A una semana del lanzamiento de Artemis I, la misión integrada por el mega cohete del Sistema de Lanzamiento Espacial (SLS) y una nave espacial Orión sin tripulación, con destino a la Luna, el director del programa de la NASA, Howard Hu, consideró viable que en 2030 haya humanos que vivan y trabajen en el satélite natural de la Tierra.
A cincuenta años del lanzamiento del Apolo 17 —en diciembre de 1972—, el programa estadounidense Artemis I pretende ser el primer paso, aún sin tripulación, para sucesivas misiones con el objetivo final del regreso de astronautas a la superficie de la Luna y hacer posible una presencia humana a largo plazo durante las próximas décadas.
"Vamos a enviar personas a la superficie de la Luna, y van a vivir en esa superficie y hacer ciencia", expresó Hu a la BCC. “Es el primer paso que estamos dando para la exploración del espacio profundo a largo plazo, no solo para Estados Unidos sino para el mundo”, consignó.
La existencia de agua en el polo sur de la Luna es un enigma que motiva a varios científicos a planificar viajes hacia el satélite natural. Para el especialista, esta era una buena razón para regresar porque, en caso de encontrarla, podría usarse para ayudar a impulsar cohetes en el camino hacia Marte.
Cuando lleguen los humanos a la Luna
De acuerdo con Hu, una vez que el programa de la nave espacial Orión termine con todas las pruebas de seguridad de sus componentes y sistemas aprobadas, el plan es tener humanos viviendo en la Luna "en esta década".
"Realmente va a ser muy importante para nosotros aprender un poco más allá de la órbita de nuestra Tierra y luego dar un gran paso cuando vayamos a Marte”, explicó el científico, y añadió: “Las misiones de Artemis nos permiten tener una plataforma sostenible y un sistema de transporte que nos permite aprender a operar en ese entorno del espacio profundo".
La NASA quiere establecer una presencia humana sostenible en la Luna, con misiones que duren varias semanas, y no unos pocos días como en el programa Apolo. Su objetivo es comprender mejor cómo vivir y trabajar en el espacio profundo.
La radiación espacial representa una amenaza real para la salud, y es más intensa en la Luna que en la Estación Espacial Internacional (ISS), situada mil veces más cerca de la Tierra y, por tanto, todavía parcialmente protegida por su campo magnético. Desde la primera misión Artemis, se planean experimentos para estudiar el impacto de esta radiación en los organismos vivos, y para evaluar la eficacia de una chaqueta antirradiación.
La importancia de Artemis I para la NASA
La misión del Artemis I durará seis semanas. La nave no tripulada orbitará la Luna sin aterrizar y regresará a la Tierra. La iniciativa de la NASA busca allanar el camino para un vuelo de prueba tripulado y una futura exploración lunar humana.
Durante el trayecto, la nave espacial Orión llegará más lejos de lo que jamás lo haya hecho otra nave espacial construida para humanos.
Viajará a más de 450.000 kilómetros desde Florida —65.000 kilómetros más allá del satélite natural— y permanecerá en el espacio más tiempo que cualquier nave para astronautas sin acoplarse a una estación espacial. Después, retornará a la Tierra más rápido y soportando más temperatura que nunca.
Entre otros objetivos, la propuesta de la NASA busca probar en la Luna las tecnologías que le permitirán evolucionar en Marte. En efecto, debe testear los nuevos trajes para caminatas espaciales, cuyo diseño fue confiado a la empresa Axiom Space para la primera misión que tocará suelo lunar en 2025, como muy pronto. Otras necesidades incluyen vehículos para el desplazamiento de los astronautas, así como viviendas.
Finalmente, para el acceso sostenible a una fuente de energía, la NASA está trabajando en el desarrollo de sistemas portátiles de fisión nuclear. Resolver cualquier eventual problema será mucho más fácil en la Luna, a solo unos días de distancia de la Tierra, que en Marte, al que se tarda varios meses en llegar.