La selección de Croacia, vigente subcampeona del mundo, no pasó de un empate sin goles ante Marruecos en su estreno de este miércoles en el Mundial de Qatar. El conjunto liderado por Luka Modric se encontró con un rival áspero, que le planteó mucho rigor físico y que lo complicó más de lo esperado. La igualdad le quitó previsibilidad al grupo F, que más tarde tendrá el duelo Bélgica-Canadá. La novedad más relevante para el público argentino fue la presencia del árbitro Fernando Rapallini, que dirigió el encuentro con una nota destacada.
A Croacia le costó asumir el rol de candidato que arrastra desde Rusia 2018, cuando consiguió el subcampeonato del mundo. Si bien Modric lideró a su equipo y se mostró como patrón de la mitad del campo, al conjunto balcánico le faltaron ideas para romper el cerrejo que planteó Marruecos y casi no generó ocasiones frente al arco de Bono, el guardavallas del Sevilla.
Del otro lado, a los africanos les faltó audacia para llevarse un premio mayor. Con casi nula participación de Hakim Ziyech, el futbolista del Chelsea encargado de generar fútbol, sus intentos se limitaron a pelotazos largos que buscaban forzar algún error en la zaga croata. Como eso no sucedió, sus chances también resultaron muy escasas.
El panorama no cambió con el correr de los minutos. Todo lo contrario. El juego monótono y sin emociones se apoderó de la escena en el estadio Al Bayt y nada pudo modificarlo. En las intenciones, Croacia pareció un poco más ambiciosa, pero nunca logró traducirlo en ocasiones frente a Bono. Por eso, los dos se fueron conformando con el empate, que deja abierta la pelea en un grupo en el que croatas y belgas aparecían como claros favoritos.
La labor de Rapallini
El partido entre croatas y marroquíes contó con el estreno de la terna arbitral argentina. Fernando Rapallini, acompañado por los asistentes Juan Pablo Belatti y Diego Bonfa, tuvo un debut más que correcto, en un encuentro que nunca se le complicó.
Ayudado por jugadores que no lo generaron inconvenientes y con escasas jugadas difíciles frente a las áreas, Rapallini condujo muy bien las acciones y sólo mostró una tarjeta amarilla en todo el encuentro, cuando a los 77 minutos amonestó al marroquí Sofyan Amrabat por una dura falta sobre Modric. Precisamente con el capitán croata tuvo tal vez el único lunar de su actuación, ya que podría haberlo amonestado, tanto por reiteración de faltas como por una fuerte infracción que cometió. Lejos de los inconvenientes que se le presentaron en sus últimas actuaciones en el torneo argentino, Rapallini pasó con buena nota su estreno mundialista.
La otra perla de su arbitraje tuvo que ver con el tiempo de descuento, una característica saliente en lo que va de la Copa del Mundo. A diferencia de sus colegas, que han adicionado más de diez minutos en todos los partidos, Rapallini sólo sumó ocho minutos en total, dos en la primera parte y seis en la segunda. Sin demoras por intervenciones del VAR ni interrupciones largas por lesión, el juez argentino no tuvo necesidad de imitar a los otros árbitros.