Desde Doha
Los campeones del mundo que se cruzaban en la primera ronda del grupo E, España y Alemania, protagonizaron uno de los duelos más estelares del Mundial de Qatar.
La urgencia era mayor para los alemanes, que venían de perder en el debut ante Japón. Por ese motivo, el técnico Hans Flick diagramó un planteo para que el partido se juegue en el terreno de los españoles, más allá de la jerarquía de su adversario.
La misión de Alemania era instalarse bien adelante, y tapar la salida de su rival. De la misma manera que lo hacía cuando conducía al Bayern Múnich, el equipo asfixiaba a los españoles en su campo y le imposibilitaba hacer circular la pelota con claridad.
El estilo de España es conocido: salir jugando desde su área y con triangulaciones para poder avanzar hacia la zona de definición. Las veces que lo pudo concretar estuvo cerca de ponerse en ventaja, como un remate de Olmo que se estrelló en el travesaño luego de que Neuer alcanzara a rozar la pelota.
El riesgo que tomaba España en algunas acciones era alto, debido a que dentro de su propia área decidía no lanzar la pelota por arriba, y elegía tocarla por abajo para quebrar la presión alemana.
España llegaba con prolijidad hacia las cercanías de Neuer, pero le faltaba precisión en el último pase, para que los delanteros tuvieran más opciones de gol. El tiro de media distancia fue otro recurso que utilizó, y por esa vía exigió al arquero.
Busquets es el que dirige el circuito desde el círculo central, y da indicaciones permanentemente para que sus compañeros no se sorprendan ante las marcas rivales. Pedri, Torres y Asensio son los que construyen en ataque, y a ellos se suman los laterales Carvajal y Alba. Cuando todo sale bien ejecutado, el fútbol de España es admirable.
Del otro lado, Gnabry y Gündogan son los que tienen la responsabilidad de armar las jugadas en ataque, pero en este partido no pudieron encontrarse con continuidad. La acciones de pelota detenida es otra opción que tiene Alemania, ya que cuenta con futbolistas de gran altura.
Rudiger convirtió en el primer tiempo, luego de un tiro libre, pero se encontraba adelantado por pocos centímetros. Mientras, Müller y Musiala no podían rematar al arco.
La insistencia de España tuvo su recompensa en la segunda mitad, cuando el ingresado Morata se anticipó en el primer palo ante una habilitación de Alba, para marcar el gol de su equipo. El andamiaje español salió a la perfección en esa jugada, y el grito de Morata fue la gran conclusión.
La desesperación de Alemania fue en aumento a medida que pasaban los minutos, y el entrenador introdujo variantes para encontrar la reacción rápidamente. Musiala pudo lograr la igualdad pero Simón respondió con el pecho para sacar la pelota.
El adelantamiento de los alemanes provocó que se descuidaran en la defensa, y España, a través del contrataque, estuvo cerca de aumentar la diferencia.
Pero cuando parecía que Alemania comenzaba a despedirse de la Copa del Mundo, Füllkrug igualó con un gran tiro ingresando por la derecha, que no le dio ninguna opción a Simón. Alemania sigue respirando y la zona se definirá también en la última fecha.