El ex presidente Mauricio Macri reveló que a los pocos días de haber asumido ese cargo le pidió “perdón” al gobierno de Uruguay por el conflicto por las papeleras instaladas frente al río limítrofe entre ambos países y echó por tierra la larga lucha de la comunidad Gualeguaychú, que durante meses se movilizó denunciando contaminación ambiental frente a sus costas.
“Le pido perdón por todas las barbaridades que ha hecho la Argentina en los últimos años, ustedes son nuestros hermanos y acá está el fin de todos los conflictos y mis resoluciones” que terminan con los reclamos. Estas fueron las palabras que el líder de Juntos por el Cambio le dijo al entonces presidente uruguayo, el fallecido Tabaré Vázquez, durante una reunión que mantuvieron en la ciudad de Colonia.
Papeleras y Mundial
El encuentro entre ambos mandatarios de produjo en enero de 2016, a los pocos días de que Macri asumiera la primera magistratura, y ocurrió en el marco de la primera reunión bilateral donde ambos discutieron la idea de postular a Argentina y Uruguay como países candidatos a organizar el Mundial 2030, el del centenario de la Copa del Mundo.
La carta de presentación de Macri en esa reunión fue desestimar los reclamos que el Estado argentino había hecho desde 2006, durante el gobierno de Néstor Kirchner, por la instalación de una planta de pasta de celulosa de la empresa Botnia frente al Río Uruguay.
Ese emprendimiento –que finalmente se concretó-, había movilizado a toda la comunidad de la ciudad entrerriana de Gualeguaychú que denunció la contaminación de esas aguas frente a sus costas. La enorme participación popular mantuvo cortado el puente Libertador General San Martín, de Fray Bentos, que une ambos países, y recibió la intervención del gobierno argentino, que presentó quejas ante la justicia y organismos internacionales a fin de encontrarle una salida al asunto.
A toda esta controversia que comenzó en 2006, que mereció diálogos de alto rango por la violación del Tratado del Río Uruguay, que ocupó las primeras planas de la prensa regional, que tensó la relación bilateral, que llegó a la Corte de La Haya, y que duró años de resistencia popular, Mauricio Macri la llamó “papelón”.
La candidatura rioplatense como sede del Mundial 2030 “fue una iniciativa que le planteé a Uruguay después del papelón que hicimos con Botnia y el tema de las papeleras, que decían que contaminaban el río pero que al final contaminábamos nosotros más que ellos” y que fue producto de “esas cosas que tanto daño nos ha hecho el populismo”, dijo el líder de Juntos por el Cambio desde Qatar, durante una entrevista por radio La Red.
En ese diálogo periodístico surgido con la intención de hablar sobre la posibilidad de que Argentina sea sede mundialista, el también presidente de la Fundación FIFA contó la trastienda del acuerdo con el país vecino.
Asado con Tabaré Vázquez
A los pocos días de haber asumido, “Tabaré pide verme. Entonces me tomé el helicóptero presidencial y me fui a la residencia del presidente uruguayo en Colonia a comer un asado”, contó Macri.
Pero “en los primeros diez minutos” previos al almuerzo, “arreglamos todos los temas que llevaban años: los conflictos por las papeleras, por el canal de navegación y por los puertos. legué ahí con todo resuelto”, añadió.
Los hechos fueron así. “Tabaré me dijo que quería hablar privadamente antes del asado –relató-. Entonces me senté y le dije: ‘Antes de que me diga nada, le pido perdón por todas las barbaridades que ha hecho la Argentina en los últimos años. Ustedes son nuestros hermanos, acá está el fin de todos los conflictos y mis resoluciones”.
Luego de escuchar esto, “Tabaré, que era un señor, se quedó duro y me dijo: `Yo tenía previsto todo un speach, pero estoy emocionado y feliz, así que pasemos al asado’”. La respuesta de Macri fue: “Sí, sí porque estoy muerto de hambre”. Y luego de ello se pusieron a conversar “sobre la idea loca de organizar el Mundial del Centenario”.
Macri y sus pedidos de perdón
Por la fecha en que ocurrió, este habría sido el primero de los perdones con que Macri encaró su política de acercamiento “al mundo”. La disculpa más conocido hasta entonces había ocurrido ese mismo año en Tucumán, durante los festejos por el Bicentenario de la Independencia, cuando frente al entonces “querido rey” Juan Carlos, Macri habló de “la angustia” que habrán sentido los patriotas argentinos por “separarse de España”.
La otra más relevante fue hecha ese mismo año en Madrid cuando, en una reunión con empresarios, el ministro Alfonso Prat Gay le pidió al gobierno de España “disculpas por los últimos años” en que la Argentina reestatizó Aerolíneas Argentinas e YPF, por entonces en mano de Iberia y Repsol, respectivamente.
La idea de la reunión en la que Macri le pidió “perdón” a Uruguay había sido relanzar la relación bilateral entre ambos países, luego de la controversia sobre el Río Uruguay. La idea era conversar sobre ese asunto para acercar posiciones. Pero luego de que el flamante mandatario argentino lo borrara de un plumazo, el paso siguiente fue hablar sobre la candidatura mundialista a la que luego se sumó Paraguay, por entonces presidido por Horacio Cartés, el amigo de Macri acusado de lavado de dinero y de ser jefe de una extensa red de tráfico de cigarrillos.
Pero en rigor, la candidatura conjunta fue una iniciativa surgida durante los mandatos de Cristina Kirchner y José Pepe Mujica, y formalizada entre ambos en 2011.