Para el Tribunal Oral Federal Número 1 de La Plata, el ex comisario Miguel Etchecolatz, condenado en seis causas por delitos de lesa humanidad, debería estar en su casa cumpliendo su condena. Los magistrados adujeron la edad y “patologías crónicas” que lo aquejan.
Etchecolatz obtuvo el derecho de la prisión domiciliaria en las causas en las que se investiga su participación en los crímenes en la Brigada de Investigaciones de Lanús y en la que fue condenado en 2012 a prisión perpetua por el Circuito Camps de centros clandestinos de detención.
Si bien el represor continuará detenido, según el sitio del Ministerio Público Fiscal, con estos fallos relativos a dos de las seis condenas, Etchecolatz está “más cerca de dejar la cárcel de Ezeiza y volver a su casa”. La Unidad Fiscal que interviene en las causas por crímenes del terrorismo de Estado adelantó que recurrirá aquellas decisiones ante la Cámara Federal de Casación.
En las resoluciones, adoptadas por la mayoría de los jueces Germán Castelli y Alejandro Esmoris, con la disidencia del juez Pablo Vega, se aclara que la prisión domiciliaria otorgada aún no se hará efectiva porque Etchecolatz se encuentra con "prisión rigurosa" en una causa que tramita en el Juzgado Federal Número 1 de Lomas de Zamora y en otra en la que será juzgado a partir de octubre por el Tribunal Oral en lo Criminal Federal Número 6 de la Capital Federal.
De esta manera, el ex comisario de la policía bonaerense, en cuyo juicio prestó declaración el desaparecido en democracia Jorge Julio López, suma cuatro fallos a favor del beneficio de prisión domiciliara. Estas dos nuevas concesiones se sumaron a las que ya había logrado en las causas por los crímenes en el CCD "La Cacha" y en las brigadas de Banfield, Quilmes y San Justo.
En el voto en disidencia, el juez Vega recordó que Etchecolatz está detenido en el hospital intramuros de la cárcel federal de Ezeiza y señaló que las actas que dan cuenta de las entrevistas que el condenado mantuvo con los diferentes profesionales de la salud que lo revisaron "han concluido que no hay afección grave, que no es necesaria la internación del imputado, señalándose que el riesgo que corre es el propio de la edad que posee aunque uno de los profesionales indicó que el lugar en el que se encuentra le permite contar con una más temprana asistencia médica".
Para el juez Castelli, sin embargo, Etchecolatz es "una persona de 88 años de edad, que posee patologías crónicas irreversibles, con cuadro de deterioro generalizado y progresivo en razón de las patologías de base que lo aquejan". También sostuvo que “no se verifican indicadores de riesgo de fuga” y “se ha verificado arraigo familiar”. Esmoris, por su parte, evaluó que estos indicadores “permiten la morigeración de la prisión que viene cumpliendo”
Vega remarcó que hace meses se viene debatiendo la situación de Etchecolatz y que "durante el extenso trámite que ha insumido esta incidencia el establecimiento carcelario no ha reportado ningún problema de salud que merezca de mayor atención".