Muchos de los resultados que arrojó la primera Encuesta de Hogares Rosario (EHR) realizada por la Universidad Nacional de Rosario (UNR) a través de la Usina de Datos sobre la realidad socio-económica local fueron sorprendentes, como la cantidad de personas que viven solas, el porcentaje de tenencia de animales o el desconocimiento de la población sobre la ubicación de espacios comunitarios-culturales. Para arribar a esos resultados, que seguramente serán utilizados a la hora de definir políticas públicas, hubo un trabajo previo de investigadores y profesionales que demandó dos años. Parte de cómo se desarrolló esa tarea, la interacción con otras áreas y la representatividad de la muestra, fue explicada a Rosario/12 por Lucía Andreozzi, doctora en Demografía, magister en Estadística Aplicada, licenciada en Estadística e investigadora del Conicet. "La Estadística tiene que estar orientada a resolver problemas, estamos respondiendo a una inquietud. Acá arrancamos de una base que era la carencia de información para Rosario en general, era una vacante muy grande", señaló la investigadora. "Esa información nos permite aproximarnos a una realidad que es imposible de captar porque es compleja y no es un número, pero el número es una buena aproximación y es útil para planificar la ciudad", consideró.
La primera etapa
"El proyecto se discutió bastante al inicio", señaló la investigadora. "El sistema estadístico nacional tiene ua batería de encuestas, la Encuesta Permanente de Hogares (EPH), el Censo, desde una institución pública como es la Universidad, eso no se puede solapar, por eso discutimos. La EPH sirve para hablar del aglomerado, tiene una lógica económica y está pensada para medir el movimiento laboral, ocupacional. Una de las preguntas que nos hacíamos era si complementábamos la muestra porque la gente tiene la idea que vos sacás la muestra a nivel Rosario y podés hablar, pero no. En la teoría del muestreo existe una denominación que es el dominio de estimación; es decir, que saco la muestra pensando en qué es lo que puedo representar o hacer diferencias sobre, pero en la EPH no se puede desagregar a ese nivel porque es aglomerado, es una muestra mucho más grande si uno quiere hablar de la ciudad", explicó.
Durante ese proceso -continuó Andreozzi- se definió como una de las condiciones que el muestrista tenía que ser una persona con trayectoria, un profesional formado en teoría del muestreo, que es cómo se estudia para extraer un subgrupo de unidades de una determinada población, con qué características, si usa alguna información anexa sobre esas unidades, y las probabilidades de selección. "Esto es clave porque una muestra probabilística es la que permite hacer diferencia. Cuando uno escucha que las encuestas no funcionan, pero cuántas de esas encuestas tienen un muestrista que desarrolló una muestra probabilística y que estudió para eso. Gonzalo Marí es un muestrista de lujo, formado en el exterior. El muestreo es toda la teoría, matemática y estadística, que le da sustento a esa selección de unidades, no me paro en una esquina y le pregunto a la gente. Muchas veces se critica a la Estadística sin saber que hay toda una teoría detrás que muchas veces no se usa", apuntó.
Otra de las condiciones planteadas fue que quien coordinara el trabajo de campo fuera un profesional, en este caso Dalila Vadell, que tiene experiencia en los operativos del sistema nacional. "Uno se imagina la recolección de la información como algo simple y es un operativo ultra complejo. El muestrista pregunta qué unidades vamos a tener, si se va a trabajar con hogares, viviendas, fracciones, radios, segmentos, si está el listado de la población. A partir del diálogo continuo entre el trabajo de campo y el muestrista se definió el muestreo multietápico para llegar a la unidad que a nosotros nos interesa que es la vivienda", dijo Andreozzi.
"Y para garantizar una representatividad que tenga que ver con lo socio económico se hace un muestreo estratificado, es decir, buscar alguna información que tengo de esas unidades, por ejemplo la del pre censo, que nos dice la cantidades de viviendas por radio, etc, y mejoro la información. De esa manera garantizo una representatividad en relación a esa característica de la población. Una vez que se tienen esas unidades el paso siguiente es planificar el trabajo de campo", indicó.
Además, se apostó al profesionalismo del encuestador. "Aprendimos mucho de las encuestadores, tienen un poder de convencimiento para rescatar la no respuesta, que en la actualidad es un problema importante porque la gente está continuamente cediendo su información más privada, pero tiene un recelo con la información que otorga principalmente a lo público, al Estado, información que es inocua porque no puede generar ningún tipo de manipulación, no hay identificación a nivel individual, la idea es representar la ciudad, todo lo contrario a la información que das por un dispositivo", planteó la docente de la UNR.
