Docentes y alumnos hablan por igual de energía copada. También de una experiencia gratificante y de un feedback entre ambos “polos” pedagógicos que parece tener su razón de ser. El Córdoba Jazz Camp, que se realiza hace doce años en un bello paraje distante cuarenta kilómetros de la capital provincial (Villa los Aromos), es un evento que ningún músico de jazz (novel, medio o experto) se quiere perder. “Soy docente del Camp hace diez años y siempre es una experiencia gratificante tanto para los que damos clases como para los alumnos”, refrenda uno de los experimentados, el baterista Oscar Giunta, en este caso, sobre lo que implica la movida que este año se llevará a cabo entre hoy y el viernes 21. “Se trata de una semana intensiva de trabajo con alumnos que llegan desde varias partes de Latinoamérica, y el intercambio no es solo con ellos sino también con otros docentes provenientes de diversas partes del mundo. Es algo sumamente interesante y renovador, que te saca del marco cotidiano”, desarrolla el baterista mendocino que ha compartido trabajos con Javier Malosetti, Luis Salinas y Horacio Larumbe, entre otras figuras del género.
“En mi caso, vengo al campamento hace dos años y es impresionante lo que se da. En una semana conocés mucha gente de otros lugares, que hacen lo mismo que vos pero tienen otros conocimientos”, cuenta Lucas Sánchez, alumno y a la vez profesor de La Escuelita, uno de los espacios en donde se desarrolla el Jazz Camp, técnicamente definido como un programa de entrenamiento intensivo que reúne músicos, instrumentistas y vocalistas, con el objeto de intercambiar saberes y pasiones a través de master clases, conciertos y jams. “Es una experiencia alucinante. El anteaño fue la primera vez que vinimos con los chicos de Rosario y estás todo el dia escuchando y haciendo musica de jazz”, se entusiasma por su parte Mauro, otro de los aprendices listo para recibir el halo inspirador de profes argentinos de la talla de Germán Siman, Pablo Motta y Juampi Juárez, además de los nombrados, y también de algunos expertos venidos de la cuna del género, como el contrabajista John Stowell o la cantante Jane Blackstone.
“Es algo único en la Argentina, una semana intensiva, a puro jazz, con clases para principiantes y avanzados”, asevera Pablo Motta. “Yo vengo hace dos años, y siempre aprendo conceptos e idiomas nuevos. Sentarse a desayunar con los profesores extranjeros, y hablar de música con ellos es algo incomparable”, sostiene por su lado Santiago, otro de los alumnos que se nutrió de los lazos que genera el encuentro que, en su doceava edición, también contará con clases de trombón a cargo de Juán Canosa; de saxo con Carlos Michelini y Oscar Feldman; y de trompeta, a través de Sergio Wagner.