Desde París
La Argentina recuperó en París un conjunto de documentos que corresponden a los archivos diplomáticos desclasificados que contienen datos e informaciones sobre las violaciones a los derechos humanos en la Argentina durante la última dictadura militar. Los procesos de Memoria, Verdad y Justicia contarán desde ahora con nuevas piezas para elucidar las torturas, los asesinatos y la desaparición forzada de personas. Los documentos desclasificados fueron entregados por la secretaria general del Ministerio de Relaciones Exteriores francés, Anne-Marie Descótes, al vicecanciller argentino, Pablo Tettamanti, en presencia del embajador nacional en Francia, Leonardo Costantino, en el marco de la XII Reunión de Consultas Políticas de Alto Nivel entre ambos países, que se celebró en París. La Cancillería destacó que estos archivos diplomáticos desclasificados por Francia contienen información "valiosa" relativa a violaciones de los derechos humanos cometidas en Argentina.
La recuperación de archivos fue posible gracias a un acuerdo de intercambio de documentos diplomáticos para el esclarecimiento de violaciones graves a los derechos humanos firmado por el ministro Santiago Cafiero durante la reunión que se celebró a finales de octubre en Buenos Aires entre la Unión Europea y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac). Allí, la delegación francesa firmó con el canciller argentino un memorando de entendimiento. Según explicó a Página/12 el vicecanciller Pablo Tettamanti, en ese momento se “acordó un intercambio de información de los archivos de ambos países, información que tiene que ver con la época nefasta de la dictadura militar en la Argentina”.
La lista de Massera
Información francesa debe haber mucha, tanto la transmitida por los sucesivos embajadores en la Argentina como la famosa lista que el almirante Emilio Massera trajo a Francia cuando, el 8 de noviembre 1978, se entrevistó en París con el entonces presidente francés Valery Giscard d’Estaing. Massera habría comunicado al difunto mandatario francés que las dos religiosas francesas Alice Domon y Léonie Duquet “estaban muertas”, pero trajo poca información sobre el resto de los 18 franceses desaparecidos durante la dictadura (veinte en total).
El capitán Alfredo Astiz fue juzgado y condenado en Francia por contumacia a prisión perpetua por la desaparición de las dos religiosas francesas. Algunos años después de ese juicio, que tuvo lugar en 1990, Francia entregó a la Argentina los documentos y los testimonios en los cuales la Justicia francesa se apoyó para dictar la sentencia contra Astiz. El juez federal Sergio Torres recibió un dossier de 2 mil hojas con declaraciones y pruebas que luego fueron utilizadas en la Argentina en el juicio contra Astiz y otros criminales de la dictadura.
Cabe recordar que en 1978 Astiz operó en Francia infiltrando a varios grupos de exiliados argentinos. Estaba monitoreado por el famoso Centro Piloto de la dictadura que funcionó en Francia y se hacía pasar por un tal Alberto Escudero, que venía de Holanda y que tenía un familiar preso. Fue reconocido y denunciado por los argentinos y su caso se hizo famoso en los medios franceses gracias a un hombre de mucho prestigio, el arzobispo de París, cardenal François Marty.
"Acelerar los procesos"
El vicecanciller Tettamanti explicó que “el objetivo de ese memorando consistía en acelerar los procesos, que generalmente llevan muchos más años”. El contenido de los documentos desclasificados aún está por llevarse a cabo, pero --señaló el fuincionario-- ”uno puede llegar a encontrar qué es lo que, en su momento, el gobierno de facto argentino intercambiaba como información con el gobierno francés y que tuviera impacto directo sobre lo que fue una política de violación de los derechos humanos en la Argentina. Por el momento, hasta que no se vea la documentación, es imposible saber qué surgirá de allí”.
El compromiso del gobierno argentino por la Memoria, Verdad y Justicia, se refuerza, con este u otros archivos. ”Para nosotros --destacó Tettamanti-- se trata de tener toda la información posible para que, a través de la memoria, se pueda identificar qué ocurrió exactamente y, eventualmente, quienes tienen que responder ante la Justicia así lo hagan”. A lo largo de todos estos años, los archivos provenientes de distintas fuentes han sido piezas esenciales para recopilar información sobre las violaciones a los derechos humanos perpetradas por las dictaduras. Sin ellos, muchos juicios no hubiesen prosperado. Tal vez, estos archivos desclasificados franceses les den otro empujón hacia la luz a las verdades ocultas.