Como en Italia ‘90,  la selección argentina fue sorpresivamente derrotada en el primer partido de la primera ronda. En ese entonces con Maradona y Caniggia, esta vez de la mano de Messi. Hace 32 años, contra todo pronóstico finalmente se llegó lejos, muy lejos. Este martes, a pesar de la tristeza del amargo 2 a 1 contra Arabia Saudita, el amor a Lionel y la fe en la camiseta celeste y blanca se sintió en cada rincón del país.

En Mar del Plata vecinos y turistas se acercaron al Fan Fest que se montó frente a la playa del Torreón del Monje para ver el debut de la selección con el mar de fondo. Apenas sonó el pitazo final una mujer que estaba junto a su hijo dijo: "Ni en una pesadilla imaginamos esto, es un cachetazo tremendo".

"Es triste que la Argentina pierda pero a partir de ahora va a ganar", afirmaron estudiantes de sexto de año confiados en los resultados de este sábado frente a México. Los alumnos que pertenecen a la Escuela Primaria Nº 4 "Jacinto Berrutti", en el barrio porteño de La Boca, se juntaron con globos, guirnaldas y pinturas albicelestes muy temprano para ver el encuentro.

"No importa, lo damos vuelta. Ahora a recuperarse y a seguir", fue la reflexión de un alumno cuando iba a camino a clases en Ushuaia, Tierra del Fuego, donde los habitantes de la ciudad y los turistas se reunieron para ver el encuentro, ya que los principales hoteles céntricos habilitaron espacios especiales en sus confiterías con televisores de gran tamaño.

Cerquita del fin del mundo, en Chubut, el gobernador Mariano Arcioni vio el debut del seleccionado en la escuela N° 10 "Martín Miguel de Güemes" de Carrenleufú, un pueblo de 430 habitantes emplazado a 1 km de la frontera con Chile.

En Mendoza, los alumnos tuvieron el permiso de entrar al aula a las 9.30, por eso las calles estuvieron vacías y muchos comercios abrieron recién tras el partido. Lo que fue un problema porque todo quedó colapsado y los policías tuvieron que pedirles a los mendocinos que circulen con “precaución y tranquilidad”.

Los bares recibieron a aquellos que hicieron una pausa de sus trabajos en Santa Fe y en Rosario. Hugo, un mozo rosarino sostuvo: “No es la primera vez que me toca trabajar durante un Mundial, esto es así".

En la provincia de Buenos Aires, a partir de una resolución de la cartera educativa, los colegios pudieron adaptar los horarios de entrada o salida, de acuerdo al momento en el que juega la Selección, una decisión que se encuadra en la premisa "La escuela le abre las puertas al Mundial".

"En el colegio de mi hijo decidieron abrir a las 6.45 para que los alumnos puedan ver el partido junto a directivos, maestros y auxiliares. La otra opción era llevarlo de 9 a 9.30, cuando terminara", comentó a Télam Mariana, cuyo hijo de 8 años, Bautista, asiste a un colegio privado en la zona de Gonnet.

En Llavallol, partido de Almirante Brown, se dio un extraño suceso: un vecino sacó el televisor a la puerta de su casa para que los transeúntes y aquellos que no tenían la posibilidad puedan ver el mundial. El gesto se volvió viral cuando todos aquellos que pasaban a las corridas para ir a trabajar y los que se quedaron para ver acompañados a la scaloneta registraron la pantalla.

Aquellos que no se hicieron presentes en las calles, se acompañaron en redes sociales, compartiendo memes y la angustia del segundo tiempo, como Lali Espósito, quien tuiteó durante todo el partido hasta concluir publicando “Te amo”, junto a un emoji de la bandera argentina.

Los salteños eligieron alentar a la Selección Argentina en plaza España, donde desde las 6.30 arribaron familias para ver en pantalla gigante al seleccionado argentino. "Esto fue algo totalmente inesperado. Realmente nos sorprendieron", manifestó Claudia, quien llegó junto a parte de su familia, con el mate y el termo, y tras el resultado analizó: "En el primer tiempo tuvimos posibilidades, pero no se nos dio. Así es el fútbol, se gana o se pierde y nos tocó perder. Ahora no queda otra que ganar".

Unas 11.000 personas vieron el debut de la Selección nacional por la pantalla gigante montada en la porteña plaza Francisco Seeber, en Palermo, donde con cada arranque de Lionel Messi sonaron las vuvuzelas y el público estalló en aplausos que terminaban en gritos de bronca frente a la imposibilidad de dar con el empate en el marcador. "Estamos tristes por la derrota, pero jugamos bien. Los tuvimos contra el arco", aseguró Gabriel Torres, que había llegado junto a su hijo Thiago desde Balvanera.

En Santiago del Estero los estudiantes de la capital se desplazaron desde temprano por las calles camino a las escuelas con sus clásicos guardapolvos blancos pero también con banderines y merchandising celeste y blanco. "Con el inicio del mundial venimos llevando a cabo un trabajo articulado, vinculando cuestiones deportivas con las áulicas y los docentes están trabajando en las aulas sobre diferentes temáticas", dijo el vicedirector de la Escuela Nº1049 "Dr. Horacio G. Rava", Luis Arturo Ruiz.

En tanto, en la ciudad bonaerense de La Plata, las panaderías estuvieron repletas antes de las 7 donde la gente corrió a abastecerse, mientras que los bares de las estaciones de servicio se convirtieron en plateas para ver el primer partido de la scaloneta en la Copa del Mundo.

"No vinimos juntos, pero hoy somos todos amigos", dijeron en la YPF de 122 y 60 Leandro y Hernán, que desayunaron con Gabriel y Daniel, que conducen una combi y un camión.

Llegando la tarde y con la búsqueda de coincidencias que caracterizan a este mundial, la pregunta se instaló en las calles y redes sociales: “¿Será la revancha de la tercera que tendría que haber sido y no fue?”. “Con Camerún pasó igual”, “Elijo creer”, sostenían los hinchas, que ya empezaron a calentar motores para el sábado.