenta incluye en Rosario los casos del ex sanatorio Los Arroyos, los bares Rock & Fellers y El Gran Chopp, la fábrica de calzado Grimoldi, en Arroyo Seco. En todos esos lugares hay jóvenes que este año entraron a trabajar por primera vez.
March, de convivir a diario con el desafío de brindar acceso laboral a la juventud, reconoce que el cambio de época se notó con fuerza luego de la pandemia. "El mundo del trabajo cambió rotundamente, especialmente para los jóvenes. Muchos buscan manejar sus horarios, su economía, es una una población que en muchos casos está terminando sus estudios, que vive con sus padres, y no tiene las urgencias de un adulto de pensar en sus aportes, la jubilación. El joven encara su carrera laboral más en el día a día, busca trabajos que le resuelvan eso. O buscan incluso el cuentrapropismo, tener su negocio. Hay que entenderlo: ellos no sueñan en entrar en un trabajo ideal donde se jubilarán", analizó la responsable del área en la cartera laboral.
"No es cierto que no todos los jóvenes no quieren estudiar ni trabajar, también es falso que todas las empresas no quieren... se necesitan mutuamente para funcionar. Gobernar sigue siendo crear puestos de trabajo, y ojalá esto permanezca como política de Estado", concluyó.