La Corte Suprema todavía no resolvió cuándo les tomará juramento a los diputados y a los senadores que deben sumarse como estamento político al Consejo de la Magistratura, el organismo que tiene a su cargo la selección y la sanción de los jueces. Este jueves habrá reunión en el Palacio de Talcahuano entre los cuatro supremos. Si bien en el máximo tribunal no adelantan cuáles serán los temas que tratarán, están los decretos tanto de la Cámara de Diputados como del Senado nombrando a sus representantes. El gran interrogante es qué harán los cortesanos con el senador Martín Doñate, designado por el Senado para representar a la segunda minoría, pero cuya silla reclama para sí el senador del PRO Luis Juez.

Horacio Rosatti –en su rol de presidente de la Corte– deberá junto con sus colegas del tribunal, Juan Carlos Maqueda, Carlos Rosenkrantz y Ricardo Lorenzetti, ponerle fecha a la jura de los cuatro diputados y los cuatro senadores designados para el Consejo. Por la Cámara baja los elegidos son Vanesa Siley y Rodolfo Tailhade (Frente de Todos), Álvaro González (PRO) y Roxana Reyes (Unión Cívica Radical). Por la Cámara alta, están los títulos de María Pilatti Vergara, Mariano Recalde (Frente Nacional y Popular), Martín Doñate (Unidad Ciudadana) y Eduardo Vischi (UCR).

En el Consejo circulaba la versión de que la jura podría ser la semana próxima. Sin embargo, la duda es si les van a tomar juramento a los ocho o si, por ejemplo, van a condicionar la jura de Doñate. Juez, que reclama la banca, presentó una acción de amparo ante el juzgado en lo contencioso administrativo federal de María Alejandra Biotti. Todos miran con interés los movimientos del expediente, pero, por el momento, la jueza no dio ninguna señal.

“Lo que importa es qué va a hacer la Corte”, dicen en el bloque oficialista del Consejo. En el máximo tribunal juegan al hermetismo. El único gesto, por el momento, fue haberles tomado juramento a los otros once integrantes del organismo y que tres de los supremos –Rosatti, Maqueda y Rosenkrantz– hayan ido a un brindis que se hizo en la Asociación de Magistrados en el que participaron los cuatro jueces que representarán al estamento: Diego Barroetaveña y Agustina Díaz Cordero (Lista Bordó), Alberto Lugones (Lista Celeste) y Alejandra Provítola (Compromiso Judicial).

La voz cantante del cóctel fue el camarista Mariano Llorens, que es el vicepresidente de la entidad y también el juez que sugirió hacerle juicio político y detener a Cristina Fernández de Kirchner. En la Corte estaban interesados en que se conociera la reunión en la Asociación de Magistrados y dar un mensaje de abroquelamiento judicial --particularmente para que tomara nota el kirchnerismo.

En su fallo del 8 de noviembre pasado, la Corte no escatimó dardos hacia la presidencia del Senado –léase CFK– por la decisión de partir el bloque del Frente de Todos en abril pasado. En ese momento, la Cámara alta tuvo que mandar nuevos representantes porque la Corte decidió resucitar una ley derogada en 2006 e incrementar el número de miembros del organismo de 13 a 20, llevando al presidente de la Corte a presidir también el Consejo. El Frente de Todos se dividió en el Frente Nacional y Popular, por un lado, y Unidad Ciudadana, por el otro. Como Unidad Ciudadana tenía cinco senadores más que el PRO se designó a Doñate para ocupar un sillón en el Consejo. La Corte le terminó dando la razón a Juez y dijo que se trató de un “ardid”. El 8 de noviembre afirmó que le correspondía ocupar la silla a él hasta el 18 de noviembre, cuando terminaba el mandato, pero jamás le tomó juramento.

En el Frente de Todos entienden que la Corte no tiene margen para no tomarle juramento a Doñate porque no hay más que una acción de amparo iniciada por Juez y no hay aún resolución de la jueza –y mucho menos confirmación por parte de la Cámara del fuero–. En otras palabras, la Corte no tiene por el momento un caso. Probablemente lo tenga en un tiempo no demasiado distante.

Más allá de la pulseada de poder con el Ejecutivo y el Legislativo en que está enfrascado el máximo tribunal, el dato certero es que el Consejo no se reúne en plenario desde el 15 de julio pasado. En la última reunión, Doñate le preguntó a Rosatti qué iba a hacer para cumplir con su propio fallo de 2020 en el que había dicho que Leopoldo Bruglia y Pablo Bertuzzi deberían irse de la Cámara Federal en cuanto se hubiera resuelto el concurso para ocupar esos lugares. El concurso está terminado, pero no hay ningún incentivo en la oposición para votar las ternas y que pasen al Ejecutivo. Al macrismo le conviene el statu quo. En el Gobierno están convencidos de que a la Corte también. Como si fuera poco, los cortesanos deben fallar también en la disputa entre la Nación y la Ciudad de Buenos Aires por la coparticipación.