Unos 46 proyectos productivos en vías de ejecución, para potenciar la autonomía económica en la etapa de salida de las violencias; el plazo de 2 años para consensuar un plan de acción con empresas y así obtener el "Sello Construir Igualdad”, que promueve reducir brechas laborales y ampliar niveles de inclusión e igualdad para mujeres y LGTBI+ en sectores productivos, de servicios privados, públicos y mixtos de la Provincia de Buenos Aires. Además, la Dirección Provincial de Políticas para la Igualdad de Género elabora el Programa para la formación e inserción laboral “Ellas PBA”, en oficios tradicionalmente masculinizados, incorporando en el mundo laboral a mujeres, lesbianas, travestis y trans que residen en territorio bonaerense, y que atravesaron o atraviesan situaciones de violencias por razones de género y/o se encuentran en especial situación de vulnerabilidad socioeconómica. Mientras tanto, la implementación del Programa Desendeudadas, creado con la Ley N° 15.310 de Presupuesto bonaerense, está pendiente del proceso de redacción del decreto reglamentario del Poder Ejecutivo.
El listado de cuentas institucionales pendientes ya había quedado expuesto en el Primer Informe sobre el Incumplimiento de la Obligación Alimentaria en la Provincia de Buenos Aires y volvió a plantearse esta semana, en el II Congreso de Políticas Públicas contra las Violencias de Género, que realizó el Ministerio de las Mujeres, Políticas de Género y Diversidad Sexual provincial, en Mar del Plata, en el marco del Día Internacional de la Eliminación de las violencias contra las mujeres y diversidades.
“La cuestión del (in) cumplimiento de las obligaciones alimentarias tiene dos aspectos que el informe releva: la vulneración del derecho de las infancias y juventudes a ser cuidadas, en todos los aspectos de su vida y su desarrollo, por sus progenitores", advierte la ministra Estela Díaz. “Por otro lado, el impacto que la falta de aporte económico al sustento vital de las y los hijos tiene sobre la situación de pobreza, la falta de autonomía y la sobrecarga de tareas de cuidado, a las que principalmente las mujeres suelen hacer frente”, en muchísimos casos, desde hogares monomarentales. “Los cuidados de las personas siguen siendo una responsabilidad que recae mayoritariamente en las mujeres”, concluye Díaz. “Necesitamos asumir cada vez más que cuidar es también un tema de varones, tanto como que la reproducción cuidada de la vida es prioritaria para nuestras sociedades.”