El escándalo fue revelado por Raúl Kollmann en una nota de este diario el año pasado: se denunciaba que el expresidente del Consejo de Administración del Garrahan, Carlos Kambourian, había hecho uso y abuso de las tarjetas corporativas del hospital pediátrico para gastos personales que abarcaron desde cumpleaños de sus hijos y Cabifys domésticos diarios, hasta viajes al exterior, con transporte, estadía y comidas en lugares exclusivos. Lo mismo con un vehículo del hospital destinado a unidad de traslado, que habría pasado a uso familiar, con y sin chofer incluido, llegando a permanecer durante varios días seguidos fuera del Garrahan, "impidiendo estar al servicio de la actividad hospitalaria". 

Todo esto consta en el fallo del procesamiento que finalmente se dictó hace unos días, tanto a Kambourian como a Alan Norton, exdirector administrativo del hospital. Ambos fueron procesados por administración fraudulenta y defraudación contra la administración pública. 

El excandidato a concejal por Juntos por el Cambio en Malvinas Argentinas "con proyección a 2023", como le gusta presentarse tras saltar a la fama como crítico de la campaña de vacunación en tiempos de pandemia, apeló el fallo, como es de uso en esta instancia. Pero además eligió a UPCN como gremio, según él, "kirchnerista duro", detrás de una denuncia que en rigor fue impulsada por el propio Consejo de Administración del Garrahan. Llamativamente, tras esta defensa en forma de ataque, el furibundo vocero de Cambiemos no recibió respaldo público de referente alguno de la oposición.  

Tanto Kambourian como Norton quedaron embargados por un millón y medio de pesos cada uno, una suma menor a la que le reclama el hospital en un sumario administrativo que sigue su camino burocrático interno, pero avanza con datos contundentes: a la fecha de la primera denuncia, dos años atrás, se le reclamaba la devolución de millón de pesos y 11.700 dólares de gastos personales. La denuncia también fue presentada por el hospital ante la Oficina Anticorrupción.   

Que los cumplas feliz

En la investigación interna iniciada por el hospital ya figuraban datos escandalosos, gastos hechos y exhibidos a la vista de muchos en la estructura administrativa "como si no hubiera un mañana", describen quienes vieron pasar a Kambourian por el Garrahan, y que hoy entienden el devenir judicial como el resultado de un "exceso de impunidad" vivido en esos años. La acusación de la fiscal federal María Mángano de acuerdo con el material probatorio reunido en la instrucción, agrega algunos hechos más.

Kambourian asumió la presidencia del Consejo de Administración en mayo de 2017; solicitó y logró la emisión de ocho tarjetas de crédito corporativas del Banco Ciudad un año después; las usó hasta fines del gobierno de Cambiemos. 

La enumeración de sus gastos casi diarios pagadosporel Garrahan, así como los de Norton, junto a los respectivos tickets y resúmenes de las tarjetas de crédito, asombra: 

Los primeros datos aparecieron en la investigación interna del Garrahan.


* Hay cenas que no se condicen con actividad oficial alguna; incluso en días feriados o de fin de semana. En algunas llamó la atención que se incluyera el detalle de una torta. Los eventos coinciden con fechas de cumpleaños de Kambourian y de sus dos hijos. 

* Hay gastos diarios en cantidad: facturas del supermercado, de bares, de restaurantes de San Isidro en noches de fin de semana. "Gustitos": Uno de Nespresso de 18.500 pesos el 13 de marzo de 2019. 

* Hay gastos de restaurantes y hoteles en Barcelona y en Londres, que no corresponden a actividad oficial alguna, con sumas a pagar en euros, pasadas a dólares en el resumen de tarjeta. Sorprende en la enumeración que es posible rastrear una estadía vacacional all inclusive, desde el Alvear Palace Hotel, pasando por almuerzos, meriendas y cenas, hasta un cafecito al paso en el Starbucks de 3 dólares, o un gasto eventual de farmacia por 8 dólares más. 


Sagrado deber

“Administrativamente se indicó que el Hospital nunca tuvo una cultura organizacional orientada a pagar almuerzos o cenas de trabajo en lugares ajenos a los despachos públicos y que, por lo tanto, dichas prácticas debían ser consideradas como excepcionales, y analizadas en cada caso concreto”, indica en la causa el juez Luis Rodríguez, tras numerosas testimoniales a personal administrativo y de tesorería. Y observa que tanto Norton como Kambourian hicieron de los almuerzos y cenas­, del pago de regalos y agasajos, una práctica habitual durante el plazo que ocuparon sus respectivos cargos.

"Las actuales autoridades del Hospital Garrahan subrayaron que no existió documentación institucional respaldatoria que justifique las razones por las cuales los imputados necesitaban realizar ese tipo de consumos a cargo del hospital", advierte la fiscal Mángano. Y pregunta "cuáles podrían ser los motivos institucionales­ de un hospital de pediatría de alta complejidad" al realizar "consumos, ­en pesos y dólares, elevados en restaurantes nacionales e internacionales; ­a solo modo de ejemplo se citan 'Kansas Pilar', 'Alvear Palace Hotel', 'PF Chang San Isidro', 'Oporto Almacén', 'Roldán', 'Steak and Horses', 'Top of the Hub Boston', 'Fortnum & Maison United Kingdom', 'Hard Rock Piccadilly Circus London', 'TGI Fridays', entre otros".

Kambourian prestó declaración indagatoria vía Zoom en mayo pasado. Presentó un escrito en el que habló de "reuniones en otros lugares, en otras instituciones, con distintas personas que muchas veces se hacían en algún bar o confitería durante la semana o los sábados y domingos, de noche y de día, muchas con urgencias, viajes constantes por la ciudad, el interior del país y muchos en el extranjero". 

"Yo no era un médico o un enfermero que, con su sagrado deber, deben estar todo el tiempo en el hospital atendiendo pacientes", explicó.

Debe ser el gremio

Aunque el año pasado, tras la publicación de Página/12, Kambourian salió a responder que la denuncia tenía "motivaciones políticas", tras el procesamiento el médico prefirió el silencio. En cambio, vía Twitter acusó de montar "una campaña sucia" a "UPCN, hoy kirchneristas duros", junto a un video en el que se ve a un grupo de gente ingresando por la fuerza a su oficina del Garrahan. "Todo lo ejecutado está dentro de las reglamentaciones nacionales vigentes y de la propia institución", asegura luego ante la consulta de un usuario. 

Otro fragmento de la primera investigación del Garrahan.

Lo que no cierra en esta explicación es el hecho de que tanto el sumario interno, como la denuncia que tramita el Juzgado Federal 9, fueron iniciados por el propio consejo administrativo del Garrahan, un órgano colegiado compuesto por un presidente y cinco consejeros que, siendo el hospital pediátrico un ente bipartito, que depende tanto de Nación como de Ciudad, tiene representantes de ambos poderes. 

Tampoco el hecho de que, tal como figura muy detalladamente tanto en la instrucción de la causa como en el sumario interno del Garrahan, cada una de las irregularidades denunciadas está sustentada con tickets y comprobantes de gastos sin compulsa pública y que no se corresponden con actividad alguna para el hospital. 

O en asientos oficiales en los que figura, por ejemplo: "ingresa vehículo conducido por esposa de Kambourian" con el registro del auto pediátrico (02/05/2018), algo incompatible con el uso hospitalario y con la obligatoriedad de que sea conducido por el chofer designado.