El embajador de Rusia ante la Santa Sede, Alexander Avdeev, protestó ante el Vaticano por una reciente entrevista en la que el papa Francisco denunciaba "la crueldad" de los chechenos en la invasión rusa de Ucrania.
Avdeev protestó este lunes a la noche ante la cúpula del servicio diplomático del Vaticano para expresar su indignación dadas las extrañas declaraciones atribuidas al papa. "Expresé la indignación por tales insinuaciones y subrayé que nada puede hacer vacilar la cohesión y unidad del pueblo multinacional ruso", afirmó el embajador Avdeev. "La unidad del pueblo multinacional ruso es inquebrantable y nadie podrá cuestionarla", refirió el diplomático.
El pontífice trató el tema de la invasión rusa de Ucrania en una entrevista en la revista estadounidense America Magazine, perteneciente a los jesuitas, y aseguró que los ucranianos son "un pueblo martirizado" por la "crueldad rusa", especialmente la de los chechenos. "Si tienes un pueblo martirizado es porque alguien lo martiriza. Cuando hablo de Ucrania, hablo de la crueldad porque tengo mucha información sobre la crueldad de las tropas que entran al país", explicaba el papa argentino.
"Generalmente los más crueles son los que pertenecen a Rusia pero no son de la tradición rusa, como los chechenos o los buriatos (pueblo étnico siberiano) etcétera. Pero por supuesto el que invade es el Estado ruso", añadió. Chechenia es un territorio del Cáucaso que forma parte de la Federación de Rusia y cuya mayoría de la población es musulmana, mientras que Buriatia es una región budista de Siberia.
Francisco siempre ha mostrado extrema cautela a la hora de hablar de este conflicto y ha ofrecido en varias ocasiones la mediación de la Santa Sede. Su secretario para las Relaciones con los Estados, monseñor Paul Richard Gallagher, ministro de Exteriores del Vaticano, reiteró hace dos días que la Santa Sede sigue siempre dispuesta a la mediación las dos partes enfrentadas así lo solicitan.
"Si fuera oportuno y necesario ofrecer o poner a disposición estos espacios (del Vaticano), como hemos hecho en el pasado, el Santo Padre lo acogería muy positivamente si la solicitud viene de las dos partes con buenas intenciones y ánimo de buscar la paz, el diálogo y el final de esta terrible guerra", declaró al canal de televisión italiano Mediaset.
La respuesta de la cancillería rusa
Maria Zajárova, directora del Departamento de Información y Prensa del Ministerio de Asuntos Exteriores acusó al Papa de tener “rusofobia”. “Las referencias del papa Francisco a chechenos y buriatos, quienes viven en Rusia pero no tienen tradición rusa, no solo exhiben su "rusofobia" sino una escandalosa perversión de la verdad, advirtió este lunes la vocera de la cancillería.
"Esto ya no es rusofobia, sino una perversión; recuerden que en los años noventa y principios de los 2000 nos dijeron exactamente lo contrario: que son rusos, eslavos (los) que estaban torturando a los pueblos del Cáucaso, y ahora se nos dice que son los pueblos del Cáucaso los que están torturando a los rusos", expresó la diplomática.
Según la agencia YTAS, Zajárova salió de esa manera al cruce de las declaraciones del Papa "No es necesario que ponga el nombre y el apellido. ¿Por qué no nombré a (el presidente, Vladimir) Putin? Porque no era necesario; ya se sabía. Todos saben cuál es mi postura, con Putin o sin Putin, sin nombrarlo", expresó Francisco. "Pensé en viajar, pero tomé la decisión: si viajo, voy a Moscú y a Kiev, a las dos, no a un solo lugar", agregó.
Dos sacerdotes presos
La réplica de la cancillería rusa se da apenas un día después de la detención de dos sacerdotes de la Iglesia greco-católica ucraniana, arrestados este domingo por la administración de ocupación rusa en la ciudad portuaria de Berdyansk, en la provincia de Zaporiyia.
Se trata de los padres redentoristas Ivan Levystky y Bohdan Geleta, párroco y vicario respectivamente de la iglesia de la Natividad de la Santísima Virgen María en la ciudad a orillas del Mar Negro. Los dos religiosos fueron acusados de actividades subversivas contra representantes de las tropas rusas en Berdyansk, por supuesta posesión de armas y municiones y libros sobre la historia de Ucrania, informó Vatican News, el portal de noticias de la Santa Sede.
Las acusaciones fueron desmentidas por el exarcado de Donetsk, Maksim Ryabukha, nombrado obispo auxiliar del exarcado del arzobispado de Donetsk, que pidió por su rápida liberación y hablo sobre la completa negación de los principios fundamentales de los derechos humanos contra los sacerdotes que habían ejercido de forma “absolutamente legal” durante los tres años de su estadía.
“Los detuvieron y luego registraron su casa religiosa y su iglesia y después, para encontrar una excusa, se inventaron la historia de los libros y las armas escondidas bajo tierra”, explicó Ryabukha. “En esta terrible guerra siempre han acompañado al pueblo, han mantenido el cuidado paternal y maternal de la Iglesia por todos los fieles que, lamentablemente, permanecen en esta dramática situación de ocupación de los militares rusos en territorio ucraniano”, agregó.