Franz Beckenbauer está enfermo. Por eso, no está en el Mundial de Qatar 2022. La leyenda alemana de 77 años perdió la vista de un ojo y sus médicos le sugirieron evitar los vuelos porque debe cuidarse el corazón, además de haber perdido la visión en un ojo: "Tuve un infarto en un ojo. Desafortunadamente, no puedo ver nada a la derecha”, dijo el campeón del Mundo en Alemania 74 como jugador, y en Italia 90 como director técnico.
En una entrevista que brindó a un medio británico, Beckenbauer reveló los motivos por los cuales no está en Doha acompañando al equipo alemán en esta edición de la Copa del Mundo: "Mis médicos me recomendaron evitar los aviones y el estrés, porque debo tener cuidado con mi corazón", comentó.
De igual forma, la estrella germana adelantó que aunque no viaje a Qatar "mantendré los dedos cruzados por nuestro equipo frente a la televisión".
El camino del kaiser
El alemán fue protagonista de tres Copas del Mundo como jugador (Inglaterra ’66, México ’70 y Alemania ’74) y de otras dos como entrenador (México ’86 e Italia ’90).
Beckenbauer forma parte de un exclusivo privilegio que comparte solo con otras dos personas, el brasileño Mario Zagalo y el francés Didier Deschamps: son los únicos tres en ganar un Mundial de Fútbol como jugadores y como entrenadores. Beckenbauer, lo logró primero como capitán de la Mannschaft en Alemania 1974 y posteriormente como su seleccionador en Italia 1990, final jugada contra la Argentina con Diego Maradona.
Beckenbauer se convirtió en un legendario defensor de la defensa alemana. En su presentación mundialista de 1966, marcó cuatro goles y fue titular en seis partidos: solo cedió en la final ante la anfitriona, Inglaterra.
Cuatro años después, volvió a ser protagonista en el Mundial de México. Esta vez la selección alemana se quedó a las puertas de la final al caer en semifinales ante Italia por 4-3 en un duelo que pasó a la historia como el partido del siglo por su intensidad y emoción. Beckenbauer jugó prácticamente toda la prórroga con el brazo lesionado.
Se desquitó en su siguiente y último Mundial, donde volvió a ser clave. Ser el capitán de la selección de su país, le permitió levantar por primera vez el trofeo de la Copa del Mundo tras derrotar en la final a la Holanda de Johan Cruyff, que pasó a la historia como la "Naranja mecánica".
El Kaiser tiene el honor de haber alcanzado siempre las semifinales en todas sus presencias mundialistas, sea como jugador como director técnico.