Un joven de 22 años fue detenido como presunto autor de un tiroteo ocurrido en la medianoche de ayer en un bar LGBT+ de la ciudad estadounidense de Colorado Springs, que mató al menos a 5 personas y dejó heridas a otras 18. Algunes internades se encuentran en estado crítico, por lo que se presume que el número de fallecides podría aumentar, informaron las autoridades locales.
El ataque se produjo en Club Q, un boliche LGBT+ dedicado a espectáculos musicales y shows drag, por lo que está siendo investigado como un posible crimen de odio.
Según los testimonios, el joven entró al club e inmediatamente comenzó a disparar contra las personas que se encontraban ahí. Algunas de ellas lograron bloquear y reducir al agresor, y dar aviso a la policía.
Las autoridades recibieron numerosas llamadas al 911 desde las 23.56 y minutos después, varias patrullas llegaron al lugar. El criminal fue detenido e identificado como Anderson Lee Aldrich.
"Mientras el sospechoso estaba dentro del club, al menos dos personas heroicas lo confrontaron, pelearon con él y pudieron evitar que continuara con la matanza", dijo a la prensa el jefe de la policía de Colorado Springs, Adrián Vásquez.
"Puedo prometerles que la oficina del fiscal del distrito formará un equipo fuerte y trabajaremos incansablemente para lograr justicia", declaró el fiscal del 4º Distrito Judicial de Colorado, Michael Allen. Y añadió: "Las acciones que se tomen para infundir miedo en comunidades específicas no serán toleradas en nuestra comunidad".
En el lugar se encontraron al menos dos armas de fuego. Aldrich utilizó un rifle largo durante el tiroteo y la policía está investigando si hubo otras personas que ayudaron al sospechoso. El capitán de bomberos de Colorado Springs, Mike Smaldino, dijo que once ambulancias acudieron a la escena.
Las víctimas fueron trasladadas en autos privados a varios hospitales de la ciudad. "Al menos cinco pacientes están siendo tratados en UCHealth Memorial Hospital Central, afirmó su vicepresidente de comunicaciones, Dan Weaver.
Testimonio de un sobreviviente
Un empleado del boliche, Joshua Thurman, de 34 años, dijo que pensó que los primeros disparos eran parte de la música y siguió bailando. Recién cuando vio los destellos de fuego comprendió que se trataba de un tiroteo.
"Cuando salimos del camerino, vimos cuerpos. Había vidrios rotos, sangre. ¡Perdí amigos!", recordó Thurman. El testigo señaló que el local suele ser un "lugar seguro" para sus asistentes. "Este es un lugar que amamos, un lugar de paz", expresó.
"Un ataque sin sentido"
A través de Facebook, Club Q se declaró "devastado por el ataque sin sentido a nuestra comunidad", y agradeció "las rápidas reacciones de las heroicas personas que sometieron al atacante y terminaron con este ataque de odio".
Previo al tiroteo, a las 21, hubo un show de música punk y alternativa, y a partir de las 23, una fiesta. Al día siguiente, el club tenía previsto un brunch y un espectáculo drag por el Día del Recuerdo Transgénero.
Club Q anunció que estará cerrado hasta nuevo aviso e hizo un llamado a la solidaridad para recaudar dinero para las familias de las víctimas.
"Un hecho repugnante"
El gobernador de Colorado, Jared Polis, calificó el hecho de "repugnante". En 2018, Polis se convirtió en el primer hombre homosexual electo para un cargo gubernamental en ese país.
"Esto es horrible, repugnante y devastador. Mi corazón se rompe por la familia y los amigos de las personas perdidas, heridas y traumatizadas en este horrible tiroteo", expresó en sus redes sociales. Y agregó: "Todos los recursos estatales están disponibles para las fuerzas del orden locales en Colorado Springs. Estamos eternamente agradecidos por las personas valientes que bloquearon al atacante, lo que probablemente salvó vidas en el proceso, y por los socorristas que respondieron rápidamente a este horrible tiroteo".
En 2016, Omar Mateen, de 29 años, ingresó a la madrugada al concurrido club nocturno LGBT+ "Pulse" en Orlando, armado con un rifle de asalto y una pistola y comenzó a disparar. El resultado: 49 personas muertas y 53 heridas. Según las autoridades, durante el ataque, el hombre llamó al 911 para jurar lealtad al grupo terrorista ISIS. Incluso, simpatizantes de ISIS reaccionaron en foros de internet elogiando el hecho. "Sabemos lo suficiente para decir que este fue un acto de terror y un acto de odio", había manifestado Barack Obama.