El presidente de Francia, Emmanuel Macron, prometió ayer una “lucha sin cuartel contra el terrorismo” durante un acto en memoria de las víctimas del atentado extremista ocurrido el año pasado en Niza, en el que un jihadista a bordo de un camión embistió a una multitud que celebraba la Fiesta Nacional francesa.
“Responderemos con la lucha sin cuartel en el interior y en el exterior de nuestras fronteras contra el terrorismo, en todas partes”, afirmó Macron en el homenaje celebrado en el paseo de los Ingleses –la rambla de Niza–, lugar donde ocurrió hace un año el ataque que dejó 86 muertos y más de 450 heridos.
Sin embargo, precisó que ese combate se hará “conservando nuestros valores, nuestro Estado de derecho, el amor a la libertad y el recuerdo de esos rostros que esa noche del 14 de julio (de 2016) amaban la libertad, furiosamente”. En ese sentido, el mandatario consideró “vital” arrancar de raíz la ideología que alimenta ese extremismo a través de acciones diarias.
“Es la lucha de la cultura, de la inteligencia, de la escuela para evitar el oscurantismo y para que el fanatismo no pueda prosperar en el caldo de cultivo de la miseria y los desplazamientos. Es una lucha moral de civilización”, señaló.
Macron lanzó también un mensaje contra aquellos que responden a la amenaza jihadista con el extremismo y la discriminación, y recordó que la noche del atentado “en Niza estaba el mundo entero porque la historia de Niza es el mundo entero”, una alusión indirecta a las víctimas extranjeras, de 19 nacionalidades diferentes.
“El 14 de julio de 1789 fue para Francia un día de lucha por la libertad. El 14 de julio de 2016 nos recordó brutalmente el precio de esa libertad”, destacó el jefe de Estado. “Esta libertad sabemos lo que cuesta y lo que nuestros enemigos están dispuestos a hacer para privarnos de ella”, agregó.
Macron se negó a citar el nombre del autor de la matanza, el tunecino residente en Francia Mohamed Bouelel, y tampoco quiso comentar la polémica que existe sobre posibles fallos en el sistema de seguridad aquella noche de la Fiesta Nacional en el paseo costero de Niza, que había sido cerrado a la circulación para el tradicional espectáculo de fuegos artificiales que presenciaron unas 30.000 personas.
El ataque fue reivindicado por el grupo islamista radical Estado Islámico (EI), a quien Bouhlel había jurado lealtad previamente en un video. No obstante, la investigación aún en curso no logró probar ninguna relación entre el atacante de 31 años, abatido por la policía, y el grupo jihadista.
El discurso del presidente francés cerró la ceremonia pública de homenaje, que contó previamente con un desfile militar, en la que también participaron miembros del gobierno, los presidentes de las dos cámaras del Parlamento y los dos anteriores jefes de Estado, el socialista François Hollande y el conservador Nicolas Sarkozy, así como el príncipe Alberto de Mónaco. Tras el acto aniversario, Macron se reunió en privado con víctimas y familiares.