La Corte Suprema del Reino Unido canceló la posibilidad de que Escocia celebre un referéndum de independencia sin obtener primero la aprobación del Gobierno británico. "La Ley de Escocia otorga poderes limitados al Parlamento escocés y la potestad de convocar un referendo está 'reservada' al Parlamento del Reino Unido", sentenció el presidente de la máxima instancia judicial del Reino Unido, Robert Reed.
En respuesta, la primera ministra escocesa, Nicola Sturgeon, aseguró que Escocia encontrará "otro medio democrático, legal y constitucional por el que el pueblo escocés pueda expresar su voluntad" y consideró que estaba en juego "el derecho democrático de elegir nuestro propio futuro". La primera ministra adelantó que uno de las posibilidades será hacer conicidir las elecciones generales de 2025 con una consulta pública.
"Serán un referendo de facto sobre la independencia", adelantó Sturgeon sobre las próximas elecciones generales del Reino Unido en el país asociado y explicó que se convocará una conferencia especial del partido el año que viene para establecer un manifiesto para la votación.
Escocia había celebrado un referéndum de independencia en 2014 y poco más del 55 por ciento votó para seguir formando parte del Reino Unido, pero el Gobierno nacionalista escocés considera que la salida del país de la Unión Europea (UE) en 2020 hizo necesaria una segunda consulta.
El Partido Nacionalista Escocés (SNP) de Sturgeon dice que, como la mayoría de los escoceses votaron contra el Brexit en el referendo de 2016, es necesario reiterar la consulta independentista que se había celebrado dos años antes. Sin embargo, las encuestas de los últimos ocho años sugieren que el electorado en Escocia está dividido.
A pesar de eso, el Gobierno escocés había argumentado que podría realizar una votación legal, pero el Gobierno del Reino Unido lo rechazó y el caso llegó a la Corte Suprema. Luego de escuchar los argumentos de cada una de las partes durante dos días el mes pasado, un panel de cinco jueces de a Corte Suprema emitió la decisión de cancelar la nueva consulta.
El primer ministro británico, Rishi Sunak, celebró la sentencia "clara y definitiva" y llamó "trabajar juntos" a Sturgeon de forma "constructiva, colaborativa, en asociación" en un contexto de grave crisis económica en el Reino Unido.
Reacciones en Escocia e Inglaterra
El ministro para Escocia del Gobierno británico, Alister Jack, dijo que respetaba la sentencia y pidió a los Gobiernos escocés y británico dar vuelta de página y concentrarse en los temas que son importantes para la gente de Escocia. "La gente en Escocia quiere que sus dos gobiernos concentren toda la atención y los recursos en los temas que más les importan", subrayó.
Anas Sarwar, líder laborista escocés, recibió con satisfacción el fallo y aseguró que la gente en Escocia quiere un cambio, pero no otro referendo o la independencia. Mientras tanto, frente a la Corte Suprema en Londres una decena de independentistas escoceses protestaron contra el fallo levantando sus banderas azules y blancas.
"Esto plantea preguntas sobre la naturaleza del Reino Unido, se nos dice constantemente que se trata de una unión voluntaria", dijo la diputada Philippa Whitford, informó la agencia AFP. "Esto es una relación de propietarios y nosotros somos la propiedad", denunció David Simpson, jubilado de 70 años.
En Edimburgo, las protestas fueron mayores. "Nadie nos permite expresar nuestra opinión", lamentó Gerard Clarke, de 74 años, mientras junto a él David Turner aseguró que la sentencia fortalecerá el apoyo a "una ida sin vuelta hacia la independencia".
Sin embargo, frente al Parlamento regional, manifestantes antiindependencia se manifestaron también con pancartas que decían "Queremos quedarnos en el Reino Unido".