El exvicepresidente de Ecuador Jorge Glas, quien desde 2017 cumplía una condena por supuesta corrupción, salió en libertad condicional este lunes, luego de que un juez dictara una medida cautelar a su favor.
Glas abandonó la Cárcel 4 de Quito en la que permanecía desde mayo pasado, poco después de que regresase a prisión, luego de una primera salida que le permitió gozar de cuarenta días de libertad gracias a un habeas corpus otorgado a su favor que fue revertido por una corte superior de justicia.
Esta nueva orden de libertad, dictada por el juez Emerson Curipallo, de la provincia tropical de Santo Domingo de los Tsáchilas, a petición de una tercera persona, será recurrida por el Estado, según anticipó en un comunicado el Servicio Nacional de Atención Integral a Personas Adultas Privadas de la Libertad y a Adolescentes Infractores (SNAI), el órgano estatal que controla las cárceles de Ecuador. El SNAI explicó que cumplió la orden judicial de liberarlo porque la orden de excarcelación, pese a haber sido emitida manualmente por el magistrado y no estar conforme con ella, cumplía con los requisitos.
La medida cautelar para liberar a Glas fue aceptada por el magistrado Curipallo bajo el argumento de que el órgano penitenciario "no ha emitido los actos administrativos de manera oportuna en relación a la solicitud de unificación de penas", después de que fuese una tercera condena contra Glas por el caso Singue. El caso Singue es por supuestas irregularidades en la licitación de las operación del campo Singue que tuvo como implicados a Jorge Glas, el exministro Carlos Pareja Yannuzzelli, el exministro Wilson Pástor Morris y los representantes del consorcio petrolero DGC.
Al declararse nula esa sentencia, donde Glas estaba condenado en primera instancia a ocho años de cárcel por malversación de fondos públicos en la negociación de contratos petroleros, el exvicepresidente solicitó unificar las dos anteriores, de ocho años de prisión por cohecho y de seis años de cárcel por asociación ilícita. Con la unificación de penas, su objetivo es cumplir sólo la más alta, de ocho años, por cohecho, lo que permitiría salir en libertad condicional al haber cumplido ya el 40 por ciento de la pena.
Sin embargo, el SNAI adujo en un comunicado que todavía no pudo atender la solicitud de unificación de penas porque aún no se le ha notificado por los canales regulares la anulación de la sentencia del caso Singue. En ese sentido, el órgano penitenciario reiteró que "no existe ninguna amenaza ni vulneración que atente contra los derechos de Glas, tal y como se ha demostrado en los anteriores habeas corpus rechazados e inadmitidos por la autoridad judicial competente".
Primer Habeas Corpus
El pasado 21 de mayo, Glas regresó a una prisión en Quito, después de que la Justicia ecuatoriana revocara el primer habeas corpus a su favor, que le permitió recuperar su libertad durante 40 días. Ese primer habeas corpus, otorgado por un juez del cantón de Manglaralto, en la costera provincia de Santa Elena, fue anulado por la Corte Provincial de Justicia al considerarse que había sido presentado en una jurisdicción que no correspondía sin además notificar a la Procuraduría General del Estado.
Su defensa argumentó, entonces que el primer recurso fue aprobado después de que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) pidiera que este caso se tratara de manera excepcional por la gravedad y urgencia que corría la salud del imputado. Los abogados de Glas también adujeron que el traslado del exvice del correísmo a la Cárcel 4, de Quito, es un supuesto reconocimiento implícito por parte del Estado de que su estancia previa en la cárcel de Latacunga era un riesgo para él.
El exvicepresidente fue condenado por cohecho en el caso Sobornos, una trama de financiación irregular del movimiento político oficialista Alianza País, que lideraba en ese entonces Rafael Correa, expresidente de Ecuador, con aportes indebidos de empresas que no se declararon, y por asociación ilícita en la trama de corrupción de Odebrecht. Glas, que fue vicepresidente durante parte del Gobierno de Correa (2007-2017) y también por pocos meses de su sucesor, Lenín Moreno (2017-2021), siempre ha negado los cargos en su contra al considerarlos una persecución política.
Repercusión
Correa se pronunció en contra de quienes metieron preso de Glas en su cuenta de Twitter. "No solo es el daño a los perseguidos. El daño a Ecuador es enorme". Por su parte, la candidata a la Prefectura de Pichincha, Paola Pabón y una de las figuras del correísmo en Ecuador, recibió al exvicepresidente y lo saludó a través de la camioneta que lo estaba trasladando, según se puede ver en un video publicado por Twitter. “Por fin recupera la libertad nuestro compañero Jorge Glas, a quien nunca se le probó ningún delito. Cinco años de sufrimiento, producto de la más nefasta persecución política que ha golpeado terriblemente a su familia, que hoy recupera un hijo y un padre. Gracias por resistir”, twitteó junto con el video.
Por su parte, el expresidente boliviano, Evo Morales, también festejó la liberación de Glas. “Saludamos la liberación del hermano Jorge Glas detenido injustamente como parte del ´lawfare´ y la traición al proceso revolucionario de Ecuador. Así opera Estados Unidos contra los que denuncian su intervencionismo y defienden al pueblo. Lo importante es no rendirse ni abandonar la lucha”, publicó en sus redes sociales.
La violencia que sufrió en la cárcel
En agosto de este año, Glas denunció la violencia física y psicológica que sufrió en su estadía en la cárcel. El exvicepresidente detalló el delicado estado de salud mental que estaba transitando en la cárcel de Latacunga, en la provincia de Cotopaxi, provocado por el maltrato y la violencia extrema vivenciada en el penal. A quince días de su encarcelación, contó Glas, vio a una persona descuartizada.
En cuanto a su salud, Glas detalló su delicado estado y expresó que no confiaba en el trato médico que se le daba en la cárcel ya que había pasado de tomar dos medicamentos a tomar cuarenta. Entre ellos, se encontraban ansiolíticos, antipsicóticos, antidepresivos, hipnóticos y pastillas para dormir. Aun con todo esto, el exvicepresidente contó que tenia alucinaciones auditivas y visuales que se debían principalmente al maltrato sufrido en el traslado a la cárcel, por un Mayor llamado Marlon Karolys, que amenazaba con violarlo. Karolys fue nombrado a fines de julio como director de la cárcel en el que Glas estaba cumpliendo su pena.