"Sufrí mucho estos tres días, hablé mucho con psicólogo: que te pateen al arco dos veces y te metan dos goles es difícil de tragar. Sé que tengo 45 millones de argentinos detrás mío y le podría haber dado más a ese partido".
Tras la victoria de la selección argentina ante México, Emiliano "Dibu" Martínez puso en el foco un asunto clave: la importancia que tiene la salud mental a la hora de enfrentar un torneo de estas características, donde la presión es un jugador más en la cancha y cualquier error puede ser un reproche eterno.
El arquero de La Scaloneta puso el foco en el trabajo que hizo con su psicólogo tras la derrota ante Arabia Saudita, a quien recurrió en múltiples ocasiones para conversar sobre su actuación en el primer partido de la Selección.
Los dos goles de la Selección contra México se gritaron con desahogo. Después de la derrota inesperada contra Arabia Saudita, la Selección Argentina se jugaba el sábado gran parte de su pase a octavos de final. Por eso el partido estuvo cargado de una tensión particular. Parecía que el partido era una definición blanco o negro. O pasar a la historia con una actitud decepcionante o volver a la épica con la que se ganó la última Copa América. Esto se vio en el equipo, tanto en los jugadores como en el cuerpo técnico.
Se pudo graficar con claridad tanto en el llanto de Pablo Aimar después del primer gol de la Selección como en la declaración posterior de Lionel Scaloni cuando tuvo que explicar que “es sólo un partido de fútbol” y que “es difícil hacerle entender a la gente que mañana sale el sol ganes o pierdas”.
“Fueron dos tiros, dos goles. Me dolieron muchísimo. No pude dormir por dos días. Tuve muchas sesiones con mi psicólogo para estar en mente fría. Después del partido con Colombia y la final con Brasil, hoy lo usé más que nunca”, contó "Dibu" Martínez en una entrevista tras el partido contra México.
Pero, ¿qué rol cumplen los psicólogos en el día a día de los jugadores y cómo trabajan?
Consulado por Página/12, el psicólogo deportivo Pablo Sucarrat, que trabajó en varios clubes argentinos como Rosario Central, Colón de Santa Fe y Atlético de Rafaela, es docente y actual asesor en la Selección de Honduras, explicó los alcances y herramientas de la disciplina.
- ¿Cuál es el rol de un psicólogo deportivo?
El rol del psicólogo deportivo está vinculado a mejorar la calidad del deportista. La calidad de vida, su salud mental. Y mejorar el rendimiento deportivo del jugador a través de la concentración, de la toma de decisiones, del manejo de la ansiedad, del estrés. Además, tiene la función de reeducar en el deporte a la gente que de alguna manera acompaña. Sobre todo a la familia de los deportistas. Tiene un rol docente en la formación de los entrenadores. Es amplio, porque de alguna manera también es un asesor del cuerpo técnico y los directivos.
- ¿Cuál es la diferencia con una terapia tradicional?
La diferencia es que el primer concepto de la psicología deportiva es de entrenamiento. Vos no hacés terapia. Lo que hacés es entrenar tu mente para que de alguna manera pueda estar a la altura del alto rendimiento o del deporte que practique. El abordaje es focalizado. Si querés trabajar el control de las emociones, trabajás sobre las situaciones que le disparan al deportista cierta ansiedad, miedos, inseguridades. Eso lo abordás con herramientas para que el deportista aprenda a regularse emocionalmente. En cambio, a lo mejor en una cuestión freudiana te vas a la infancia; o el jugador habla, pero no tiene una devolución. Son diferentes abordajes para el deporte. Lo que más se utiliza es un entrenamiento cognitivo conductual. Intento que el deportista piense, sienta y actúe de acuerdo a lo que está buscando.
- ¿Las sesiones se hacen en un consultorio o adentro de la cancha?
