Para las máximas responsables de las fuerzas de seguridad que ayer reprimieron brutalmente a trabajadores de la planta de PepsiCo, la gobernadora María Eugenia Vidal y ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, el cierre y la toma de la planta de Vicente López fueron culpa de los partidos de izquierda. Así lo dijeron en sendas entrevistas donde lo único que lamentaron fue la cantidad de policías heridos.
Vidal, responsable de la Policía Bonaerense cuyo cuerpo de Infantería arrasó con balas de goma, palos y gases a trabajadores, delegados gremiales y legisladores nacionales, “lo que sucedió de la toma de la empresa fue activado políticamente”.
La prueba de ello, elucubró, fue la presencia en ese lugar de “referentes de izquierda” a quienes apuntó con el dedo: (Luis) Zamora, (Vilma) Rippoll y (Myriam) Bregman”. A ellos les endilgó la responsabilidad de “alentar la toma de la fábrica”. “No hay que investigar mucho”, dijo. Dos más dos, cuatro.
La lógica de Bullrich fue más allá. En su primera aparición pública tras la represión, la máxima autoridad de los gendarmes que ayer participaron del operativo de desalojo sostuvo que "lo único que hacen los grupos de izquierda es cerrar empresas", y remató: “En vez de ayudar a los laburantes, los matan”.
En su razonamiento, “todas las empresas en las que hay comisiones internas que maneja el Frente de Izquierda terminan cerradas", los delegados son, según ella, “intransigentes e inflexibles” y “lo único que hacen es cerrar las fuentes de trabajo". Como ejemplo de ello citó a tres multinacional PepsiCo, Kraft y Lear. “Los terminan echando porque se terminan cerrando las fuentes de trabajo."
Desde ya que en su panorama de situación entran los dirigentes. Tal como lo hizo Vidal, puso en la mira a los que ayer estuvieron acompañando, antes y durante a la represión, a los trabajadores que mantenían la toma. Los acusó de “subir la tensión”, les recomendó “bajarla” y los acusó de “generar un clima que no ayuda”.
"Erradicar la violencia también implica que vos estés del lado que están las personas que tienen responsabilidad", conjeturó Bullrich y también hizo lugar para los trabajadores que solo querían una instancia de diálogo para que se resuelva su situación de desocupados.
La ministra se preguntó “qué nivel de diálogo se puede tener con personas que les tiraban las cosas que le tiraban desde el techo a la Policía" y también se hizo tiempo para cuestionar la movilización anunciada por la CGT para el 22 de agosto: "Es algo totalmente ridículo".
"La Argentina necesita un sindicalismo equilibrado, que no es la CGT que te llama a una movilización con no sé cuánto tiempo de anticipación ni una izquierda que te cierra fábricas", concluyó durante la entrevista por América TV.
Desde ya que ambas funcionarias justificaron la represión y destacaron que “los únicos heridos” tras la represión fueron los policías. Para Vidal, los desalojos son una "instancia que uno tiene que evitar", pero planteó que "hubo una orden judicial" y "mucho trabajo" previo a esa instancia.
Al coro de funcionarios que comenzó a asomar casi doce horas después de la represión a los operarios y operarias de la planta de la multinacional en la localidad de Florida se sumó el ministro de Trabajo, Jorge Triaca. También criticó la marcha de la CGT y dijo que en el caso de PepsiCo “se cumplió con lo que establece la ley” y el gremio consiguió “una doble indemnización”. Por último, al ser consultado sobre qué pasará con los despedidos, dijo: "El nivel de empleo ha crecido en los últimos nueve meses."