Hubo una verdadera razón por la que la provincia de Salta decidió retirar el fin de semana pasado a los brigadistas forestales que trabajaban mitigando los incendios en Valle Morado, municipio de Urundel (Orán). “El jueves se reportaron cuatro explosiones, verificamos tres”, explicó ayer en conferencia de prensa el subsecretario de Defensa Civil, Jorge Arce. “No teníamos conocimiento de la existencia de ellas (por las líneas de prospección sísmica), menos de los busters colocados por YPF”, agregó. Por medio de detonaciones y sismógrafos, la empresa estatal exploró en las áreas montañosas posibles yacimientos de petróleo y gas en el siglo pasado.

Arce se reunió ayer vía zoom con representantes de la actual YPF. “Esa información no la tienen las empresas concesionarias”, aclaró el funcionario salteño. “Se trata de explosivos colocados sobre las líneas de prospección sísmica que datan de 1975”, dijo Arce a los periodistas reunidos en la sede del Sistema de Emergencias 911. “Por zoom, los técnicos de YPF nos informaron que existen distintos puntos donde se colocaron estos dispositivos”. No solamente se encuentran en el área de Valle Morado. También en el Parque Nacional Calilegua y en un sector de Caimancito, los dos últimos en territorio jujeños. Las detonaciones se reportaron, justamente, en las proximidades del río Piedras, límite interprovincial entre las provincias norteñas. En Valle Morado hay un pozo petrolero, cuyo último concesionario fue la empresa Madalena Energy.

Líneas de prospección sísmica en Valle Morado, Salta. 

En el norte argentino, una parte de esas líneas de prospección (se trazaron por todo el país) abarcó desde el límite con Bolivia hasta la provincia de Tucumán. En algunos casos, se utilizaron explosivos para detectar los yacimientos de petróleo. Arce dijo que los técnicos de YPF le informaron en teleconferencia que desde 1975 “se colocaron alrededor de 8 millones de artefactos. Los busters fueron posicionados sobre esas líneas. Lo que no se sabe es cuántas explosionaron durante ese período de exploración de YPF y cuántas quedaron sin detonar”.

El funcionario detalló el formato de los artefactos de exploración utilizados por la ex-empresa estatal. “Un buster es un explosivo que tiene una forma cónica, que se colocó a 30 o 40 centímetros del piso”. Tuvo la intención de generar ondas por impulso para que, con equipos especiales (sismógrafos), se pudieran detectar posibles reservorios o estructuras donde se puede alojar petróleo o gas. “Lo grave, en el contexto de los incendios forestales en ese sector de Reserva de Biósfera de Yungas es que la carga puede matar a una persona. Nos informaron desde YPF que se pueden activar por incendios en superficie, también por el fuego que continúa por raíces en el subsuelo, o por golpes de pala”, contó.

Este buster fue hallado y detonado en 2020 en Salvador Mazza. 

“En el municipio Ballivián, dónde hace meses arde un área boscosa con pozos petroleros concesionados a la empresa Tecpetrol, ¿pueden haber ocurrido detonaciones?”, consultó este medio al funcionario de Defensa Civil. Se trata de un incendio forestal de magnitud ubicado al norte del paraje Zanja del Tigre (Embarcación). “No sabemos aún”, respondió, “porque no contamos con la planimetría en detalle. Necesitamos saber con exactitud dónde se encuentran (por las líneas y los viejos dispositivos) para poder planificar el ingreso de los brigadistas al territorio. Sabemos que en los últimos 20 años hubo un plan para erradicarlas”, dijo sin brindar mayores detalles. “También, que en ese contexto explosionaron alrededor de 110.000. Sin embargo, no sabemos cuántas detonaron antes (por el período de exploración de la ex-YPF) y tampoco cuántas quedan activas”. Subrayó que esos artefactos, “son peligrosos para los brigadistas. No solamente porque ellos caminan en el territorio”, dijo, “sino además porque generalmente realizan trabajos de zapa”, por las palas.

