El gobernador de la Provincia de Buenos Aires Axel Kicillof, el ministro de Justicia y DDHH, Julio Alak, y el secretario de Obras Públicas de la Nación, Carlos Rodríguez, pusieron en marcha este viernes a una nueva etapa del Plan de Infraestructura Penitenciaria de la Provincia de Buenos Aires con un acto que tuvo lugar en la Casa de Gobierno bonaerense.

Se trata la tercera etapa es el Plan de Infraestructura Penitenciaria más grande que se registre hasta la actualidad. En ella, se encuentran finalizando la construcción 4.100 nuevas plazas para internos, las cuales se inaugurarán cada quince días a partir del 10 de diciembre. “Este acto es efectivamente histórico y no es una adjetivación, lo demuestran los números. En 200 años de la Provincia de Buenos Aires nunca hubo un plan de esta magnitud” señaló Kicillof.

Las plazas se dividen en las alcaidías de Almirante Brown, Berazategui, Lomas de Zamora, La Matanza, Melchor Romero, Escobar y las unidades penitenciarias 59 y 60 de Merlo, por lo que para abril de 2023 habrá 6.500 plazas disponibles. Para esta etapa, el Ministerio de Obras Públicas de la Nación contribuyó con 18mil millones de pesos. Mientras tanto, para la etapa restante, el dinero saldrá de las arcas bonaerenses. Kicillof lo encuadró en “Un esfuerzo compartido e imprescindible”.

"Es un orgullo contribuir financieramente a la ejecución porque es la velocidad puesta al servicio de la mejora de las condiciones de vida y derechos de los seres humanos", aseguró Rodríguez al celebrar el anuncio que busca dar respuesta a la sobrepoblación del 120% que acusaban las cárceles de la provincia de Buenos Aires en el año 2019. Por entonces, la cantidad de presos generaba colapsos en el sistema, lo que llevó a Casación Penal a definir la situación como una "crisis humanitaria", con los derechos humanos vulnerados y la amenaza de una tragedia a la vuelta de la esquina.


El gobernador habló de una "deuda oculta" a nivel nacional: "Es la que dejaron con los bonaerenses por no hacer las obras que se necesitaban imperiosamente. Hay obras visibles y más simpáticas, como las escuelas y los centros de salud, pero hay otras que están peor reputadas, como las obras penitenciarias. Probablemente por eso es que hay tanto para hacer y tanto pendiente" subrayó.

“Había que tomar una batería de medidas para transformar esto. La primera y más difícil es terminar con las condiciones infrahumanas que se transitan por nuestras cárceles, lo que requiere soluciones de fondo. Había que llevar a cabo un plan revolucionario, inmenso y grandísimo que se enfrentó con muchas dificultades" destacó Kicillof.

La primera etapa del plan ya otorgó 2.436 plazas para internos. En ese proceso, se inauguró la Unidad 58 de Lomas de Zamora y la alcaidías departamental de Florencio Varela. A ello se le suma las ampliaciones en la unidad 28 de Magdalena, la 47 de San Martín, la 26 de Olmos, la 21 de Campana y las cuatro unidades de Florencio Varela. A su vez, se duplicaron las alcaidías de Pettinato y Campana. “Las alcaidías sacan a los presos de las comisarías y hace que la policía se encuentre en la calle llevando a cabo la prevención ciudadana y no tenga que estar vigilando presos” afirmó el gobernador.

Como este proceso se dio en plena pandemia, se montaron quince hospitales modulares al interior de los complejos penitenciarios con el fin de no sobrecargar el sistema de salud público. Esto, además, amputa los problemas registrados cada vez que se debía trasladar a un interno por fuera de la unidad para ser atendido, otorgando otra cuota de seguridad a la cuestión.

Valorando la iniciativa, el ministro de Justicia y DDHH bonaerense Julio Alak centró su discurso en una cuestión que consideró central: la reincidencia. “Buscamos bajar la reincidencia a través del vínculo. Cuando hay vínculo familiar el interno se quiere documentar, quiere estudiar, quiere producir. Allí entra el rol de los intendentes, quienes entendieron que era necesario conseguir un espacio en sus distritos para las alcaidías y que estas no queden a 500 kilómetros de las familias de los internos. Los intendentes generaron un cambio cultural notable, porque se pusieron al frente de las comunidades para conseguir los terrenos, proyectar las unidades y trabajar conjuntamente en la cuestión pos penitenciaria" subrayó.

La tercera etapa, cuya extensión se extenderá hasta el 10 de diciembre del 2023, entregará 5.500 nuevas plazas para internos. Esto se debe a la futura construcción de cuatro unidades que tendrán lugar en Florencio Varela, Mercedes, Melchor Romero y Moreno, junto a las alcaldías se Ezeiza, Quilmes, Lanús, La Matanza, 3 de febrero, Moreno y Tigre.

Tras la palabra de Alak, se firmó un acta de cooperación, asistencia técnica y reciprocidad con los representantes de los municipios bonaerenses en busca de desarrollar políticas conjuntas en materia penitenciaria, fortaleciendo la inclusión social. Además, se busca que haya escuelas, centros de capacitación laboral y polos de producción industrial apuntadas a reducir los índices de reincidencia. Hoy por hoy, 32.000 internos se encuentran abocados a actividades educativas, entre primaria, secundaria y capacitación laboral.

"Me tienen podrido cuando dicen que soltamos presos”, dijo Kicillof en una frase que repercutió rápidamente en el universo político y mediático de todo el país. “No tenemos la potestad de liberar presos porque eso depende de otros actores, la potestad que sí tenemos y la obligación es de darles el alojamiento. Nuestras leyes y la Constitución dicen que cuando se priva a alguien de su libertad, es para luego generar un proceso de reinserción, que al salir sean útiles para la sociedad y no comentan los mismo delitos que los llevaron a estar encerrados”, señaló el mandatario provincial. “La Constitución habla de reeducación y reinserción, no de tortura y tormento. Este es un tema de seguridad pública y ciudadana. Es para mejorarle la vida a toda la provincia" finalizó Kicillof.