Las despedidas suelen ser dolorosas. Sin embargo, el embajador de Japón en Argentina buscó romper con esa premisa y en su mensaje de adiós, prefirió cambiar la tristeza por el virtuosismo musical. Es que el diplomático agradeció a los argentinos ("y en especial, su exquisita cultura gastronómica) por su segunda etapa como representante del país oriental -permaneció más de tres años en su última gestión- y dejó, a modo de regalo, una sorprendente versión del himno nacional argentino en el Koto, el instrumento nacional de Japón.