Una mirada de mundo similar y una sensibilidad artística compartida. Ese es el principal motivo por el cual el cantautor y murguero uruguayo El Alemán y el escritor y referente LGBTIQ+ argentino Juan Solá confluyeron en el espectáculo Experiencia Canta Cuenta, un encuentro para “compartir emociones, reflexiones y humor” a través de relatos, poesías y canciones. “Cuando viajamos durante las giras y conversamos, nos damos cuenta que tenemos muchas cosas en las que pensamos igual. No podríamos compartir la escena con alguien que está en las antípodas de lo que uno piensa”, sostiene el músico uruguayo. “Lo que tiene de especial este espectáculo es que le ponemos nuestra impronta, no es algo cuadrado o rígido, no es una obra de teatro. Y la gente la pasa muy bien, es un sube y baja de emociones. Se ríen, lloran y vuelven a reír. Se genera una intimidad maravillosa”, precisa el argentino. Las presentaciones serán el sábado 26 de noviembre a las 21 en Xirgú Untref (Chacabuco 875) y el domingo a las 20.30 en Teatro Metro de La Plata (Calle 4 entre 51 y 53).
“El hilo conductor tiene mucho que ver con la justicia social y las diferentes formas que tiene el amor”, cuenta Solá, escritor y narrador. “No solamente hablamos de amor romántico sino también de todas las formas que puede adoptar. Los textos y la música van por ese lado: la empatía, la justicia social, la perspectiva de género y los derechos humanos. Y también hay mucho humor en el espectáculo, porque con El Alemán también generamos una complicidad muy linda, entonces se fue dando naturalmente. No es un espectáculo guionado, pero sí hay una curaduría de textos, con la intención de que funcione”, se explaya y dice que el espectáculo es dinámico: las canciones y los textos varían según la ocasión. “Ahora quiero incluir algo que tenga que ver con la justicia ambiental, con la idea del ecocidio y del colapso, que hoy por hoy es lo que más atraviesa mi trabajo personal”, adelanta Solá.
En el repertorio, una de las canciones que interpreta El Alemán es “Jugadores del pasado”, que retrata con belleza lo que pasa en los potreros de los barrios charrúas. “Y una vez escuchando un programa deportivo oí el tango ‘El sueño del pibe’, que acá en Uruguay no es tan conocido como en la Argentina. Y me pareció interesante tomar una partecita de la canción y juntarla con ‘Jugadores del pasado’. Juan en ese momento del show recita ‘El reloj de oro’, que es una obra que tiene una reminiscencia con un vínculo entre un padre y un hijo. Entonces, nos pareció que esas canciones juntas quedaban bárbaras”, explica El Alemán y de ése modo grafica el espíritu del espectáculo. “Hay un trabajo de escucharnos, de entender lo que se quiso decir para que las obras conversen”, precisa.
“A mí Juan me conmueve abajo y arriba del escenario”, resalta El Alemán, artista montevideano y referente del carnaval uruguayo. “Trato de no emocionarme porque para cantar eso no viene muy bien. Atahualpa Yupanqui decía: ‘no me lo permito’. A mí se me hace muy difícil. Yo no soy un crítico literario para entender qué es lo que pasa, pero las reivindicaciones de Juan, esa mirada de la justicia social y material, es lo que a mí me acerca muchísimo a su literatura y la forma en que lo dice”, destaca. “El tango nos une y el puerto nos hermana mucho. La música popular citadina de Montevideo, también la murga, tiene mucha fuerza en la Argentina: Jaime Roos, Fernando Cabrera y Rubén Rada son artistas que han logrado ingresar con mucha fuerza y respeto entre los argentinos”, apunta sobre las coincidencias culturales entre ambos países y dice que “en Uruguay el rock argentino es bandera”.
-¿Por qué consideran necesario en este contexto social, cultural y político hablar del amor y sus diferentes variantes?
Juan Solá: -Hablar del amor es útil para entender cómo nos vinculamos, cómo nos encontramos frente a esa otredad que también busca amar. Pero principalmente me parece que es fundamental hablar del amor como fuerza política, como una fuerza totalizadora de la experiencia humana que pudo haber sufrido ciertas manipulaciones por parte del mercado y por parte de la mirada capitalista para transformarlo en algo que tenga más que ver con el consumo que con el dar. Entonces, creo que es importante en todos los contextos posibles hablar de amor; hablar de sus formas y entender que hay amores más urgentes que ese amor romántico que enmarca o encuadra los vínculos humanos. Porque en realidad hay muchísimas formas de amar y de encontrarse con la experiencia amatoria independientemente de ese romanticismo impuesto desde los grandes medios de comunicación. Hay nuevas miradas sobre el amor y a la gente siempre le interesa hablar de eso.
-¿La justicia ambiental y el ecocidio son los temas contemporáneos más urgentes para atender?
J.S.: -La justicia ambiental es el tema en el cual nos tenemos que centrar hoy para empezar a trabajar y producir nuestras obras. Creo que un arte que no acompaña su época simplemente opera como una suerte de entretenimiento y no son tiempos en los que el entretenimiento sea lo fundamental, porque son tiempos difíciles y tenemos que comprender que no hay posibilidad de producir arte en un planeta muerto. Y también empezar a pensar cuál es la función social del arte más allá de la estética y la belleza. Necesitamos recuperar los discursos artísticos donde efectivamente se haga una profunda observación del contexto y donde se tenga en cuenta el conjunto de las cosas que deben suceder para que el arte justamente suceda. No es solamente la presencia de un artista y un público, el escenario es el mundo.