El fiscal de octava nominación, Sebastián Pelisari, ordenó que a la madre de una niña de 4 años, quien denunció al padre de su hija por abusar de la criatura, se le realice una pericia psicológica con peritos de parte. En tanto, el  denunciado E.M.A, quien es médico clínico, aún no fue imputado aunque ya pasaron 8 meses de la acusación. La mujer pide que la Justicia deje de dilatar y trabaje con perspectiva de género.

La mamá denunciante, Andrea, habló con Catamarca/12 para pedir justicia. Contó que la denuncia la realizó a fines de marzo, luego de contactar a una psicóloga y a una especialista para poder comprender mejor. “Mi hija Uma (nombre ficticio) había regresado de unas vacaciones con él. Recuerdo que yo llegué de trabajar y es como si ella me hubiera estado esperando para contarme. Lo hizo a través de un juego y me dijo que E. porque así le dice, por el nombre, le hacía eso. Lo que yo empecé a observar después fueron otras conductas que me llamaron la atención”, explicó.

Explica que con el padre biológico de Uma ella se separó cuando quedó embarazada y volvió a tener contacto cuando la nena tenía un año de edad, luego de que él se hiciera el ADN y la reconociera como hija. “Si bien yo no tenía diálogo con él, porque él no quería y las visitas se hacían a través de terceros muchas veces, no había otros problemas y los que hubo se resolvieron bien”, cuenta.

“Cuando Uma me cuenta, no puedo explicar lo que sentí. Es indescriptible. Me sentí atravesada. No hubo momento en que yo dudara. Traté de ser cauta por eso antes de la denuncia hice las entrevistas con una profesional”, dice con la voz cortada.

“Desde ese momento y hasta ahora la Justicia no pudo darme respuesta”, asegura, y agrega que "al principio se perdió el expediente, luego me tuve que constituir como querellante con todo lo que eso implica. Lo único que me ha mostrado el Poder Judicial hasta ahora es que este tipo de delitos se sustancian sin perspectiva de género, pese a todas las normas que obligan al Estado a hacerlo”, explica.

Andrea cuenta que la Cámara Gesell a su hija se la decretaron recién en septiembre. “La hicieron esperar una hora en un pasillo en donde pasaban presos esposados, detenidos, adultos. La asesora de menores, aunque estaba notificada, no se presentó. Cuando ella ingresa hubo un problema porque los micrófonos de la sala no funcionaban y hubo algunas partes que no se pudieron transcribir”, señala.

La pericia se realizó con los peritos oficiales del Cuerpo Interdisciplinario forense y un perito de parte que puso E.M.A. “Ella lo volvió a contar ahí. Después, le hicieron otra entrevista psicológica más a pedido del fiscal y volvió a decir lo mismo”.

Relata además que el fiscal Pelisari, por iniciativa propia, es decir sin que lo haya solicitado la defensa del médico acusado, ordenó que Andrea sea peritada psicológicamente. “Esto se hizo también con un perito de parte”, explicó ella sin entender. “No hay ningún elemento en el expediente que dé indicios de que puedan hacerme eso”, resaltó.

Si voy a ahora a una unidad judicial y digo que acaban de robar la cartera van a salir a buscar. Si me siento y digo que mi hija me contó que su padre abusa ella, me dicen `ahora le vamos a hacer un peritaje a usted, a sus vecinos le vamos a preguntar quién es y al niño se le sigue sin creer”.

En tanto, y a 8 meses de la denuncia, el médico, “quien tiene prerrogativa de apellido”, dijo Andrea, aún no fue peritado ni imputado. “Los elementos están. Las pericias dicen que mi hija no miente. No hay mucho más que sumar para actuar”, afirma.

Incumplimiento de restricciones

Por otra parte, Andrea contó que existen otras denuncias en el marco de la causa, que son las denuncias por incumplimiento de restricciones por parte del acusado, violación de domicilio y una denuncia del marido de ella, porque la niña también le relató lo que le había sucedido.

En tanto, explicó que por su “decisión de hacer lo correcto, que es consultar y denunciar”, comenzó a ser hostigada en las redes sociales por E.M.A, quien además de publicar fotos de ella, también publicó fotos de la criatura asegurando que ella no fue abusada.

“Llamó por teléfono a amigas, quiso llevarse a mi hija por la fuerza, y fue cambiando su discurso, primero decía que era una denuncia falsa, después yo la obligaba a decir eso, cuando el síndrome de alienación parental ya fue descartado hace mucho tiempo, ahora dice que no fue abusada”.

Andrea explica que llegó a tener consigna policial y que actualmente sus amigas la acompañan por el miedo que ella tiene a que él aparezca para hostigarla.

Ahora, él presentó un escrito y el Juzgado de Familia no me deja salir de la provincia y mi hija no puede salir y ser libre ni para ir a la plaza. “Pido celeridad, que la Justicia actué como está obligada a hacerlo”

“Esto no puede estar supeditado al buen funcionamiento de la parte querellante, tiene que ser de oficio. Es todo es un gasto. ¿Y los niños pobres están condenados porque su causa se archiva? Como la Justicia no existe, yo tengo que pedir el acompañamiento de asociaciones feministas. Te desgarra el corazón y no sabes cómo hacer para tener fuerzas. Me gustaría que sea un mal sueño”, señaló angustiada.

“Es imposible que alguien pueda pensar que una madre quiera pasar por esto porque tiene un problema o algo que no resultó con su ex pareja. Cambia el rumbo del niño, hay crisis familiares, ruptura de afectos. Ese discurso sólo es para servir al abuso infantil. Ni siquiera sé de dónde sacar plata para pagar los costos”, asegura.

Por último, Andrea resalta que la Ley debe ser aplicada y desea que el fiscal escuche sus palabras. “El interés del niño no puede depender las fuerzas que tenga su madre para luchar y cuidarlo. La psicóloga que la sigue atendiendo a mi hija está por presentar un informe en donde le explica a los funcionarios judiciales que la están abrumando haciéndola repetir una y otra vez lo que ya dijo”.