En el marco de las actividades por el 25 de noviembre, día internacional de eliminación de la violencia contra las mujeres, se realizó ayer jueves, en la Universidad Nacional de Salta, el conversatorio: "Visibilizar las violencias para repensar colectivamente las políticas públicas". Las panelistas fueron la economista y coordinadora de EcoFeminita Candelaria Botto, la periodista Paula Rodríguez y la profesora trans Ale Garzón.
La actividad fue organizada por el rectorado de la Universidad junto a la Secretaría de las Mujeres, Género y Diversidad de la provincia.
Botto es coordinadora de EcoFeminita, una organización interdisciplinaria creada y liderada por mujeres que centra su trabajo en la visibilización de las desigualdades de género económicas.
"La violencia económica muchas veces se piensa como la que ejerce en una pareja heterosexual el varón sobre la mujer (...), ejerce control sobre sus ingresos monetarios. Eso imposibilita que la mujer pueda tomar decisiones de manera autónoma, porque podés querer tomar decisiones pero si después no tenés los recursos materiales para concretarlos va a quedar en el plano de las ideas. Se necesitan recursos para llevar a cabo esas ideas. La discusión es qué recursos económicos tienen las mujeres y las diversidades para poder llevar adelante esa libertad, esa autonomía económica", expuso Botto al comienzo de su disertación.
La economista quiso ir más allá de la violencia económica en el "plano individual", para visibilizar la que se ejerce en una "sociedad estructuralmente desigual" contra las mujeres y la diversidad sexual.
"Las mujeres tenemos mayores tasas de desempleo, de precarización laboral, cobramos menos por el mismo laburo y encima cargamos con una jornada de trabajo no paga en nuestros hogares que tiene que ver con el cuidado (...) y con los trabajos comunitarios", expuso. Detalló que suelen ser las mujeres las que se ocupan del cuidado de lxs hijxs, de familiares, de las personas con discapacidad o con enfermedad.
La economista señaló que hay una incidencia de las políticas públicas, tanto en términos de erradicar las violencias como también en la reproducción que se hace de esas desigualdades.
"En ese contexto, y en el marco de un nuevo programa del Fondo Monetario Internacional, en el cuarto mes de ajuste brutal en el gasto público y con un presupuesto del 2023 que da más miedo que esperanza, es importante traer esta discusión. En las crisis económicas es cuando más necesitamos feminismo, es cuando más necesitamos respuestas innovadoras que puedan resolver el problema de las mayorías. No estamos hablando de una cuestión de mujeres, estamos hablando de un problema social", destacó.
Dijo que en ese marco, se debe hablar de la "feminización de la pobreza, de cómo a ese grupo lo componen mayoritariamente mujeres y a medida que pasamos a los grupos poblacionales de mayores ingresos tenemos cada vez más varones. También tenemos que hablar de la masculinización de la riqueza porque si queremos políticas públicas y que puedan sostenerse en el tiempo, tenemos que hablar de cómo se financian", propuso.
Ante la necesidad de reducir la brecha de género, Botto señaló que es necesario hablar del sistema tributario, de quiénes son los que tienen que aportar más.
"Hay una experiencia interesante y necesaria, la del aporte extraordinario de las grandes fortunas, extraordinario porque sucedió una sola vez pero nos dejó una base muy interesante de quiénes son esas 12 mil personas que pagaron el aporte extraordinario y vemos que 7 de cada 10, son varones. Entonces se reproduce la masculinización de la riqueza y esta polarización no solo en términos de ingresos sino también de género", manifestó Botto.
La economista señaló que ante la crisis argentina y de la región, se requiere "más feminismo". En el marco de este 25 de noviembre, en el que millones de mujeres saldrán a la calle a manifestarse sobre todo por la cantidad de femicidios, "es necesario empezar a conectar entre las distintas violencias que vivimos y entender a la violencia económica como un caldo de cultivo perfecto para que se prolifere el resto de las violencias. Porque si no tenemos autonomía económica entonces no tenemos libertad de acción", sostuvo Botto.
Violencia institucional
Ale Garzón es docente trans y secretaria académica de la UNSa. Dio cuenta de la importancia de tener en cuenta las trayectorias trans que en el sistema educativo son tardías pero es necesario que se transformen en reales y concretas.
"Muchas compañeras trans no binaries hemos ingresado al sistema educativo de manera tardía, por la exclusión temprana de nuestros hogares, de nuestros lugares de origen y de estar casi con una predestinación de muy pocas opciones para desarrollarnos, para desarrollar nuestro proyecto de vida", expuso.
Garzón destacó que la ley de identidad de género ha posibilitado a las personas trans entrar al sistema educativo pero son muy pocas aún. "En Salta solamente somos 4 las docentes trans que estamos en ejercicio", indicó e invitó sobre la base de ese número a realizar el "cálculo del lugar que ocupan en las políticas públicas" para el colectivo trans en la provincia.
Expuso sobre la necesidad de que en 2023 se instrumente el cupo laboral trans en la Universidad. Asimismo, señaló que la ley de identidad de género tiene un sistema registral binario, que "invisibiliza cuántas personas trans hay dentro del sistema educativo, en qué condiciones" para poder generar políticas específicas.
"Sabemos que todas estamos atravesadas por la violencia en esta sociedad, la violencia institucional y también la violencia administrativa, para nosotres es la primera barrera", señaló. Ejemplificó con el hecho de que el personal administrativo que no se ha sensibilizado en la ley de identidad de género puede "violentarnos solamente por mencionarnos con un nombre con el cual no nos sentimos identificadas, es el primer obstáculo para ingresar a la universidad pública". "Hay toda una serie de desafíos que estamos trabajando, pensando", sostuvo.
Garzón puso énfasis en la necesidad de instrumentalizar los avances que hubo en materia de leyes y políticas para el colectivo trans. "La ley se tiene que efectivizar para nuestro colectivo. Es importante reflexionar sobre por qué nosotras necesitamos ocupar estos espacios. Además del proyecto individual, somos referencia para los que vienen", manifestó. También expuso que "es un desafío luchar contra un aparato burocrático". "Nuestras cuerpas disidentes, han sido lugares de batalla y lo siguen siendo", manifestó.
Violencia digital
"Hay una trama que une todas esas violencias y las hace posibles", señaló por su parte Rodríguez. La periodista es autora del libro Ni Una Menos, en el que a través de diferentes testimonios cuenta cómo se gestó la masiva marcha del 3 de junio de 2015 en distintos puntos de la Argentina.
En el conversatorio, Rodríguez expuso sobre las violencias digitales de género contra las mujeres con voz pública: políticas, activistas de derechos humanos, feministas, periodistas en particular de las secciones de política, economía y género.
"Es una violencia que aparece de forma muy reactiva a nuestros avances (...) además que se dirige específicamente a las que estamos hablando acá. Nos atraviesan", manifestó.
Señaló que "la violencia en línea, digital, abarca muchos fenómenos. No es separado de otros ámbitos. Hay un continuum de violencias. Hay muchas formas de violencia digital que son la continuación de la violencia en el mundo físico".
Además, expuso que los trabajos que hay en la región sobre este tema se han realizado sobre todo con mujeres periodistas, que son las que incluso están más solas y sin ningún resguardo en el ámbito laboral, en el que se naturalizan estas violencias.