Desde Doha
El seleccionado uruguayo fue el tercer sudamericano en debutar en la Copa del Mundo, y no pudo desplegar todo su potencial ante un adversario ordenado como Corea del Sur.
La postura de los uruguayos fue adelantarse en el campo de juego para trasladar el desarrollo hacia el campo rival, con el control de pelota que pueden ofrecer tanto Valverde como Bentancur.
Ellos dos son los que encabezan el circuito de ataque, y se encargan de abastecer a Suárez o Darwin Núñez. Las posibilidades de convertir fueron pocas para el equipo de Alonso, y la más clara fue un cabezazo de Godín que dio en la base del palo.
El problema que tenía Uruguay era que no podía conectar el pase final para que un jugador pudiera quedar de frente al arquero coreano. Los asiáticos, precisamente, no se desacomodaron en ningún momento, y siguieron con su esquema a pesar de que no podían retener la pelota. Sin embargo, con el correr de los minutos, se fueron afirmando en el terreno y empezaron a llegar con riesgo hacia Rochet.
El juego de Corea se volcaba hacia la derecha, y cuando combinaban Kim y Sang-Ho lograban desbordar hasta el fondo para luego buscar al compañero que llegaba por el centro, que generalmente era Hwang. Con esa postura tuvieron una gran oportunidad para convertir, pero la definición se fue por arriba del arco.
Uruguay intentaba avanzar con la pelota al ras del piso, mientras que los coreanos eran más rápidos en el ataque: lanzaban pases largos de manera cruzada para sorprender a los defensores, y en pocos segundos estaban cerca del área rival.
El clima externo lo animaban mejor los seguidores de Corea, que con redoblantes provocaban más ruido que los uruguayos, quienes cada tanto reaccionaban con algún canto típico como “… vamos la Celeste, que esta tarde tenemos que ganar”.
El duelo tuvo una pequeña variación en la segunda parte, debido a que Corea exhibió más audacia para ir hacia adelante, y cuidó mejor la pelota. En esta oportunidad, la tocaba con precisión para superar las marcas uruguayas y poder desnivelar
La explosión del estadio ocurrió cuando Cavani ingresó en lugar de Suárez. Este último no aportó mucho al equipo, debido a que no recibió la pelota con frecuencia y eso le impidió tener alguna situación de gol. Además, su condición física no le permite participar de un partido completo.
Cavani, que tendría alguna posibilidad de jugar en Boca el año próximo, se movió por todo el frente de ataque, y fue difícil de atrapar para los defensores coreanos.
El cansancio se fue apoderando de algunos jugadores de Uruguay, y el técnico hizo ingresar también a Viña y De La Cruz. El jugador de River se ubicó detrás de los delanteros para ser el enlace con ellos. Con su aporte, Núñez pudo rematar de derecha y la pelota salió cerca del palo.
El minuto final fue electrizante, con un tiro de Valverde que se estrelló en el palo, y la respuesta de Son en donde la pelota rozó el poste de Rochet.
Uruguay no pudo exhibir su mejor juego, ante un seleccionado que no cometió errores y demostró que puede disputar un lugar en la clasificación hacia los octavos de final.