Los taxis de la ciudad de Buenos Aires aumentarán otro 19,5 por ciento entre fin de mes y principios de agosto, según se anunció el viernes en audiencia pública. La ficha, equivalente a 200 metros de recorrido, trepará de 2,32 a 2,77 pesos y la bajada de bandera, equivalente a diez fichas, se irá de 23,20 a 27,70 pesos. Ya son catorce las subas desde que el PRO se hizo cargo de la gestión municipal, hace nueve años y medio, con un incremento acumulado de 793,5 por ciento para el horario diurno. A su vez, para quienes viajan a la noche la suba es mayor porque cuando Mauricio Macri se hizo cargo del gobierno de la Ciudad en diciembre de 2007 había una sola tarifa durante todo el día. En noviembre de 2010 la legislatura porteña aprobó la ley de taxi que encareció un 20 por ciento los viajes nocturnos a partir del 1 de marzo de 2011. Por lo tanto, el aumento acumulado durante la gestión PRO para quienes viajan de noche llega al 970 por ciento. Esa ley también incorporó un recargo adicional de 6 fichas (16,62 pesos) cuando se llama a un radiotaxi. Eso significa que quien hoy llama a un radiotaxi después de las 22 horas, paga una tarifa que en algunos trayectos llega a ser más de hasta 1173 por ciento más cara que hace nueve años y medio.
El 5 de marzo de 2003, un viaje en taxi desde el Obelisco hasta la estación Retiro costaba 3,50 pesos (la bajada de bandera más 17 fichas) y hacer el mismo trayecto en subte, 70 centavos. Al día siguiente, el taxi aumentó un 14 por ciento. Fue el primer ajuste desde diciembre de 1996. El peor momento de la crisis ya había pasado y el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires autorizó la suba. Luego los aumentos comenzaron a ser cada vez más seguidos, acelerándose durante la gestión del PRO, y los viajes en taxi se convirtieron prácticamente en un bien suntuario.
Por ejemplo, en enero de 2008, un viaje a la noche en taxi desde el Obelisco hasta la estación Constitución costaba 7,13 pesos (la bajada de bandera más 13 fichas). Ese mismo trayecto, con el costo adicional de la franja nocturna y el radiotaxi, cuesta hoy 90,78 pesos, un 1173,2 por ciento más. Si el trayecto es más corto, la incidencia de la bajada de bandera y el recargo por radiotaxi crece y el porcentaje de aumento acumulado en nueve años y medio es todavía mayor, mientras que en los viajes más largos esa incidencia es menor y el porcentaje de aumento acumulado se reduce. Un ejemplo de un viaje largo puede ser entre el Obelisco y Cabildo y Juramento. En enero de 2008 ese tramo costaba 21,39 pesos (la bajada de bandera más 59 fichas) y hoy vale 191,13 pesos de día (793,5 por ciento más) y 223,6 pesos de noche (945,3 por ciento más). Si se suma el adicional por radio taxi, el precio del viaje llega a 207,75 pesos de día (871,2 por ciento más) y 243,52 pesos de noche (1038,5 por ciento más).
Las subas de la tarifa beneficia a los dueños de los taxis, pero afecta a quienes alquilan las unidades porque los viajes se resienten y los ingresos son cada vez menores. También afecta a los peones de taxis porque cuando el negocio se reduce los puestos de trabajo son menores. La comparación con el colectivo también perjudica a los taxis porque los subsidios públicos permitieron que el ajuste del boleto haya sido menor. Desde diciembre de 2007 la tarifa más utilizada en Capital Federal trepó de 0,80 a 6,50 pesos, un 712,5 por ciento, mientras que en los taxis llega al 1173 por ciento.
Otro impacto que sufren los taxis es a manos de Uber y de otras opciones como Easy Taxi. De hecho, Easy Taxi sacó ayer un comunicado diciendo que también aumentará “ya que los taxis que están registrados en la empresa son legales y habilitados”, pero aclaró que a diferencia de los radiotaxis no cobra el recargo de seis fichas equivalente a 16,62 pesos. De ese modo, buscan seguir quitándole mercado a los taxis tradicionales.