Un grupo de técnicos de YPF arribarán hoy al área donde se desarrolla uno de los principales focos con incendios forestales hace tres meses: Valle Morado-Bananal-Parque Nacional Calilegua. El titular de Defensa Civil salteño explicó que las precipitaciones del lunes último dieron una tregua a los brigadistas, bomberos y equipos de las dos provincias nucleados en el Comité de Emergencia desde el 13 de noviembre. “Continuamos trabajando con brigadistas en áreas fuera de las grillas que hasta el momento nos proporcionó YPF”, adelantó. Arce dijo luego que parte de esa información se encuentra en planos impresos en papel, por lo que parte del trabajo de los técnicos de YPF consiste en digitalizarlos para poder geolocalizar los busters con mayor rigor.

Líneas de prospección sísmica del lado jujeño. 

Las líneas de prospección sísmica forman parte de un método de detección magnética que, por décadas, utilizó Yacimientos Petrolíferos Fiscales para encontrar en terreno montañoso lugares donde extraer petróleo y gas. Son utilizados para medir velocidad de propagación de ondas en el subsuelo. Los busters fueron utilizados para generar ondas a partir de microexplosiones. Las ondas luego eran detectadas por sismógrafos. La detonación de los dispositivos colocados por YPF generaba ondas internas, similares a las que emiten los movimientos tectónicos a muy baja escala. Por lo tanto, poseen poco poder destructivo y se las divide en dos grupos: ondas primarias (P) y secundarias (S).

Las P son ondas longitudinales o compresionales, lo cual significa que el suelo es alternadamente comprimido y dilatado en la dirección de la propagación. Estas ondas generalmente viajan a una velocidad 1.73 veces mayor de las ondas S. Pueden atravesar cualquier tipo de material (líquido o sólido). Las S son ondas transversales y su velocidad es menor que la de las ondas primarias. Aparecen en el terreno después que las primarias. Son las que generan las oscilaciones durante el movimiento sísmico a muy baja escala y las que producen la mayor parte de los daños. Sólo se trasladan a través de elementos sólidos. La diferencia entre ambas permite detectar la presencia de yacimientos o trampas de petróleo.

Sin que fuese posible encontrar testimonios de trabajadores que se desempeñaran dentro de las áreas de sismografía, prospección sísmica o planimetría de la vieja YPF, una famosa plataforma digital de compra-venta condujo a una cartilla sin fecha. Fue publicada por el Ministerio de Industria y Comercio de la Nación (1949 – 1958). “La determinación de las zonas en donde existe petróleo”, dice el documento, “que se encuentran en yacimientos ubicados, por lo general, entre 500 a 4000 metros (de profundidad), se realiza por medio de métodos geológicos, geofísicos y geoquímicos”. Los métodos geofísicos con detonaciones fueron los aplicados por YPF en áreas montañosas como las que se incendian hace tres meses.

“Nos concentramos en los focos que pueden representar un problema para las personas y los bienes”, repitió hasta el cansancio Jorge Arce. “Pero no vamos a poner en peligro a los brigadistas”, completó. Hasta ayer, una parte de los brigadistas nacionales que trabajaban del lado salteño pasaron a realizar tareas del lado jujeño. “Ahora estamos en stand by (por un impasse) esperando la información de YPF para poder solicitar más brigadistas al Servicio Nacional de Manejo del Fuego (SNMF). Aspiramos a mantener 130 en Salta”, anticipó.

En esa zona interprovincial trabajan tres helicópteros y dos aviones hidrantes. Los aviones recargan en los aeroclubes de San Ramon de la Nueva Orán (Salta) y Calilegua (Jujuy). Los helicópteros recargan en piletones que se acondicionaron en el río piedras. Dos helicópteros pertenecen al SNMF y otro a la provincia de Salta. 

“Los helicópteros fueron muy útiles para mover brigadistas”, contó Arce. “Hicimos vuelos para posicionarlos bien temprano en la mañana, porque alrededor de las dos de la tarde se tornó peligroso”. Ayer el funcionario realizó un vuelo de reconocimiento, no solamente en Valle Morado, sino en otros sectores sensibles como los territorios comunitarios de Tinkunaku y San Ignacio, sobre la ruta provincial 18. No brindó información sobre la superficie total afectada por los incendios forestales.