Los formularios
La siguiente etapa fue la de debatir los formularios que están pensados en relación a esas unidades. "Al trabajar las viviendas hay que tener en cuenta que dentro puede haber hogares, la definición del hogar en sí mismo es compleja porque la variable siempre es tirana ya que se hace un corte en algún tipo de definición que es social. Medir la realidad implica acotarla, poner un cierto límite. Luego de discutir cómo se planifica, el hogar, la vivienda, a quiénes se entrevista, lo laboral, se elaboraron los cuatro formularios que se utilizaron en la encuesta", describió Andreozzi.
"Muchas veces al cuestionario se lo considera como escindido de la práctica estadística y no lo es, hay que saber cómo trabajar en equipo. Trabajamos con gente de ingeniería sanitaria para ver todo lo que tenía que ver con la conexiones del agua y a partir de ahí qué preguntar. Marcos Lavagna, el director del Indec, decía que el censo es como un arbolito de navidad, todos le quieren poner un adornito, una preguntita más. Hay que conciliar, no hostigar a la persona que te da la información. De todas maneras, nuestra encuesta es relativamente larga, la idea era aprovechar esa oportunidad, y con ciertas áreas puntuales hubo un ida y vuelta, por ejemplo la gente de Veterinaria, ellos trabajaron muy bien, hubo un gran marco de respeto. Además, se habló mucho con las encuestadoras, aprovechando sus experiencias, las que salen a realizar operativos y saben cómo dirigirse a la gente para lograr la respuesta", agregó.
La representatividad
La muestra seleccionada relevó 1070 viviendas de la ciudad en un periodo de 12 semanas, durante el último trimestre del año 2021. Según Andreozzi, la representatividad está en lo aleatorio, la base de la estadística como ciencia es la aleatoriedad. "El ser humano no tiene una manera neutra de seleccionar algo, ahí aparece la idea de listar las unidades. Se puede hacer primero un listado de radios censales, dentro listar las manzanas, y de ahí se terminan eligiendo algunas listando las viviendas, y dentro de las viviendas la selecciona al azar. Esa aleatoriedad, lo que se llama cuando hablamos de un muestreo probabilístico, es lo que da garantía de la representatividad, esa es la clave", sostuvo.
Para Andreozzi, ahí radica la importancia de que haya una muestra que sea diseñada por un estadístico, que estudió teoría del muestreo: "En esa etapa de selección se piensa en unidades que son homogéneas entre ellas, características socio demográficas, y se garantiza que se va a extraer de esos grupos, pero siempre está atravesado por lo probabilístico y la selección aleatoria, no hay nadie que dice que en esta casa hay que entrar, lo hace un sistema aleatorio. Además, el muestrista trabaja con un porcentaje de error, el famoso 5% que se usa en las encuestas. Uno ahí contempla un cierto porcentaje de error que se asocia a las estimaciones que se hacen. Hay toda una metodología detrás que es la que respalda, y se necesitan muchas disciplinas para lograr una encuesta así. Después la Universidad planteó los intereses de las distintas temáticas y proyectos, como la cuestión de los animales, el medio ambiente, y la Dirección de Estadística de la Municipalidad, que también estuvo a disposición".
El dato al servicio del humano
La investigadora dijo que en la actualidad hay un debate interesante respecto al tema del dato en sí mismo: "Estamos en un momento donde la mayoría de las técnicas de datos están vinculadas a lo financiero, a optimizar ventas. En lo personal pienso el dato al servicio de mejorar la situación de los seres humanos, pero el problema es que la gran abundancia de datos está en manos del sector privado, y muchas veces se golpea a lo público a la hora de generar datos. Nosotros dejábamos una carta cuando se visitaba a los hogares explicándoles para qué iba a hacer esa información, que la misma población puede usar también para reclamar".
"Más allá de lo crítico, es información que permite hacer un panorama de por dónde empezar, repensar los espacios verdes, el tema de las plagas, sobretodo abrir y generar interrogantes, cuáles son las prioridades que tenemos. Esta es la punta del iceberg, sin duda alguna hay muchísima más información, además de cómo se codifica y se procesan esas respuestas para dar lugar a los indicadores", concluyó Andreozzi.