Se puede trabajar de diferentes maneras o mixto. En todos los planteles donde me tocó trabajar tuve los días de entrenamiento para estar. Es importante ver cómo se van desarrollando. Ahí ves los estados de ánimo, las exigencias. Hay una relación interdisciplinaria con los demás profesionales que trabajan ahí, como el médico, la nutricionista, el entrenador, el preparador físico. Ese es un trabajo en cancha. Hay veces que te permiten hacer algún ejercicio en cancha y hay veces que no. Y luego, en el mismo club tenés un espacio donde trabajás mano a mano con el deportista sobre lo que se viene buscando. También se hacen entrevistas cortas y semiestructuradas para que puedan ir autogestionando estos temas. A veces aparece una parte clínica, cuando el deportista está pasando por una situación personal, ahí acompañas desde un aspecto clínico, pero siempre se relaciona a la vida diaria con el deporte.
- ¿Se trabaja desde la psicología hacia lo deportivo o de lo deportivo a la psicología?
La ciencia madre que la FIFA oficializó en 2020 para trabajar es la psicología. A partir de ahí se hace un abordaje en el deporte. Eso marca una diferencia, por ejemplo, con el coaching. El coaching toma herramientas de la psicología.
- ¿Cómo se tramita el estrés y la angustia después de la derrota? ¿Se ven videos de las jugadas en las sesiones?
Siempre el contexto te marca el trabajo. Si vos estás en un campeonato en mitad de tabla y podés dedicar más tiempo a otro tipo de abordaje, empezás a implementar otro tipo de técnicas. En un contexto de Mundial donde el próximo partido te deja afuera, está mucho más apretado. Hay más presión y el trabajo tiene que ser más rápido. Primero focalizás en el presente. Se analizan los videos. Se utilizan los videos de los partidos. Ver los goles de los jugadores y analizar las posibilidades hasta agotar el tema. Una vez agostado, a vivir en el presente. A no irte la cabeza ni para el futuro ni para el pasado. Ahora intentar focalizar en el entrenamiento con los compañeros, compartir, hacer ejercicios de relajación y visualización. Un trabajo donde vas llevando al jugador en una técnica de relajación donde va imaginando situaciones posibles donde las resuelve de una manera determinada. Eso, si bien tiene un plano cognitivo, favorece al cebero a tomar respuestas similares. Es un aprendizaje previo. Esto genera mucha confianza y seguridad. Una de las emociones que se deben trabajar es, justamente, la confianza. Que alcance el estado donde sabe que puede rendir.
- En los últimos años se conocieron varios casos vinculados a suicidios en el mundo del fútbol, ¿con qué lo vinculás y hasta dónde llega la exigencia?
La exigencia siempre va a estar en el jugador. La exigencia es según también de lo aprendido, de lo que te enseñaron, de lo que te toca hacer. El alto rendimiento, por sí mismo, genera estrés. La exigencia lo lleva a darlo todo. Por eso tienen que estar bien desde lo físico y desde lo psicológico. Me parece que eso está y genera, al darlo todo y no alcanzar el rendimiento deseado, frustración. Los suicidios tienen que ver con estructuras propias de las personas que empiezan a practicar deporte y según las herramientas que va adquiriendo. Porque puede ser que a lo mejor no trabajó nunca la psicología. Hay mitos. Hay entrenadores que se burlan si trabajan con psicólogos. Hoy está mucho más aceptado, pero antes era un signo de debilidad. Nada más lejos. Para eso está la herramienta. Para eso está la ciencia. Entonces se refugian en sus herramientas y cuando quieren buscar salida ya es un poco tarde.
- En ese sentido, lo que dijo el "Dibu" está bueno porque visibiliza este tema. ¿Qué reflexión hacés de lo que dijo Martínez?
Me parece excelente. Naturalizó una realidad del ser humano. Y, en contracara, me parece que si tenés todas las herramientas para que el jugador esté bien, cómo no contar con un profesional en el área. Hasta peluquero lleva la Selección. La psicología deportiva es una herramienta muy importante. Y no es una creencia. Es una ciencia. Y la ciencia es a través de la evidencia. Yo creo que todo argentino que ve fútbol se da cuenta de que la parte mental es clave. Y se visibiliza. Después el jugador lo puede blanquear o negar, pero que todo el mundo lo ve que hay una parte manta no lo puede negar nadie. El "Dibu" no hizo otra cosa que evidenciar lo obvio, lo natural, y lo que tendía que ser cotidiano, como un ayudante de campo o preparador físico. Esos elementos te aseguran disminuir el margen de error.