Volvió el Estado gendarme, armado para defender los intereses del capital y reprimir con dureza los reclamos de los trabajadores.

Ya no hay un Estado liberal-democrático que medie en el conflicto entre las partes y mucho menos aún, un Estado protector y de bienestar que proteja a los más débiles. Hoy, el gobierno de Macri reinstauró al Estado oligárquico anterior no sólo a Perón, sino a Yrigoyen.

La foto es PepsiCo, pero podría ser cualquier instantánea que se tome por cada rincón del país.

Una fábrica que decide cerrar, que lo comunica de un día para otro a sus 600 trabajadores que quedan en la calle, sin indemnización ni cobertura. Cada trabajador, con su familia, sin posibilidades inmediatas de sobrevivir, mientras la empresa se declara en crisis, importa alimentos desde Chile y amplía su planta en otra ciudad.

El Estado nacional a través del gobierno, mira para otro lado. No hay conciliación obligatoria ni negociación, ni planteo de soluciones provisorias ni cooperativización. La única respuesta es mandar a la infantería y a la gendarmería a reprimir.

¿Por qué? Porque sólo rige el derecho a la propiedad. No rige el derecho al trabajo, ni al salario, ni a condiciones dignas de labor, ni derecho de huelga o de libre expresión de las ideas. Es el Estado Gendarme, el Estado que protege a los poderosos y que castiga a los débiles. 

La troica formada por el capital concentrado transnacional, los medios monopólicos y un sector del poder judicial, avanzan con las reformas regresivas y la persecución a los líderes populares. En la misma semana que Brasil deroga la legislación laboral de 1943 para volver al estado esclavista, con jornadas de 12 horas de trabajo, condena a Lula con la idea de quitarle la posibilidad de ser candidato en 2018.

Nos costó mucho recuperar la democracia, que no sólo implica votar sin proscripciones (lo mínimo y elemental), sino que significa y resignifica un Estado de derecho pleno, donde todos tengan las mismas oportunidades, con justicia y en libertad.

Le decimos no a la violencia y le decimos si a los derechos de todos, en condiciones de igualdad.

La lucha se da en todos lados, en la calle cuando es necesario, en una escuela, el la verdulería o en el bar.

Así no se puede seguir, en agosto y en octubre hay que poner un freno a tanto retroceso que nos llena de vergüenza y de dolor. Tenemos la herramienta basada en la soberanía popular, el voto. Transformá tu resignación en esperanza, tu bronca en decisión, salgamos a la calle a convencer, persuadir, explicar, porque contamos con algo que ellos no tienen, la razón y no lo podemos desaprovechar. 

La elección es crucial. O se consolida un modelo de ricos para ricos, o ponemos un freno y desde allí, reconstruimos la esperanza.

Por una Democracia para siempre y una Patria para todos.

* Precandidato a Diputado por Unidad Ciudadana - Presidente de Forja.