El Teatro Colón cierra dos segmentos de su temporada con una semana excepcional con Anna Netrebko, una de las estrellas de la ópera global de este tiempo, como figura sobresaliente. La soprano rusa regresará a Buenos Aires para ofrecer un recital el lunes a las 20, en la culminación del ciclo “Grandes intérpretes”. Además, será protagonista de Tosca en tres de las diez funciones con las que entre el 22 de noviembre y el 6 de diciembre la obra maestra de Giacomo Puccini cerrará la temporada lírica. En ambos casos tendrá como partner a su actual marido, el tenor azerbaiyano Yusiv Eyvazov.
El lunes a las 20, Netrebko y Eyvazov, secundados por el pianista cubano Ángel Rodríguez, ofrecerán un recital que se articulará en dos partes. La primera estará integrada por canciones de cámara de compositores rusos. Soprano y tenor se alternarán en obras de Nikolai Rimsky-Korsakov, Sergei Rachmaninov, Piotr Illic Tchaikovsky y Gara Garayev –considerado uno de los grandes compositores azerbaiyanos del período soviético– para compartir sobre el final el dúo de Iolanta, la ópera de Tchaikovsky estrenada en 1892 en San Petersburgo. Más internacional será la segunda parte del programa, que combinará canciones de Richard Strauss y Antonin Dvorak con canzonetas napolitanas de alto voltaje sentimental y pasajes de óperas de Georges Bizet, Ruggero Leoncavallo y Gustave Charpentier. Como Flora Tosca y Mario Cavaradossi, Netrebko y Eyvazov protagonizarán las funciones de Tosca del jueves 24, sábado 26 y martes 29, con la dirección musical del italiano Michelangelo Mazza.
Netrebko nació en Krasnodar, en el suroeste de Rusia, a orillas del río Kubán, en setiembre de 1971. Descubierta por Velery Gergiev, debutó en el Teatro Mariinski de San Petersburgo haciendo Susana en Las bodas de Fígaro, de Mozart. Llegaron enseguida papeles destacados con la Ópera Kírov, como Amina en La sonnambula, de Bellini, Rosina en El barbero de Sevilla de Rossini y Lucía en Lucia di Lammermoor del inefable Donizetti, por ejemplo. Una voz redonda, plena, cristalina le permitió madurar roles del repertorio ruso con el que en 1995, con veinticuatro años, entró en la consideración del público de Estados Unidos, primero en la Ópera de San Francisco y más tarde en el Metropolitan de New York. Las clases con Renata Scotto –diosa histórica del belcanto– y la guía de Claudio Abbado terminaron de modelar una musicalidad fuera de serie complementada por un carácter extraordinario.
Después de su primer disco, Opera Arias, Netrebko abordó papeles más dramáticos. Entre ellos Violetta en La traviata, título con el que se consagró en el Festival de Salzburgo de 2005, junto al tenor mejicano Rolando Villazón. Artista exclusiva de Deutsche Grammophon, desde ese momento su ascenso fue incontrastable. Teatros llenos, discos, videos y presentaciones masivas en grandes eventos marcaron una forma de popularidad reservada a los elegidos de la lírica. Entre otros grandes eventos participó de las aperturas de las Copas del Mundo de 2006 desde el anfiteatro Waldbühne de Berlín y de 2018 desde la Plaza Roja de Moscú. Fue nominada a los premios Grammy en tres oportunidades y recibió el premio Bambi de Alemania y los premios BRIT de música clásica del Reino Unido, como Cantante del año y Artista femenina del año.
La voz de la soprano rusa maduró de la mejor manera: a la técnica y la expresividad natural el tiempo y el cuidado le agregaron bajos más sólidos y un encantador tono mate. En la actualidad, su repertorio, da cuenta de una notable variedad y sensibilidad artística, desde Mozart hasta las obras maestras del bel canto (por ejemplo La sonnambula de Bellini y Anna Bolena de Donizetti), pasando por las grandes obras francesas (Manon de Massenet, Romeo y Julieta de Gounod), la ópera verista (Andrea Chénier de Giordano y Adriana Lecouvreur de Cilea), Verdi, Tchaikovsky y Wagner, además, por supuesto, de todas las heroínas de Puccini, en particular Tosca, que Netrebko hizo por primera vez en 2018 en el Metropilitan de New York y al año siguiente en la Scala de Milán.
Tosca, el eterno retorno
Para concluir una temporada lírica que mantuvo un nivel parejo, con poquísimo riesgo y casi sin sorpresas, el Colón apela a la siempre bien recibida Tosca, ópera en tres actos con música e Giacomo Puccini sobre libreto de Luigi Illica y Giuseppe Giacosa, en base a una obra teatral de Victorien Sardou. Para el Colón se trata de un título perpetuo, ligado a sus mejores recuerdos, que desde su primera vez en 1908 convocó a nombres ilustres de la lírica: desde Enrico Caruso, Beniamino Gigli y Ferruccio Tagliavini, hasta Plácido Domingo y Marcelo Álvarez. Desde “la divina” Claudia Muzio y María Caniglia, hasta Renata Tebaldi, Régine Crespin y, estrella de esta producción, Anna Netrebko. Para esta ocasión se desempolva una vez más la versión con dirección escénica y diseño de escenografía de Roberto Oswald, estrenada en el Colón en 1992. La reposición está a cargo de Aníbal Lápiz, también responsable de los vestuarios, y la iluminación es de Rubén Conde.
Un gran elenco sostendrá las diez funciones programadas. Además de la Netrebko y el tenor consorte (24, 26 y 29), los personajes principales de Floria Tosca, cantante y actriz, histriónica y pasional, y el pintor Mario Cavaradossi, artista profesional y patriota aficionado, pero sobre todo enamorado de Tosca, serán interpretados por María Pía Piscitelli y Marcelo Puente (22, 27, 30 y 3 de diciembre) y Virginia Tola con Enrique Folger (1, 4 y 6 de diciembre). El triángulo de esta historia de amor, tortura y muerte, que se desarrolla en Roma entre la tarde del 17 y la madrugada del 18 de junio de 1800, entre la restauración papal y el miedo a la expansión napoleónica, se cierra con el Barón Scarpia. El jefe de la policía pontificia, barítono, bruto y ostentoso, tendrá las voces de Fabián Veloz (24, 26 y 29), Željko Lučić (22, 27, 30 y 3 de diciembre) y Leonardo López Linares (1, 4 y 6 de diciembre).
Los bajos Luis Gaeta, Gustavo Gibert y Cristian Maldonado, se alternarán en el papel del Sacristán; los tenores Iván Maier, Darío Schmunck y Ramiro Pérez, encarnarán a Spoletta; los bajos Cristian De Marco y Carlos Esquivel serán Sciarrone; Mario De Salvo y Emiliano Bulacios serán Angelotti; Claudio Rotella, Leonardo Fontana harán el Carcelero y las pequeñas Florencia García Barrera, Guadalupe Fustinoni y Paula López interpretarán a un pastor.
Los maestros Keri-Lynn Wilson y Michelangelo Mazza se alternarán en el podio del director musical, al frente de la Orquesta Estable, el Coro de Niños y el Coro Estable del Teatro Colón.