El ex presidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva proclamó ayer su inocencia, rechazó por “mentirosa” la condena a nueve años y medio de prisión por corrupción dictada en su contra por el juez Sérgio Moro y se postuló oficialmente como precandidato presidencial para las elecciones del año próximo.
En lo que pareció un acto partidario, ante un millar de personas y en la sede del Partido de los Trabajadores (PT) en San Pablo, Lula lanzó un contraataque frente a la sentencia desde el terreno que más conoce: la lucha política. “El único que tiene derecho de decretar mi final es el pueblo brasileño”, sostuvo.
Su candidatura dependerá del Tribunal Regional 4 de Porto Alegre, la cámara de apelaciones, ya que si se confirma la sentencia Lula no podrá ser candidato y quedará inhabilitado por la ley de la Ficha Limpia. Esa es la clave de todo este proceso y es por eso que el PT lanzó, arropando a su líder de 71 años, la consigna: “Elección sin Lula es un fraude”, alentando al fantasma de la proscripción. El ex sindicalista fue candidato en 1989, 1994, 1998, 2002 y 2006 y en las últimas dos logró imponer a su sucesora, Dilma Rousseff, destituida el año pasado.
Con críticas a los medios, a la prensa y a la “casa grande”, como se dice en Brasil a la élite económica, en alusión a la época de la esclavitud, Lula, favorito en las encuestas, disparó: “Si creen que con esta condena alguien me saca del juego, se equivoca, estoy dentro del juego”. “No sé cómo alguien consigue escribir casi 300 páginas para no decir absolutamente nada contra la persona que quiere acusar”, dijo en su primer pronunciamiento público tras la condena.
Lula fue condenado el miércoles en primera instancia a nueve años y seis meses de prisión por el juez federal Moro por una causa de corrupción asociada a la red que operó en la estatal Petrobras, pero la sentencia aún no es firme y deberá ser ratificada por un tribunal superior.
“La sentencia tiene un componente político muy fuerte”, señaló quien fue presidente de Brasil entre 2003 y 2010. Apuntó que “ninguna verdad fue tenida en cuenta” durante el proceso, uno de los cinco que tiene abiertos con la Justicia, la mayoría de ellos relacionados con la trama corrupta que operó en la estatal Petrobras. “Si alguien tiene una prueba contra mí, por favor, que me lo diga y la manden” a la Justicia porque “me quedaría más feliz si fuera condenado con base en una prueba”, comentó. Por otra parte, la Central Única de Trabajadores (CUT) anunció que el 20 de este mes habrá una jornada de lucha en todas las capitales del país para repudiar el fallo, dijo Wagner Freitas, titular de esa poderosa organización sindical.
Lula fue condenado en primera instancia, por lo que la decisión adoptada por el juez federal Moro, encargado del caso de corruptelas en Petrobras, puede ser revertida por un tribunal superior. La condena contra el político más celebrado de Brasil en la última década disparó ayer la incertidumbre en un país que no deja de generar escándalos. Lula tiene posibilidades de que el tribunal de segunda instancia no confirme (o revoque) su sentencia antes de las elecciones previstas para octubre de 2018, consideró el analista de la Universidad de Brasilia Antonio Testa. “Por el ritmo de esos juicios, es improbable que juzguen a Lula antes de las elecciones”, dijo Testa.
Lula hizo la lectura de que su “cacería judicial” es para “impedir no el regreso de una persona, sino de un proyecto político” y calificó como la continuidad del golpe contra Dilma Rousseff la sentencia de Moro, el juez de Curitiba colocado en un sitial de héroe por los medios concentrados, las tapas de revistas y los empresarios que lo llenan de premios.
“Hacerle un golpe a Dilma y que vuelva Lula dos años después no les cierra”, comentó el mandatario, que aprovechó para hacer algunas comparaciones futbolísticas. Afirmó que no pudo leer todo el fallo porque “anoche Corinthians hizo lo que debía hacer ante Palmeiras”, al referirse al clásico paulista ganado 2-0 por el “Timao”, y también citó nada menos que Lionel Messi para criticar a los medios de comunicación y el tratamiento de las noticias basadas en mentiras. “Un día el noticiero anuncia que Lionel Messi será contratado por mi Corinthians. Nosotros le preguntamos a Corinthians si lo compró, Corinthians dice que no y nos enojamos porque no trae a Messi. Barcelona dice que Messi es de ellos. Y nosotros decimos, no, lo dijo la TV Globo, es de Corinthians”, graficó.
El fallo, anunció Lula, será sometido al análisis de 60 juristas nacionales e internacionales que emitirán una opinión que se convertirá en un libro. Pero en paralelo al efusivo contraataque con candidatura incluida, el presidente del tribunal de apelaciones afirmó ayer que antes de las elecciones se decidirá la suerte de Lula. “Pudo afirmar con casi total seguridad que antes de la elección el caso de Lula ya estará juzgado por el tribunal”, advirtió el camarista Carlos Thompson, presidente del Tribunal Regional Federal de la Cuarta Región de Porto Alegre.
Uno de los escenarios posiblemente más dramáticos sería que la condena a Lula sea confirmada en plena campaña electoral y que el ex presidente sea apartado de la carrera o incluso enviado a prisión siendo el favorito para ocupar la presidencia.
Pero incluso si la condena llega después de una eventual elección e investidura, los problemas serían inmensos, cree Testa. “Difícilmente podría gobernar. Podría sufrir un ‘impeachment’”, dijo el politólogo.